Espejo
en el silencio de mi voz
descubro cumbres ajenas
y solitarias llanuras que me forman
ya nada me queda sino la espera
que carga la obra en su costado
ya nada sino yo mismo
mi propia persona como una sombra difusa
arrinconada en mis zapatos
ese ser inaprensible que aprendí tibiamente a ignorar
ese que no conozco y vos tampoco
he vertido mi vida
ese pedazo de tiempo que me cayó sorteado
en las torpes borracheras de la mentira
construí siguiendo los manuales
un laberinto de voluntad prestada
donde pudiera esconderme con eficacia
de los juicios de la sombra
dejé simplemente pasar
mujeres de fino corte
hadas carnales que me han dado
recreos inesperados en mi media humanidad
olvidé la sangre
que bulle con dolor en otros cuerpos
mi propia sangre
que a mi lado agita
ahora que lo veo claramente
sé que me esperan
unas incómodas mariposas pardas
giran su vuelo
reclamando
lo que les pertenece.
Sucesos
sucede que me abruma
de repente
tanto grito susurrado
tanto golpe sin querer
simplemente me suceden
multitudes
fantasmas de mil caras
mil voces descarnadas
y no me puedo esconder
por más hondo que caiga
sucede que el viento no me tapa
que las voces nunca callan
que la risa de la muerte me socava
sucede que estoy vivo
pero nadie me avisó de qué se trata
Soneto I
Como náufragos bogamos por el mar,
El hogar desechado por los vivos.
Como seres que la bruma ha perdido,
Emprendemos la ventura de soñar.
En la noche sin estrellas del azar
Navegamos sin fuerza, sin sentido,
Sin puerto al que llegar, sin amigos;
Con los remos en silencio hiriendo el mar.
Consolaos terrestres caminantes
Que los náufragos son lejos de casa:
Son luces que os brillan en el alma.
Ya lejos los fugaces navegantes
Sólo bogan, no saben lo que pasa:
Han quedado por siempre en otra calma.
Mago
para ruben d’alba
ese tipo chiquito
es un mago disfrazado
eleva finamente del polvo nuestra risa
trae papeles en los bolsillos
llenos de conjuros
y nos roba los caparazones
así cualquiera.