Letras
Bizitzamendi
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El monte de la vida

Es inevitable pasar dos crestas
al inicio de una vida sentida.
En origen MENDIUTZ1 es la partida,
idea de Chillida, portal de fiestas.

Ya en camino, nos tapan las forestas,
la segunda cresta para una vida.
Muguerza plantea la tenaz herida,
ZALANTZAMENDI,2 las dudas enhiestas.

Son encrespadas las olas vitales,
muchos focos entre gran algarabía.
Entre estos vientos somos los árboles

Pensantes, orgullosos, ¡gran ironía!
¿Dónde encontrar unos buenos augures?
¿El buen talante dónde lo encontraría?

  1. Mendiutz: Monte vacío, lugar de encuentro.

  2. Zalantzamendi: El monte de la duda, la cumbre de la perplejidad.

 

Marejadas

Escucho profundo el murmullo sordo,
caóticos vientos y agua sociales,
siluetas sin control, inquietudes,
siempre insólito y tenaz mar de fondo,

Crispados, violentos y no razonables.
Cáncer ignoto de margen nefando.
¿Qué soplo de aire tomará el mando?
¡Imposibles mínimas conclusiones!

La belleza de tal encrespamiento
clama por un dique de observación
Sin él, lo humano queda sin tiento

¿Duele? ¿Se conoce? ¿Interpretación?
Natural descontrol y sentimiento
Estar requiere razonar la intuición.

 

Algarabías

La mente estrecha expresa su calaña,
Cómo estímulo el suyo es único,
Sólo el desprecio tiene auténtico,
Sin cesar, otros criterios desdeña.

Con este fondo su expresión extraña
cuaja en desarraigo vil y trágico,
abuso de gentes llanas, del pueblo mítico.
Gran falsía, terca y frívola patraña.

En mil lenguas, pan, diversión, oropel,
gresca, mentiras, rumores, insidia,
rencores potenciados a flor de piel.

Para un sentido no tienen primer día
Distraen su presencia, les va el tropel,
jolgorio vacío, pura desidia.

 

Ironías vitales

Embarcados en la vital ironía
brota abundante mi propia ignorancia,
con luces de velada transparencia,
presunto saber queda en villanía.

Escándalo de una inteligencia
pertinaz y terca en su manía,
porque saber requiere armonía
entre categoría y sustancia.

Eso sí, captarla no es retenerla
radica su sentido en lo creativo
urdir, elaborar la propia estela.

A la vez luz intensa y lenitivo,
trágica paradoja que congela,
gráfica esencia de un ser activo.

 

Núcleo profético

¿Profetas? Demasiado profeta,
son demasiados augures de feria,
tanto jolgorio deviene histeria
¿Así quién me indicará buena meta?

El pasado, gran principio concreta,
del origen es básica materia,
génesis de una enorme batería
para inicio de una plática escueta

Un profeta nunca da en arbitrario
¿Conseguiría camino auténtico?
Requiere criterio pero no contrario.

Conviene seguimiento frenético,
con buena partida y buen operario.
Con frivolidad acaba en caótico.

 

Arbolados tenaces

La firme apariencia se pone a prueba,
Comba las ramas la recia ventisca,
El arbolado pone su voz ronca,
Ruge la tempestad, el viento silba.

Fuerte tensión, gran dilema al alba.
¿Poderes superiores? Fuerza bronca
que nuestro anhelo tranquilo trunca,
Penas y dudas que el rayo conturba.

El arbolado resiste ante la turba
Su potencia con la raíz entronca
Con savia limpia, con flujo sin traba.

Un tronco enhiesto de protección terca,
Su rama dobla pero no se acaba.
Al fin llegará nueva fruta fresca.

 

Talante

Aturdidos por un mundo agresivo,
si no lo interpretamos bien, sufrimos.
Fronteras, razones o simbolismos
fraguan en duro talante opresivo.

Oprimen los elevados abismos,
la impotencia me deja pensativo,
aunque la exigencia me pone altivo
bregando con tenaces optimismos.

Sólo una ética decidida y genial
con firme creatividad tesonera
puede dar el potente impulso inicial.

La práctica queda en voz rastrera
¿No podemos superar tan alto umbral?
¿Posible desesperación postrera?

 

Fugitivos del accidente

Entre ansias y renuncias navego.
El misterio recubre mi origen,
las razones no cambian esa imagen.
Si intento escapar no doy el pego.

Al primer accidente nunca llego,
sólo intuición de lejano origen,
con certidumbres escasas al margen.
Orden alterado con quien dialogo.

Ya fue el accidente definitivo
al que siempre se atribuyen desdichas.
Nos queda buscar el buen lenitivo

cada uno verá si superlativo
pues para encontrar verdadera dicha
crepitará de amor un fugitivo.