“Se aprende a sucumbir con arte
y se sucumbe para hacer arte”.
“La prosa convive con el verso;
acaso para la imaginación ambas son iguales”.
Jorge Luis Borges
001
no buscaba unción
exigía firmeza
y la traicionó
sí
a su otredad
la palabra
002
le tentaba esa noche la idea de los cuerpos, en celebración, cubiertos con el color de unos instantes de jazz
encontró
un anillo
un abanico
más-caras
la luz
se extinguió
Mardi Grass
permanece
aunque cerque la noche y las hojas se presenten imposibles
no se abandona un verso en la orilla por aciago que sea
014 - en el laberinto del no
buscar el vocablo
extraerlo
penetrarlo
reinventar el por venir
o admitir su ruina
porque es nada al hermanar los párpados y al atar la venda
porque es una desolación que no pasa al concluir el texto
hay que asistirlo en el tránsito
con la importancia de su misticismo / inutilidad
él permanece sin nosotros
por nosotros
en el miedo a morir
con el fantasma de amar
afirmo
escribir no es darle voz al silencio para verse muerto en él
015 - behind the scenes
a priori
no hay que unirse al poeta
el
infinito
no
es
sino
quimera
desposeerse es el mandato o morir en el patíbulo para no preñarse
con sus lunas y mareas
cuando no hay un anhelo que te sueña
la orden es ignorar el dogma
la fe absoluta / relativa
y los premios
y castigos
la
voluntad
es
deshonesta
cuando
canta
en
voz
ajena
en el recinto del lenguaje
guarecerse
escuchar
su
grito
lindante
buscar
la
piedra
sin
limitar
al
hombre
—el asunto es no sumar melancolías
aunque el verso se habite de retoques
024 - terma
un poema es una herida que exige de los astros desatar los nudos de la cuerda
¿cómo principiar su vuelo? si a todo llegamos con acrobacias
y por metáforas, desistimos
027
la escritura es un espacio de duelo entre la fuga y el quebranto
entregarse a su abril es tortura
buscarle amantes, debilidad
029 - naturaleza muerta
camíname
pidió
el
verbo
y
bajé
a
su
infierno
con
el
alma
en
una
mano
me apreté al tronco
con los huesos de mis huesos
con las voces de sus voces
sucumbí arlequín
espantapájaros habité mis muertes
—tantas veces recorridas– con la desconocida sentada frente a mí
y hallé
al que no brota de la sangre
ni de la carne
porque se forja desde el espacio vital que es el poético
el
hombre
nuevo
resurgió
del
agua
y
con
fuego
recorre
los
secretos
de
salvaguardarse
bajo
el
lápiz
y
el
papel