medito bajo este sol radiante
doy media vuelta y retrocedo sobre mis huellas
intuyo y recapacito
leo mis viejos poemas uno por uno
medito bajo este sol radiante palpitante
esperanzas llenas de imágenes y piel
todo tan claro hoy
con una mirada nueva
gracias a la búsqueda de ayer
se alza desnuda mi pena conmovida
como una rosa blanca
en el vuelo de este viento de abril
fosforeces en mí
caes de repente ante mis ojos como una tentación
y me seduces
has desatado mi noche
—sin duda eres rey—
hoy soy una caricia de extremo a extremo de la hoja
hoy sólo caminos certeros y riachuelos embriagan mi apetito
rincón de sueños donde todo se alarga
mi poema se abraza a tu cuerpo
estamos tan cerca
fosforeces en mí
los abrazos de la noche
los abrazos de la noche enamoran
son secretos
absolutos
silentes
sagrados
son noche entera
no hay voces
las estrellas parpadean
son un destello en la penumbra
lo indescifrable
esta noche hay luna llena
esta noche sí
esta noche lo indescifrable
lo oculto
el abrigo
el fuego
la tierra
esta noche el laberinto
esta noche yo mujer
como la noche estoy oculta en ti
me sostengo frágil
sólo son excusas
sentimientos cruzan palabras para detenerlas
tú allí
como una invocación
el mar dentro de mí
convulso alto
encrespado vasto insaciable
golpeando
trato de expresar lo inexpresable
ese amor tan sonoro
tan intenso
como un violín sonando
mi mano alargándose para asirlo
como una ráfaga se me esfuma
en mi río todo fluye
se alza
me inunda
secreta armonía
cuando me hablas
lo femenino irrumpe
sí...
yo luna
yo mujer
me hablas tan poco
sin embargo estás cerca
como la noche
estoy oculta en ti