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A pesar de todo... Adelante
Extractos

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A la mañana siguiente

El contacto del albornoz
denuncia la presencia de tres granos
en la espalda grasienta.

No soy dama de finas estéticas
ni amiga de dietas sanas
Me froto los ojos
para arrancar las legañas y las pesadillas
inacabadas.

La luz de una vela se apaga
para dejar sitio a otra. Despunte.
Consumen la penumbra de habitación
en emboscada de cerumen.

Arrastro los pies
como si me sobrara altura
En el fregadero se amontonan
los fósiles de la cena.

Me dejó un preámbulo
de mentiras convenientes,
un rastro de semen en la pierna
y soledad para dormir
Se llevó sexo frío
servido bien caliente,
y media botella de whisky en las venas.

Sobre la vitro
moquean las cazuelas
Suena el despertador del microondas
Aún ronca la nevera
Me sirvo café con leche,
vaso ancho,
mucha azúcar.
Meto al amigo mestizo en mi cuerpo
Me levanto las tetas
Las poso sobre la mesa
que descansen...

Un taconeo de cristales
viene del ordenador
Un mensaje
Es él
Dice que se acabó,
que será lo mejor
¡Cómo se nota que tiene vacíos los huevos!

Estoy harta de los sentimientos
Me sublevan con sus caprichos
El tipo se cree diferente
Me aburre.

Algunos pretenden ser distintos
como si eso les sirviera para escapar
de la muerte
No quieren oler en sí
la mierda que tan claramente distinguen en otros
En mi caso, soy global,
no entendería mi desgracia si no fuera como la de los demás.

Ya voy despertando
al cálido trote de la cocina
La silla se rasca contra el suelo
Sin amante
Sin familia
sufro el domingo de resaca.

En mí sobrevive una mujer;
nadie lo dude.

 

Bukowski en el infierno

Leía los pasos cortos
de Bukowski
No sé si eran versos,
una declaración de guerra
o, simplemente, rendiciones pactadas
Había fuerza digerida,
talento con o sin botella,
y amor atragantado en los testículos.

A mitad del libro, en un espacio desocupado
por la edición, observo la nota de un lector:
“Resulta gratificante saber que hay personas por ahí
que leen a Bukowski. Siento joder un libro,
pero es una licencia que me permito para honrar
la memoria de este gran hombre y mejor escritor”.

Mi homenaje es para ese lector
que consigue despertar la palabra dormida
y perfuma el cuerpo descompuesto del autor.

Mi sobrino, al ver en la solapa al hombre de la barba,
me pregunta si se trata de un vagabundo
Reflexiono un instante y contesto que sí.

Olvidémonos de la cara
emulando a la muerte
y sigamos creando sobre lo creado.

Cuando Bukowski se veía a sí mismo muerto,
pensaba en automóviles en una zona de aparcamiento.

Tiremos sus calzoncillos sucios y los limpios
porque a estas alturas ya sabrá
que el Infierno no es un lugar solitario.

 

Cacería

Hay guerras que podan los árboles
y paces que los dejan marchitar.

Un grupo de adultos se arracima,
homenajean al dolor,
arañan mejillas
provocan la sangre
en el ritual de la indignación
Se derrumban
ante las tumbas de juguete.

Los niños acudieron a las sirenas
Un hombre sin plumas, desde lo alto,
les lanzó un visado a lo paranormal
Ellos abrieron los brazos
para acoger el proyectil ciego.

La muerte está muy mal vista
Quizá sea porque hay que cerrar los ojos
definitivamente
para poder verla.