Letras
“Días de azar”, de Fidel Flores
Días de azar
Fidel Flores
Poesía
Ediciones Icum
Maturín, Monagas (Venezuela), 2011
ISBN: 978-980-6710-38-2
52 páginas
Días de azar
Extractos

Comparte este contenido con tus amigos

Tierra sagrada

Me detengo
              estoy en el borde
Me asomo hasta sentir el final
                          lo que ignoramos

Algo llama desde el fondo
nos toca
            nos aproxima
                           nos desola
tendidos
abrazados a lo desconocido
             a lo transparente que se revela
se hace silencio
                                        pasa
se vuelve olvido
tierra sagrada.

 

Lugar de extraños secretos

Lugar de extraños secretos
donde la memoria es tierra vestida de ternura
en la que transitan cuerpos
              malolientes
                             sin rostros
                                            soltando sus babas
abandonados a su suerte

De aquí no se regresa
nadie reza por nadie
no hay misericordia
esta tierra se traga todo.

 

Boceto para enterrar un hacha

Exiliado
vagué por los pantanos
el miedo hizo fría mi sangre

Preferí el hueso a la carne
dormí en asquerosos chiqueros
trataba de hablar
y ronco rugido era mi voz

El dolor anidó en mi cuerpo
heredé el fracaso y la lástima
toqué a la puerta de dios
y oscuros mastines presagiaron amarguras

Para vivir hice del robo mi oficio
del cuchillo santo protector
y mano poderosa.

 

Puerta cerrada

No hubo tregua
ni reinos que defender
sólo rencor por alimento
hierba seca
y animales muertos
Nada en que pensar
ni en que ocupar la soledad

Cuando tuve desconfianza
no dudé un instante
el filo del cuchillo
fue la ternura ausente.

 

Vi la niebla oscura

Son cinco mis sombras
Según el día
vienen de perfil
o me abandonan
llevan mi mejor traje
y un tocado de plumas
del ave que guarda la memoria.

 

No pienso en ningún puerto

Un día de estos
me quedo a la intemperie
voy a cruzar esta tierra
hundirme en este campo de espinas

Un día de estos
me volveré polvo
y muerto en pena
atravesaré los patios cantando
conjurando la sed en los aljibes

Como antes dejaré la misericordia colgando en los alambres
la ropa desgarrada
el cuerpo hecho jirones
puñal en mano y en silencio.

 

Lo que pasa

Hay voces que se agotan
cumplen sus promesas
regresan

Como pájaros
atacan desde un árbol
dominan tus pasos
presencia filosa
que sacude y acuchilla.

 

Lo que queda

Me doy vuelta
dejo la misericordia en medio de la tumba
no me vengo de nada
sólo despido las almas
les abro la puerta
              que se vayan tranquilas
                           y me dejen en paz

 

Dura la piel

Nací donde el viento respira
rodeado de nubes
y hay un reino más allá de las sombras
Aquí se vive herido de abandono
a plazos dejamos la vida
escrito el destino en las paredes
nadie huye
y las casas vari quedando vacías.

 

Días de azar

Por aquí sólo el calor
hiriéndonos
más allá de la sangre
Vamos sin rostro
Sin nombre
No hay destino
sólo el calor
quemándonos
Tentado por el viento
desafío la gravedad
echo el cuerpo al vacío.