Artículos y reportajes
Fotografía: Brownie HarrisDía Mundial del Teatro
En busca de derechos, por un teatro en nombre de los derechos humanos

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La mujer y el hombre de teatro, entes generadores de cultura y de cambios sociales, tienen la responsabilidad de comunicar, de expresarse, de hablar en legítima defensa de La Palabra.

Nuestro papel como gente de teatro es el de ser elementos regeneradores de sistemas donde se nos niega cada vez más el acceso, como si no tuviéramos derecho a hablar del mundo en el que vivimos.

Las mujeres y hombres de teatro tienen la tarea de ocuparse de revivir los valores humanos, éticos y morales que ya no existen en nuestra época. El teatro debe servir para ilustrarnos, para abrir senderos que nos ayuden a salir del período de oscurantismo que está viviendo el mundo actualmente.

El único lugar donde el discurso del actor logrará su verdadero impacto y donde su mensaje logrará una verdadera relevancia es en la escena teatral.

Es en la escena teatral donde encontrarán eco las ideas de los dramaturgos, que han inspirado la historia del teatro: Shakespeare, Ibsen, Shaw, Pinter, Havel. Es a través de la palabra, a través del verbo, donde relucirá el pensamiento de la literatura teatral.

Los teatreros del futuro deberán concebir la sociedad y el mundo del teatro como un terreno indivisible, donde se verán obligados a librar batallas cuya única victoria consistirá en lograr el éxito por sus derechos como artistas.

Los artistas no hacen su trabajo en su tiempo libre, como se ha dicho siempre. Los artistas dedican todo su tiempo al trabajo. El trabajo es un derecho inalienable; como consecuencia, los hombres y mujeres trabajadores del teatro deben exigirle al Estado los derechos sociales que les corresponden: derecho a la salud, a la seguridad material y social, al descanso, al tiempo libre.

Discutir y proponer leyes que apoyen esos derechos, que ayuden a obtener a través de los recursos del Estado la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su trabajo artístico, esta debe ser una preocupación del artista y una obligación de los líderes culturales de un gobierno.

Aprobar una ley de protección para los artistas con derechos que protejan su nivel de vida, con derechos a seguros de vejez, de invalidez, leyes que aseguren el bienestar de la familia, es indispensable para la existencia de todo gremio teatral.

Que el 27 de marzo de 2012, Día Mundial del Teatro, sirva de reflexión a los dirigentes de las instituciones culturales de la República, haciéndose eco de esta problemática, proponiendo e instaurando sin tardar, leyes de protección social y económicas, dotadas de un adecuado marco jurídico que tengan como único fin asegurar la protección de ese valioso patrimonio que son los artistas, recurso natural de una nación.