Máscara
escribo para ti porque no escuchas
mas ¿quién dicta el tono preciso?
la solitaria está al acecho
llega la paz su locura
pero tú no llegas
el segundero está quieto
Arrullos para tu lejanía
déjate encontrarme
en mitad del desierto
envuélvete en la sed
y el remolino
estaré frente a ti
sin que me mires
dormiré sin cerrar
las ventanas del cuerpo
cántigas divinas
se asoman en mi vientre
para que llames
a una puerta sin paredes
y te invada la luz
que es plena
a la vuelta
de tus ojos
Desear el sueño
en el hueco que se abre
entre mis noches
en el no saberte amo
la ausencia
el imperceptible peso
del tiempo
clavada en la oscuridad
en otra tarde y sus noches
pregunto
quién fue el culpable
los tiempos ya no son
los de antes
La luz del instinto
desaparece en la huella
del dios taciturno
muérdete los labios
vuela con las ganas
respira profundo
aguanta el impulso
¿se instala?
Soñar el deseo
basura que vuela
la máquina humana
su vida volátil
montándose al sueño
su luz
el torrente
la noche le agita
Del cuerpo sin partes
I
tan cerca del sueño
como de la muerte
tan lejos
gira
un rodar constante
su cántico eterno
la danza
II
¿recibes mi llamado?
nunca lo hagas
enciende el centauro
en llamas al vientre
cenizas
sólo tus cenizas
III
al final del calor
encuentra el olvido
Ardor
en el vacío del espejo
se aman aterrados
desean el vuelo
la caída el golpe
luchan contra sí mismos
en un mundo de cabeza
el agua
hartos de las miradas
que prometen la gloria
se tocan se beben
balbucean los nombres primitivos
¿alguien pide respuestas?
¿quién resuma?
El hambre implacable
perdido entre abrazos
a la media luna
gratuidad del límite
don
transcurre azotado
escupiendo al cielo
desvelado e insomne
su noche es eterna
sabio es el instante de su amor