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Guillermo Bañados Honorato: su idea de ciencia y de política

lunes 14 de septiembre de 2015
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Guillermo Bañados HonoratoLa juventud de Bañados Honorato y el desarrollo científico

Cuando se piensa en los preclaros hombres del Valle de Aconcagua, en la región central de Chile, que han dejado un legado político, social, cultural o científico para nuestro país, generalmente se piensa de inmediato en el político y presidente de la República don Pedro Aguirre Cerda (1879-1941) o en el doctor Roberto Humeres Bañados (1861-1943), pero casi nadie recuerda el nombre o la obra del destacado político, cientista social, filántropo y estudioso Guillermo Mentor Bañados Honorato, que nació en San Felipe, en el Valle de Aconcagua, Chile, el 25 de julio de 1870; fueron sus padres don Federico Matías Bañados Moreno y doña Zulema Honorato Viancos. En los años setenta del siglo decimonono, la República de Chile se desplazaba en torno a dos ejes relevantes del período; en el ámbito productivo e industrial, estaba empecinada en desarrollar las nuevas tecnologías provenientes de Europa, y en el universo académico y político estaba bullente de discusiones intelectuales sobre la conveniencia de fomentar la ciencia e incorporar a la mujer en la educación superior y en la educación científica propiamente tal. En relación con el interés gubernativo de la época por la tecnología, por ejemplo, la preocupación por extender las vías férreas es un excelente indicador, puesto que Chile ya hacia fines del siglo del progreso tiene más de 4.000 km y se encuentra en plena construcción de nuevos caminos y puentes, así como también en el país ya se están construyendo locomotoras y cascos de navíos, que por estos años se realizan en las maestranzas de Valparaíso. Todo ello es otro elemento indicador del auge de la tecnología en Chile en este hito.

En la prosa científica y sociopolítica de los inicios del siglo XX en Chile, Guillermo Bañados Honorato llama notoriamente la atención por su presencia en distintas colectividades de especialistas.


Por otro lado, en el plano científico, la creación de la Oficina Hidrográfica de la Armada en 1874, o la gran Exposición Universal de Chile en 1875, o los avatares de la Guerra contra Perú y Bolivia a fines de esta década, el aumento de la flota naval, o los primeros congresos científicos en Chile; tales como el Congreso Libre de Agricultura en 1875, o el Congreso Médico Chileno en 1889, o el Congreso Nacional Pedagógico el mismo año,1 así como la aparición de revistas científicas, o específicamente la diversidad de revistas médicas, o la aparición de la Revista de Historia Natural de Valparaíso en 1897, gracias al naturalista Carlos Porter —entre tantas otras novedades—, ilustran claramente la situación científica y tecnológica del país entre los años 1870 y los inicios del siglo XX.

En este contexto, por tanto, la niñez de Guillermo Bañados Honorato recibe el impacto del patriotismo circundante que lo seguirá toda la vida. Son los años en que principia lentamente a participar la mujer en la vida universitaria, principalmente por el lado de la medicina; recordemos por ejemplo que Eloísa Díaz se convierte en la primera mujer médico en Chile en 1887 y luego sigue Ernestina Pérez, o Dorila González, la primera egresada del Instituto Pedagógico en 1895, o María Griselda Hinojosa, la primera farmacéutica en 1899, en fin. También son años de inauguraciones de puentes y caminos como el Viaducto del Malleco, en 1890. Pero también son años difíciles en lo político y lo social. En efecto, en general en el período de cambio del siglo XIX al XX Chile está preñado de las ideas positivistas que difunden José Victorino Lastarria, los hermanos Lagarrigue y Valentín Letelier, entre otros, y por tanto, aunque Guillermo Bañados Honorato no se declara expresamente positivista, su accionar sigue las aguas temáticas de esa dirección: liberalismo político, fomento de la educación, independencia Iglesia-Estado, preocupación por el progreso social y material.

La muerte lo sorprende en Santiago el 2 de diciembre de 1947.

 

Sus primeros cometidos políticos

En esta comunicación sólo haremos una sinopsis sobre la faceta política de Bañados Honorato, pues nuestro quehacer central en este momento es la mirada científica sobre su obra. Así, nada más antes de entrar en este ámbito recordemos que realizó sus estudios primeramente en el Liceo de Hombres de San Felipe y luego en el Instituto Pedagógico de Santiago. En 1891 dejó sus estudios para ingresar al ejército, que se mantuvo fiel al presidente Balmaceda. Combatió en Placilla con el grado de teniente por los balmacedistas.

En el año 1888 ingresó al Partido Democrático, sólo un año después de que éste se fundara; fue miembro fundador del Partido Demócrata (o Democrático) en San Felipe, siendo estudiante de humanidades. En marzo de 1912 fue elegido diputado por Valparaíso, por el Partido Demócrata, durante el período 1912-1915; en dicho lapso integró la Comisión Permanente de Guerra y Marina. Más tarde es reelegido diputado, pero esta vez por Coelemu y Talcahuano, para el período 1918-1921, y en esta lonja de tiempo integró en el Congreso la Comisión Permanente de Legislación y Justicia y la de Hacienda. Fue presidente del Partido Demócrata entre los años 1920-1921.

Posteriormente es elegido senador por Santiago para el período 1921-1927; durante este hito, fue senador reemplazante en la Comisión Permanente de Legislación y Justicia y miembro de la Comisión Permanente de Guerra y Marina. También lo encontramos como miembro de la comitiva o embajada que Chile envía al Brasil en 1922 para participar en el centenario de la independencia de dicho país.

Fue también ministro de Industrias, Obras Públicas y Ferrocarriles, del 24 de julio al 5 septiembre de 1924, y ministro de Justicia del 11 de julio de 1932 al 14 de septiembre del mismo año. Además fue presidente del Comité Internacional Interamericano de las Sociedades Obreras Laicas y Católicas. Más tarde, el Congreso es disuelto por la Junta de Gobierno, recién instaurada, según decreto del 11 de septiembre de 1924.

También fue socio del Ejército Cívico de Salvación, en cuya representación formó parte del Congreso Provincial Obrero de Valparaíso en febrero de 1911, y miembro del Congreso Social Obrero (organismo conductor del mutualismo).

 

Sus aportes científicos

Si nos ponemos a pensar en el rol científico de Bañados Honorato, lo primero que hay que tener en cuenta es preguntarnos por qué lo consideramos un científico. Al respecto, cabe señalar que alguien es considerado como científico cuando está inserto en una comunidad de especialistas o cuando participa de una vinculación con una o más entidades que están en la labor de la aprehensión cognoscitiva, ejercitando y practicando un paradigma característico de estos autores; esto es, un modelo, reglas y métodos de acercamiento a un objeto de estudio para una posterior descripción o explicación de los mismos. Así, por ejemplo, un entomólogo que identifica y denomina coleópteros e insectos en general, o un ornitólogo que estudia las aves y su hábitat, o un geógrafo que recorre distintos lugares de una región y va midiendo las distancias y determinando las coordenadas de ubicación de dicha región. También porque logra fundar o asentar algunas entidades que se interesan por la aprehensión cognitiva en algunas de las áreas de la investigación científica. Y por cierto, cuando domina un o unas áreas del saber con absoluta propiedad, como para ir entregando conocimientos nuevos en su campo y presentando resultados con artículos, conferencias o libros al respecto. Y por supuesto, cuando es reconocido por sus pares que lo invitan a participar de diversas entidades donde se analizan temas de los campos científicos, tanto en el país como en el extranjero.

Ello se comprenderá mejor cuando nos percatemos de que nuestro autor cumple con las notas mencionadas y apreciemos que domina en profundidad una o varias disciplinas, y que además es reconocido por los pares y contactos científicos nacionales e internacionales como uno más de ellos. Y que por eso participa frecuentemente en congresos científicos y otros eventos nacionales o internacionales vinculados a su especialidad. Justamente en estas áreas y entidades es donde a continuación confrontaremos la praxis de Bañados Honorato en su condición de científico.

 

Reconocido por los pares y contactos científicos

En la prosa científica y sociopolítica de los inicios del siglo XX en Chile, Guillermo Bañados Honorato llama notoriamente la atención por su presencia en distintas colectividades de especialistas. Entre éstas, y solamente mencionando las más directamente vinculadas a la ciencia, recordemos que fundó —entre otras entidades—, la Gran Federación de Gente de Mar de Chile (1911) y la Sociedad Ciencia, Trabajo y Progreso de la Mujer (1911).

También fue invitado por el arquitecto Georges Benoit-Levy al Patronage de la Association Internationale des Cités Linéares, Boulevard du Temple, París. Aquí presentó y explicó las características de un modelo de construcción de casas para obreros, que podían construirse de manera más económica e higiénica.

 

Participación en congresos científicos

Nuestro autor participó en numerosos congresos científicos, entre los cuales nada más a manera de ilustración, destacamos aquí los siguientes:

  • El Congreso Maderero de 1913, en Temuco. Aquí estudia aspectos de la industria maderera y su rol en la producción nacional.
  • El Primer Congreso Científico Panamericano en 1908-1909, en Santiago. Aquí presenta los estudios sobre nuevas raciones de la Armada y otros.
  • El IX Congreso Científico de Valparaíso en 1936, donde presenta trabajos como:
    • Definiciones geográficas aulicadas a Chile.
    • Algunos problemas que interesan a la provincia de Aconcagua y en especial al puerto de Valparaíso.
    • Instrucción Primaria Industrial, primeros esfuerzos que terminarán más tarde con la creación de la Universidad Técnica Federico Santa María, como se ha señalado con antelación.

Además de su condición de político, Bañados Honorato es un claro exponente de disciplinas tales como las ciencias sociales, la geografía, la potamología, la orografía, la historia, la economía, contabilidad, educación, nutrición, higiene, fisiología, derroteros náuticos, arquitectura, cuestiones técnicas de la marina, criptografía y otras. Ahora bien, muchas de estas áreas las fue desarrollando parcialmente de manera autodidacta, estudiando luego de sus horas de trabajo y difundiendo más adelante los acopios informativos acumulados; así como también las innovaciones propias en las áreas mencionadas.

 

Sus obras científicas y técnicas

Entre sus obras de orientación científica se destacan:

Su idea de ciencia no sólo se orienta a las personas, sino que también incluye el entorno social, el entorno urbano y rural.


  • Manual del capitán mercante (1903), en colaboración con el teniente 2º Julio Valverde. En rigor, se trata de una compilación muy completa de leyes y decretos que rigen a la Marina Mercante y cuyo conocimiento facilita la interfaz operativa y náutica de los oficiales, así como también contribuye a una relación más fluida con los oficiales de la Marina de Guerra. Dicho libro se transforma en un texto de consulta especializado para los oficiales de la Marina Mercante en temas tales como las leyes de navegación existentes a la fecha, la sanidad marítima, las leyes sobre la utilización de muelles, el equipamiento de las naves, el deslastre de los buques, los reglamentos y protocolos para evitar colisiones en los barcos, la reglamentación para los prácticos de naves y diversas ordenanzas de la Armada.2 Así, por ejemplo, y nada más a manera de lustración, recuérdese que en relación con el deslastre de los buques, por ejemplo para la zona de Chiloé, señala:“Ancud. Por medio de las lanchas en la playa de Lechegua. Quenchi. En el fondo de la ensenada, frente al río Lebicura i por medio de lanchas. Castro. Por medio de lanchas i por frente a la punta Quentu, inmediato a tierra.

    Quellon. En la ensenada de Cheteo. Huehue. Sobre la ribera comprendida entre piedra Cholchi i la punta Chilen.

    Huite. En el fondo de la ensenada, inmediato a la embocadura del río Cruces.

    Quicaví. Sobre la ribera comprendida entre los establecimientos Antones.

    Queilen. Al E. de la punta Detico, inmediato a tierra.

    Compu. Al O. de la ensenada de Chadmo, inmediato a tierra.

    Melinca. Debe deslastrarse en la medianía del canal, al SE. De la isla Westoff”.3

    Todo lo cual indica claramente que estamos en presencia de un texto científico-técnico que acopia lo más relevante para la navegación y lo legal, que favorece un mejor entendimiento entre la oficialidad de la Marina Mercante y la de la Armada de Chile.

  • Del mar Pacífico al Báltico (1906); aquí da cuenta del viaje que realiza la corbeta Baquedano y destacan sus observaciones sociológicas así como las descripciones de los lugares de la costa de Chile confrontando datos, de regiones como Juan Fernández, Golfo de Penas, los distintos canales de la Patagonia, Punta Arenas, y de lugares extranjeros del Atlántico, de la línea ecuatorial, de las Islas Bermudas, Filadelfia, Nueva York, Cherburgo, Hamburgo, Kiel, Estocolmo y otros lugares. Entre las observaciones sociológicas cabe destacar que Bañados Honorato compila diversas palabras de los indios onas y sus correlatos con el español.4
  • La ración de la Armada (1908). Aquí, tras dejar asentadas las notas fisiológicas y alimenticias de los marinos, observa que muchos de ellos se enferman en los largos trayectos de los derroteros náuticos y analiza los partes médicos y la alimentación de los embarcados, dejando de manifiesto que la ración en total era insuficiente para reponer las energías gastadas en el trabajo propio del hombre de mar. Por ello sugiere cambiar la dieta que se entregaba a la marinería desde fines del siglo XIX por otra más completa en proteínas y verduras.5
  • Alimentación del marinero mercante. (1908) Muy similar a la obra anterior pero pensando en los marineros civiles o particulares. Con la salvedad de que para este ámbito había menos información sobre la ingesta de alimentos de este tipo de marinos.
  • Navegación fluvial chilena. (1908) Aquí nuestro cientista social señala cómo deben navegar los pilotos y patrones de mar, en los ríos más caudalosos, considerando todas las precauciones y cautelando las normas técnicas.6
  • Apuntes para un diccionario marítimo militar chileno (1924; traducido al inglés y francés). En esta obra Bañados Honorato logra compilar admirablemente todos los conceptos vinculados a la navegación. Esto es, una especie de supradiccionario que explicita científica y técnicamente todas las voces utilizadas y/o relacionadas con la Marina de Guerra, tanto del ámbito normativo como del fluvial, hidrográfico, taxonómico y vial, y que además incluye ilustraciones de muchas de estas expresiones. Así, en sus páginas encontramos tablas y estadísticas de las hoyas hidrográficas del país, el curso en kilómetros de los principales ríos, de las vías férreas, de los tipos de nubes, de los tipos de naves aéreas, de los tipos de peces y sus nombres científicos, de los moluscos, o de elementos constitutivos de las naves, su casco, su arboladura, y de todas sus secciones, o de los vientos más frecuentes en nuestro país y sus peculiares características, o de los distintos tipos de nudos, por ejemplo. Así, nada más a manera de ilustración, veamos algunos términos al azar que aparecen en este texto:“Abra: ensenada o bahía donde las embarcaciones pueden fondear con más o menos seguridad. Todo claro, hueco, distancia o abertura lineal o angular entre dos objetos fijos, como la que forma la tierra o la costa entre dos montañas, o la que presenta la boca de un río, canal o puerto”.7

    O más adelante en su prosa leemos:

    Nimbus: son las nubes de lluvia que se presentan en capas horizontales dominando los cirrus en la parte superior y los cúmulos debajo, y alternadamente tienen un color gris obscuro; se designa a bordo con el nombre de chubascos o turbonadas”.8

    Y en relación con especímenes taxonómicos costeros, nuestro autor hace una exhaustiva clasificación por ejemplo de diversos crustáceos, moluscos, algas y peces; v.gr. entre los crustáceos destaca:

    “Langosta… Palinurus frontalis.

    Langostin… Galatea monodeon.

    Centolla… Lithodes antártica.

    Jaiva mora…. Xanto planus.

    Jaiva peluda… Cáncer dentatus.

    Jaiva talicuna… Inachus mitis.

    Camarón de mar… Rhychoncinetes typus”.9

    Todo lo anterior corresponde por supuesto a una sinopsis que ilustra la prosa científica del autor aconcagüino que analizamos, en relación con esta última obra.

  • Guía del navegante en las costas de Chile (1904). En esta obra, también pensada para capitanes mercantes y patrones de mar de lanchas y otras embarcaciones, Bañados Honorato deja de manifiesto cómo navegar en las proximidades de la costa, resguardándose de las mareas y teniendo presentes las boyas, las rocas salientes y otras dificultades propias de la navegación costera. El texto en rigor corresponde a una compilación cuidadosa de distintas informaciones náuticas, hidrográficas, de iluminación costera y de los astilleros existentes en el país, entre otros tópicos.
  • Una compilación de leyes y decretos que rigen a la Marina Mercante (1903). Libro técnico especializado en temas de sanidad marítima, reglamentos y protocolos para evitar colisiones en los barcos, reglamentación para los prácticos de naves y diversas ordenanzas de la Armada.
  • Apuntes geográficos de la Provincia de Aconcagua (1936).10 En esta obra nuestro autor aborda la topografía, geografía, hidrografía y orografía de la región de Aconcagua: principia con antecedentes históricos y con las voces nativas que forman la palabra Aconcagua y sus sentidos. Uno de ellos sugiere que esta palabra viene de las voces nativas conca, que significa gavillas, y hué, que significa Por tanto, la región sería la tierra de las gavillas. Luego continúa con la división geográfica del territorio existente a la fecha y con un amplio glosario geográfico. Y enseguida Bañados Honorato parte alfabéticamente con los tópicos geográficos, potamológicos y orográficos de la provincia de Aconcagua. Destaquemos aquí, nada más a manera de ilustración, algunos momentos de su prosa científica. Así, en cuanto a las coordenadas de la provincia, lo acota en estos términos: “Su territorio se encuentra comprendido, poco más o menos, entre los 31º 37’ de latitud Sur y los 70º y 71º 40’ de longitud Oeste de Greenwich”.11
  • La antigua y la nueva Provincia de Aconcagua (1938).

A las obras ya mencionadas hay que adicionarle sus trabajos presentados y publicados en el IX Congreso Científico de Valparaíso en 1936, y sus artículos sobre temas científicos y técnicos publicados en la Revista de Marina, entre los cuales destacamos, por ejemplo, “El porvenir del torpedo” (1898), “Equipajes de la Marina nacional” (1895), “Apuntes sobre la Bahía de Concepción y el puerto de Talcahuano” (1894), “Temperatura de vituallas” (1902) y “Apuntes para una clave naval-militar” (1908).

Todo lo cual indica claramente que estamos en presencia de un destacado cientista social y difusor científico, que contribuye al incremento de los conocimientos especializados en geografía regional, navegación costera, nomenclatura naval, potamología, instrucción naval, alimentación e higiene, salubridad, arquitectura, estudios mareográficos, muchos de los cuales son traducidos al francés y al inglés, y por tanto trascienden nuestras fronteras.

 

Su visión de la ciencia asociada a la política

Luego de leer y estudiar las diversas obras como las mencionadas, queda claramente de manifiesto que su idea de ciencia es esencialmente utilitarista y pragmática, pensando siempre que los tópicos científicos deben servir a la sociedad y que los contenidos específicos de las distintas áreas debieran traducirse en beneficios que alcancen a cada uno de sus estamentos: a los más marginados, a los obreros, a los marinos, a las mujeres. Justamente por eso se preocupa ora de buscar dietas equilibradas y balanceadas para las comidas de los marinos en alta mar, o de las características higiénicas y ergonómicas de las casas en que deberían habitar los obreros —esto puesto que en los inicios del siglo XX los obreros vivían hacinados en cités y conventillos—, ora de clasificar y determinar qué carreras serían las más apropiadas para la mujer de los años 20 y 30 del siglo XX, según la realidad de nuestro país en esa época.

Así, su idea de ciencia no sólo se orienta a las personas, sino que también incluye el entorno social, el entorno urbano y rural, la preocupación por la industria y la producción, y por la transformación racional y moderna de ciudades como Santiago y Valparaíso, haciendo sugerencias o escribiendo ensayos, como el texto Las obras del Puerto de Valparaíso, que ya mencionamos.

Hoy día, aquellas preocupaciones de Bañados Honorato quedarían, las unas, enmarcadas en lo que se denomina responsabilidad social de la ciencia, y otras, vinculadas con lo que suele mencionarse como plano regulador de las comunas. Su mirada científica incluía también el entorno natural, como se observa en sus trabajos sobre las costas, las aves, las bahías y los ríos del país en el texto Apuntes para un Diccionario Marítimo Militar Chileno, en su libro Apuntes geográficos de la Provincia de Aconcagua o en el texto La antigua y la nueva Provincia de Aconcagua, en todos los cuales se interesa por cubrir todo el entorno, por describir las costumbres y el medio natural en general. Por tanto, es un enfoque esencialmente positivista, esto es, que percibe la ciencia como un medio que aúna los espíritus por su objetividad y rigor lógico y que debe orientarse a la obtención del orden social, del progreso material y de una renovación moral de las personas en el país y en el mundo.

 

Hacia una conclusión

La faceta de hombre de ciencias de Guillermo Bañados Honorato no corresponde exactamente a la de un científico de lo que hoy denominamos ciencias duras, ciencias experimentales, un químico o un físico, sino que más bien podemos decir que fue un cientista social, un historiador, un sociólogo, un geógrafo aficionado, un periodista, un reportero del diario El Mercurio de Valparaíso, un ensayista interesado por las humanidades y las ciencias sociales, pero con una clara percepción de la importancia de la ciencia y su vinculación con la tecnología. Y desde esta perspectiva se vislumbra su énfasis por la difusión cognoscitiva para la obtención del progreso material y social del país.

Su trabajo como científico es un complemento de su faceta política y de hombre público. Esto es importante, no hace difusión científica sola, la hace como la necesaria continuación de una tarea político-social, como un constructo de teoría e información especializada, que pueda dar consistencia y rigor a eventuales acciones o cambios que hay que hacer en el entorno geográfico nacional. Al parecer su interés por la ciencia emerge como mecanismo complementario de su praxis política, puesto que se da cuenta de que no basta exponer los problemas sociales en el Congreso, o en su partido, para obtener leyes que mejoren la situación social o económica de los trabajadores, o para que incidan positivamente en la productividad nacional.

Su visión de la ciencia, por tanto, parte del estado de la cuestión de los temas por él abordados, pero apuntando además a una correlación con los fenómenos sociales y naturales, siempre con mucho rigor y cumpliendo los pasos del método científico, en este caso como cientista social, la observación y el estudio minucioso de casos, para tener así un marco teórico que fundamente mejor sus peticiones para las nuevas conquistas sociales y educacionales, de las masas populares. Y para que éstos, por tanto, alcancen a su vez un incremento moral y una riqueza material. Con razón sus trabajos científicos se dieron en el marco de la difusión de ideas positivistas en el país y dentro de las preocupaciones intelectuales y sociopolíticas del período, las cuales abordaban, por lo general, todos los temas como parte de la búsqueda de un gran proyecto nacional; v.gr. las obras de Pedro Aguirre Cerda, en los años treinta: El problema agrario, El problema industrial y otras. Podemos, por tanto, colegir que Bañados Honorato estaba abriendo luces en esta dirección.

En su vida y en su obra científica siempre estaban presentes el Valle de Aconcagua, la ciudad de San Felipe y la comuna de Santa María, por ejemplo. Al respecto, tenía un espíritu matizado de gratos recuerdos. Por eso, no es extraño que en algunas de sus obras y artículos utilizara el seudónimo Guillermo de Aconcagua, o que en sus libros de geografía sobre la provincia de Aconcagua, que hemos mencionado,12 enfatizara destacando tantos lugares de la región, que en su tiempo eran pequeños lugarejos con muy poca población. Con razón las autoridades del Ministerio de Educación decidieron poner el nombre de este preclaro hombre aconcagüino a la antigua Escuela de Las Cadenas, hoy Escuela Guillermo Bañados Honorato,13 ubicada en la calle Tocornal 3341, sector Las Cadenas, Santa María, Aconcagua.

Finalmente, la conclusión más importante que podemos obtener de la idea de ciencia de este destacado cientista social aconcagüino, es la orientación que le asigna a las conquistas cognitivas, pues siempre estuvo pensando cómo los conocimientos de las diversas disciplinas que abordaba podían contribuir a resolver los grandes problemas socioeconómicos y las carencias educacionales y formativas nacionales. Y esto hoy no parece ser muy notorio en Chile y en nuestros países de América, debido entre otros aspectos a la alta especialización disciplinaria y a la fuerte intromisión político-militar en las decisiones de las comunidades científicas, así como también del poder económico y de las transnacionales en las mismas, induciendo por tanto a los científicos, a una cierta despreocupación por lo social.14 Lamentablemente en nuestro tiempo, al buscar bibliografía sobre su vida y su obra, únicamente se encuentra una foto y una breve minuta redactada probablemente por funcionarios de la Biblioteca del Congreso. Y nada más. Esto es una clara muestra de los hilos del olvido que debemos superar para Chile y para América toda.

Zenobio Saldivia Maldonado

Notas

  1. Cf. Saldivia Maldonado, Zenobio: La ciencia en el Chile decimonónico, Ediciones Utem, Santiago, 2005, pp. 121 y ss.
  2. Cf. Bañados H., G., y Julio Valverde: Manual del capitán mercante, Litografía e Imprenta Sud-Americana; Barra y Ca., Impresores; Valparaíso, 1903.
  3. Bañados H., G., y Julio Valverde: Manual del capitán mercante, Litografía e Imprenta Sud-Americana; Barra y Ca., Impresores; Valparaíso, 1903, pp. 224-225.
  4. Cf. Bañados H., G.: Del mar Pacífico al Báltico, Imprenta y Litografía G. Weidmann, Valparaíso, 1906; pp. 321 y ss.
  5. Trabajo presentado en el Primer Congreso Científico Panamericano, que se realizó en Chile entre diciembre de 1908 y enero de 1909.
  6. Ibídem.
  7. Cf. Bañados H., Guillermo: Apuntes para un diccionario marítimo militar chileno, Imprenta Cervantes, Santiago, 1924, p. 9.
  8. Ibídem, p. 200.
  9. Ibídem, p. 216.
  10. Bañados H., Guillermo: Apuntes geográficos de la Provincia de Aconcagua, impresión y encuadernación por Editorial Agrícola, Santiago, 1936.
  11. Ibídem; p. 22.
  12. A la fecha es el documento más completo. Existe un ejemplar en la biblioteca de la Escuela Guillermo Bañados y los niños y niñas estudian en él.
  13. La profesora señorita Rosa Saldivia Maldonado y el señor Zenobio Saldivia Maldonado difundieron desde el año 2007 la moción de cambiar el nombre de dicha escuela por el de Guillermo Bañados Honorato, dadas las raíces históricas del autor en la comuna, y su notoria preocupación educacional, política y social por toda la provincia de Aconcagua. Y principiaron una serie de reuniones con profesores y vecinos de dicha localidad; luego se contactó con los descendientes del preclaro cientista y político para articular la idea. Finalmente la directiva y socios del Club Aconcagua presentaron los antecedentes de la obra de Bañados al Ministerio de Educación, que aceptó la propuesta, pues ya había un documento ministerial en los años cincuenta del siglo XX, que designaba con este nombre a dicha escuela.
  14. El autor agradece la gentileza de la doctora Ester Precht Bañados por facilitar algunos textos originales de Guillermo Bañados Honorato, y al magíster en ciencia política Francisco Díaz C. por sus aportes previos.
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