Artículos y reportajes
Aly Pérez:
una barca entre la niebla

Alberto Hernández
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Aly PérezEste es un momento en que el corazón es un muelle cubierto de niebla. La muerte de un poeta que durante años fue parte de los afectos del colectivo creador, se hace un dolor permanente. Aly Pérez acaba de morir. Su cuerpo enfermo, perseguido por un mal que lo aquejó toda la vida, finalmente apagó su voz y sus deseos de continuar trabajando en su taller de poeta y pintor.

La muerte de Aly Pérez nos duele profundamente. Nos escuece. Se trataba de un hombre de Villa de Cura cuyo nombre creció en el país y desde ahora seguirá sonando en nuestro espíritu.

El movimiento artístico de Aragua y el país queda resentido con la partida de nuestro amigo, un hombre que entre los avatares de la poesía escondió su cuerpo para intentar continuar viviendo. Su escritura no descansaba. Su pintura fue alojo de solidaridad y afecto por sus fantasmas, fijaciones y constantes. Así su verbo, cargado del imaginario de su pueblo y, luego, atado a la vocación de una poética cercana a otros escritores que lograron marcarlo. La muerte de Aly Pérez se refugia en todos nosotros. La muerte de este cercanísimo amigo es un golpe bajo a los que estuvimos y seguiremos estando del lado de las letras y el afecto por el ser humano. Aly Pérez es hoy una barca entre la niebla sobre un mar que lo lleva a otros espacios donde -seguramente- la poesía y el color de sus cuadros le revelarán la eternidad.

No hay pésame posible. Aly supo vivir entre sobresaltos: entre el temor a perder el cuerpo, seguro de que su alma estaba predestinada a hacerse parte de una distancia sólo comprensible en la alegría de su cercana pasión creativa.

Desde Pasión según la casa, su mejor logrado milagro, seguiremos cantando en procura de que en su nuevo mundo prevalezcan la poesía y los colores.