Uno de los libros más intensos del poeta venezolano Isaías Medina López, Isaura... está a medio camino entre la obra teatral y el poemario. En efecto, el libro fue concebido con la intención de que sus textos fueran representados sobre las tablas, pero cada parlamento es un poema, y una nota de editor que preside sus páginas advierte: “en caso de urgencias úsese como poesía”.
El dueño del bar
y la demostradora de cosméticos
bañándose en el río sacro de las brujas
Paciente tras cada fluido
el instinto hechicero surca sereno
el mapa de los cuerpos
imperceptible casi
no así los latidos
ni el seno en punta de media luna
ni el calor encima
desoyendo advertencias
los altares de vela trenzada
y al río
que es vientre de los celajes
sangre de las hogueras del miedo
el pacto mortal de las gitanías
El hombre que quiso ser poeta
bebiendo una cerveza al ras de su destino
El hombre que quiso ser poeta
pide una cerveza frente a la barra
donde fue conocida la poesía
Mirándolo está el servidor de copas
La mujer que atiende los paisanos
detalla sus pesados libros
Ella fuma todos fuman
Él repasa las costumbres bohemias
Hemingway, Miller, Cervantes
una embriaguez escrita por Shakespeare
Ella mira sus cuadernos
su cuánto sufre la tanta ocasión perdida
Los paisanos entran y salen
entran y salen inclementes
El hombre que quiso ser poeta
se hunde en los versos de una vieja rocola
Uno quisiera hablarle
pero la hipocresía es vil juego de asesinos
Modelos para cartas de desamores y de amores
en la Ciudad de los Espejos
Modelo I
Bajo cero cuando mucho fue encontrarte
Modelo II
Das igual aquí o ausente
Modelo III
Besar el fuego al menos es peligroso
Modelo IV
Tú aunque sea muriendo
(Posdata: Existir sabe a ti)
De cuando en el tiempo líquido del insomnio
conocí a Isabel.
Ciudad de la Noche 1937 o 1996
Pudiendo ser útiles en algún trabajo
mis ancestros optaron por morir amando
ignoro en lo tanto
y en lo tonto que soy
las dulces maneras de sus días
Asomado detrás de mi añejo
veo a Isabel la Negra
pasar sobre las velas en el patio
el abanico ante el verano decidido
Los labios amapola
que hoy casi rozo de insomnio puro
Isabel perfumando los demonios
que deja Isaura
y el horizonte copioso del desvelo
De cómo el hombre que quiso ser poeta
aprovechó la ausencia de Isaura
para proferirme sus dolorosos poemas
valiéndose de la excusa de su necia soledad
como si él fuese el único adolorido del mundo
El hombre es el único animal
que derrama condolencias sobre sí mismo
Ocasión en la que escuchaba Isaura
mi propuesta de matrimonio
y alguien tropezaba con nuestra mesa
El rostro al que averiguas su incertidumbre
ya casi no tiene tiempo para el cobijo
El semblante ante ti
ha seguido fiel las doctrinas del bolero
Los ojos que crees contemplar
observan cómo ahora crece
un reciente ensueño en su destrucción
Noche suplicante ante el altar de Isaura
Cuanto sé de las miserias
está en la cruz de mis días
en las edades proscritas del aire
Del manto verde que abarca la mesa de los santos
Miguel Arcángel
Matador de la Bestia
enciende voces de antiguas letanías
un incienso frotando los milagros
un ápice penitente del Credo
una vela extraída de los Salmos
y tu cuerpo Isaura
de María Magdalena
la carne
y la redención
De cómo en búsqueda de Isaura
casi llegué a convertirme en ánima
La tierra
los árboles
nuestras culpas y las nubes
siempre callan
igual las piedras
Las aves
los caminos
apenas escriben monólogos de ausencias
Los atormentados cantamos y mentimos
Sumamos una jauría de acecho
que anuda su rabia en la esperanza
Yo que nunca escribo un poema de amor
Cada vez que me piden
algún poema de amor
envío una postal
con los ojos de Isaura
Charla amistosa con el dueño del bar
sobre cosas que no existen
Las crónicas dirán que miento
pero me he vuelto un verdadero iluminado
Ahora santifico mis rones
bendigo mis cigarros
deparo milagros sobre mis tardanzas
He rejuvenecido incluso
podría jurarlo
Anoche por ejemplo
le cambié los pies a Isaura
por dos brazos que me aferraran aun más a ella
multipliqué sus labios hasta colmar nuestro lecho
luego hice descender por sus cabellos
los ardores de Cleopatra
Al pretender Isaura huir despavorida
con estos ojos santos yo la devoré
Poética para cuando Isaura analice
profundamente
mi propuesta de matrimonio
Sólo las palabras hermosas
se dan el lujo de elegir
ser útiles o vacías
Otras las dulces por ejemplo
incluso cambian de rostro
según convenga la ocasión