El español David G. Torres mantiene en línea un taller
literario que es literario en más de un sentido. Además de serlo por lo obvio
—le da al visitante las herramientas para convertirse en escritor—,
AvióndePapel.com ha sido preparado con el rigor y la belleza de una pieza
literaria.
El sitio tiene todo lo que usted conseguiría en un
taller presencial de narrativa. Exposiciones sobre las características y
procedimientos del género, materiales relacionados con el correcto uso del
lenguaje, reflexiones de autores consagrados y, cómo no en este medio con
tantas posibilidades, mecanismos que permiten interactuar con los otros
aprendices.
Tal como un taller presencial, pero uno bueno, uno
dictado por alguien con verdadera pasión por las letras. Torres ha elaborado su
AvióndePapel con la metáfora de un avión de papel que se construye con una
hoja y algo de inventiva, técnica y ganas de verlo volar; que luego se lanza al
espacio y se le observa planear un poco hasta finalmente caer y allí se acaba
todo. Corto, disfrutable y preciso; justo como un cuento.
La primera sección en el índice de AvióndePapel
es “Aviadores”. En ella se publican entrevistas a autores de trayectoria o
artículos sobre las grandes firmas, siempre desde la perspectiva didáctica. Es
una sección que parece un postre, uno quiere volver y comer un poco más.
Borges, Cortázar, Saramago, García Márquez, Quiroga, Poe, Hemingway: los
grandes.
Luego está la sección que, suponemos, le da nombre
al sitio: “Vuelos”. Allí desarrolla Torres su metáfora aeronáutica, en la
que el aprendiz intenta volar y el lenguaje, la inspiración, la lectura son los
imprescindibles instrumentos de vuelo. El taller está estructurado por
lecciones (son estas lecciones lo que Torres llama “vuelos”), y vale decir
que, aunque se entra aquí para aprender a escribir cuentos, la forma como
están redactados los materiales parece pura poesía. Aunque uno sea el mejor
cuentista de la comarca es un placer leer estos “vuelos”.
Las siguientes dos secciones se apartan un poco de
este halo poético y se enfocan más en los asuntos técnicos. “En Cabina”
es la sección para quienes ya lograron alzar vuelo y han empezado a escribir
con buenos resultados. Se hace una descripción completa, con ejemplos tomados
de textos de grandes autores latinoamericanos, de los diferentes recursos de
lenguaje disponibles para el cuentista. Conceptos como la metáfora, la
sinécdoque, la sinestesia, y todas esas cosas a veces con nombres horrendos
pero cuya comprensión es tan útil.
Luego están las Cajas Negras, que son artículos
que aclaran dudas razonables sobre el lenguaje para terminar de pulir al novel
cuentista. Dice Torres: “El correcto uso y disfrute de las palabras es la base
de todo escritor. Cada kilómetro de nuestros vuelos literarios debe registrarse
en las Cajas Negras, un lugar donde queda el rastro ortográfico y gramatical,
corteza de todo borrador literario. Una vez superados los errores más
frecuentes de la lengua, el aviador sólo tiene que sobrevolar su creación con
ayuda de la imaginación”. Entre las dudas que se exponen están el uso
correcto del verbo deber, el gerundio, los cuatro “porqués”, y signos como
el punto y coma, el paréntesis, la raya.
El sitio incluye además un apartado bastante
lúdico, el Proyecto Cortázar, en el que se emula el espíritu de Rayuela
al empujar al visitante a navegar a ciegas a través de conceptos y artículos,
sólo con la ayuda de dos dados de colores. La idea tiene el premio
Comunicación 2004 de la Fundación General de la Universidad Complutense de
Madrid y se define como “un viaje hacia la literactividad”.
Las herramientas para interactuar con los demás
aprendices son el foro, muy nutrido y además diseñado de una manera muy
práctica, y “Aterrizajes de papel”, un sistema de autopublicación tan
gratuito como todo el sitio y en el que es posible, además de publicar, recibir
la opinión de los lectores.
Completan el recorrido una lista de correos para recibir
nuevos vuelos y materiales antes de ser publicados en el sitio y participar en
sorteos, y una colección breve de enlaces a diccionarios, en los que se
incluyen el Drae, uno de sinónimos, otro de antónimos y un último de lenguas
europeas, además del Diccionario panhispánico de dudas, aunque la RAE
lo ha desactivado temporalmente.
Torres reflexiona, en la introducción a sus
lecciones, o “vuelos”: “Cómo explicar con palabras algo tan sencillo de
hacer como un avión de papel. Cómo enseñar a transformar paso a paso un folio
en blanco en una nave voladora. Tener las manos en los mandos y no poder
gesticular para explicar cómo hacerlo y, sin embargo, es tan sencillo verlo
volar después”. En definitiva, consiguió responder a sus propias
interrogantes.