Letras
Poemas
Comparte este contenido con tus amigos

El río devuelve
un mundo perdido
sin rascacielos ni asfalto
la bora flor de loto
río arriba
río abajo
sigue el curso
de los que mueren
en el océano.
Allí va el bongo
con sus peregrinos
Arismendi
la Unión
Camaguán
San Fernando
llevan y traen
nacimientos y muertes
queso carne
mantequilla.
Ese mundo
se vive
se muere allí.
Es la planicie donde reina
el caballo
la res
el bongo.

(a Ana Victoria)

Alcaraván anuncia peligros
rojas corocoras vuelan
verdes loros chismorrean sobre el bucare
sabana variopinta
lluvia
amarilla blanca
verano
perfume capitoso.
Allí
sobrevive la palma
tallos chamuscados hasta las primeras hojas
reverdece la fronda.

Tiempo inalterable.

Sin oasis ni marisma
reses huesudas
cual desierto del Sahara
resisten la aridez de la sabana
aves carroñeras
pican molla de la osamenta
languidecen
corocoras, garzas, babas

bajo el verano.

Quirón me llevó
a la llanura de Escamandro
encontré a Jasón y los Argonautas
con el vellocino de oro.
Hablé con el hijo de Lapites y Metimna,
fui a la escuela de Safo
oímos el concierto de las aves.

Hervían remolinos de agua
algas y caramas
sobre la piel del Apure.

Sobresaliente en un madero
está la Piedra Pulida
la que desata pasiones
al igual que Helena.

Inventé mi laberinto
junto a Medea,
sin ir al infierno
ni al reino de las sombras.
Después de una centuria
reviví un sabat,
al oír tu voz
desde la llanura de Apuri
recibí
pan vino.

Sensualismo.

No eres Agar, Helena de Troya,
Greta Garbo, Naomi Campbell
ni Alek Wek.
Piel tersa y mulata
sonrisa pura y cuerpo de cítara.
Eres la de Lesbos
el llano
el estero
la sabana.

Bajo la sombra del kaïcédrad
yace la deidad de ébano
donde los pájaros
devoran la panacea de tu busto.
Cuerpo vestido de rosas
oculto por la pieza esmeralda,
que
hace caer
dibujos y colores,
la sabana
alumbra la habitación.

Camino por sitios distantes
llevando mi aflicción,
la aurora evoca
otra noche.

El agua cubre
los cuerpos hechos de barro del Edén.
Hera miraba con aprobación
la copulación en el Helesponto
lujuria llanto y vida
florece el humus con el semen.

Esta noche será nuestro día D
suena el shofar.
Saciamos nuestra sed
en la ciudad del sol.

Cuando parta
estaré bajo la penumbra del baobab
no seré cautivo de la tierra yerma
vendrá la rosa de los vientos
resucitaré con la hierba de guinea.

Damballah

Soy la serpiente sagrada
oriunda de Uidah,
de la dinastía de Abomey.
En la bodega de barcos negreros
me hice a la mar
llegué a tierra de samanes mastranto
ríos que recuerdan el Quagemé, el Pendjari, el Alibori.
Por la ribera del río madre
brotó la piel
bañada por una luz de oro
recorrí cuerpo de banjo
abrevé en la hojarasca.

Germinaron
nuevas almas.
Renacen los ancestros.

Goce y sonrisa
piernas abiertas
el pezón en la boca.
Solos
brazo con brazo
nos revolcamos en la hierba
oyendo el crujir del río.

Sin mordaza.

Tu cuerpo
infinitud de la llanura.

Cuando llegue
te desnudaré
posaré mi cabeza
sobre el seno virgen
seremos cobijados
por el verde lecho guinea.

Lameré tu silueta de ébano
en el río madre.

Cuando llegue.

Soy un pájaro
en el desierto del firmamento
el viento me arrastra
a tierras preñadas de guinea y pará
ríos de aves llegadas de Orión.

Abatido por la sed
calmaré mis pesares
en el manantial de tu piel
al llegar a Puerto Miranda.

Plantado en tierra llana
llegué a la raya
sin pasar por el vientre
tu color cambió
recién hecho el amor.
Tus manos me hicieron
navegar hacia la prisión que buscaba.

Bajo la media luna
y la bora del río
nuestra sangre
fue mezclándose
con el fuego.

Nuestro apego
es como la hierba de guinea
nos arrancan

pero siempre
resucitamos.

Verano
tolvanera asfixiante
sobre la inmensidad del llano
osamentas por doquier
zamuros
crujen ramas secas
huele a cenizas.

Invierno
centellas en el cielo de junio
ríos desbordados
lujuria de aguas
lotos blancos
abiertos en tiniebla
caimanes que dormitan
en playas desiertas
copos de nieve
alumbran los bucares
algarabía de aves
a la luz del amanecer.

(a Lesbia)

Cuando veo tus senos
evocas mi lengua y mis labios
¿recuerdas la silla de la sala?
Noches clandestinas
la luna alumbraba
la costa del río.

Como siempre
estamos a la intemperie.

En la inclemencia del zarzal
las aguas oscuras van
en acelerado descenso
sol abrasador
tierra agrietada
caribes, cachamas, palometas
se extinguen lentamente.

Tábanos inmolan reses
Cronos reina en la sabana
de palmares eternos.

Desde la cima del hotel La Torraca
bebo la espuma de la Glaciere

el resplandor avista
la vieja casona fonsequera
pequeño Versalles de San Fernando
la misma de Raimundo Fonseca,
a la derecha el palacio de los Barbarito
las saqueadas plumas de garza
atestan los vapores
que irán a Europa
como adornos de sombrero.

La alucinación del sol
me torna
a las colas del bulevar
muerdo lo cotidiano
en el vocerío de la gente.

(a Aly Pérez)

El Noto hace que las ramas
de samán choquen entre sí
se oye el crujir de los que se quiebran
volví al estero para recordar
el camino a Itaca

como Ulises
me enamore de ti
las Parcas tejen y deshebran mi vida

antes llegaré a la orilla.

Sentí el efluvio de la bosta
la pierna fue punzada por el tábano
olor nauseabundo
sabana
animales pastando

de la profundidad retorna el estero.

Estero

Un día de junio
el silencio de las aguas
se elevó sobre el campo de Cronos
el Portuguesa hincha su vientre
derrama su caudal
no es el sol
quien perturba mis ojos

ni siquiera es un oasis.

He transitado algunas galaxias
para llegar a tu cuerpo
tierra prometida
en tiempo de estío
exhalas azahar de la India
ante el río
crece la hierba
lloran las chicharras
se anuncian lejanas lluvias.

Retorno al cálido color de la comarca
mi árido corazón
necesita la llovizna
cotúas, garzas, corocoras
yantan en los espejos de agua
fuego y humo
escudriñan a través de una nube

braman las reses
en la sabana desnuda de pasto
la muerte acecha
el invierno.

Llegaron los primeros aguaceros
la brisa despejó la humareda
se desvaneció la canícula
resurge el curito en el estero
apacentan las vacas
en medio de pastos.

Cesa la agonía
regresan en bandadas las garzas.

Al salir la aurora
Helios arde sobre la espalda del bonguero
ribazones de peces
vienen en aguas a tropel
resaca espuma
sube y baja mercancía
arriban
arenas livianas de costa abajo
boras disueltas en remolinos

en este Jordán
bautizan cristianos redimidos.

Conviven con el ave rapaz
ruedas sobre asfalto
cuero y huesos
achicharrados

la roca no fue golpeada
por la vara del Patriarca
puja el nacimiento del agua
fluye a borbotones

otras muertes
otras vidas.