sete-luas
“Mañana Blimunda tendrá sus ojos. Hoy es
día de ceguera”.
Memorial del convento, José Saramago.
Tomo tu pan, porque en él la vida
Misterio sagrado de mis aguas
gota a gota, vertidas
en la noche
Basta un mendrugo
Basta oler con los ojos cerrados
luna descendiendo de los cielos
en las ropas, los párpados
la tierra en el piso, debajo de los pies
Un mendrugo en mis manos
o en mi boca
para saberte hombre y santo
Para mirar, aún ciega
el color del mundo
Un mendrugo en los cuerpos
Salado de mar, enrarecido
Fragmentado nuevamente en polvo
Tierra fuimos
Tierra seremos
...
Dame el pan desde tu boca, para morirme
en ti
Siempre resucitada
a Baltasar Sietesoles
(del otro lado del mar)
ser en sí (sin Hamlet)
Adentro, mejor
porque a veces Dios llega tarde
Afuera, de noche
necesito sus ojos
Su certeza de mundo creado
una por una
Dios desliza su mirada en mis espinas
Es tarde ya para mi fe
nocturno
Ocupo este espacio de pájaros
Ramas abajo, la tarde parece
recién alumbrada
Espero inmóvil la noche, con su silencio
su aroma húmedo, su aroma...
Sólo entonces el cielo parece mío
árbol crucificado
De este árbol, no quiero
la sombra
ni la fruta
De él, las ramas
la luz en ellas
y su desnudez de piel a la intemperie
ardor
Arde y muere en mis ojos, pequeña luz
atisbo de día en la penumbra
Dime, con furia
el color del amor
Hazme invierno
jackson pollock
Desde las tinieblas
le dijo al color:
Luce
Luce
(como si vivieras)
ascua
Cuando llegue el fuego
haré gestos invisibles
diré poco
Dejaré caer mis ropas
cerraré los ojos
para que
poco
a
poco
mis cenizas
desaparezcan
No es Pompeya
Es el mundo
calcinado