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Poemas

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Mátame

Córtame esta lengua decidida
que recorre tu desnudo envés
átame estas manos delineantes
que amenizan tus gélidas mejillas
quémame estos ojos descarados
que devoran tus insinuantes fronteras.

Mátame de una vez... pero
córtame esta lengua con tu lengua
átame estas manos con tus manos
quémame estos ojos con tus ojos
mátame de amor deslizando
un te quiero hasta mi alma.

Así sí, mátame.

 

¿Para qué?

Paraninfo, paralela, paradisíaca.

Para todo.
En sus primeros tiempos.

Paradigma, parabólica, parámetro.

Para casi todo.
En su segunda etapa.

Páramo, parafernalia, paranormal.

Para casi nada.
En la etapa final.

¿Paraguas, paracaídas, parapeto?

Nunca la viví así,
en cualquier momento
en que necesitara su ayuda.

 

La visita inesperada

Rota el alma, rota,
agujereado el cráneo por un disparo de licor
dibujaba meandros por los parachoques,
barrían sus pestañas las aceras
testimoniales y perversas,
la noche que secuestró su corazón
una inesperada visita que vestía de blanco.
(inesperada esperada)

 

Lluvia de luna

Llueve la luna
en el suburbio de esta noche amanecida
roturas múltiples
que a golpe de bramido
traslada el mar a mi cara
preñándola de lágrimas secretas.

 

El sueño de cada noche

Cada día, al atardecer
comienza el sueño de cada noche.

está oscurecido...
se acerca la hora

un metálico rugido
hace sonreír mi tejado
al mismo tiempo que comienza
el ballet miocárdico.

pasan minutos
minutos-horas
minutos-siglos

horas
horas-eternas
y...

y no se oye su voz
reclamando mi presencia
con dulzura

ni con
ni sin
dulzura

no se oye nada

el puto despertador
me levanta de la silla-testigo
recordándome que comienza
una nueva mañana
y que,
al atardecer,
comenzará el sueño
de cada noche.

 

Buenos días, cariño

Buenos días.
No has cambiado mucho cariño,
te veo igual cada mañana.
Tu chata nariz,
tus ojos achinados...
ni el pelo te crece.

No pasa el tiempo por ti.
Yo tampoco he cambiado mucho.

Sigo siendo el mismo.

Incapaz de romper
de una vez esta foto
que veo cada mañana.

 

Cállese

cállese.

mantenga por una vez
la boca cerrada,
el corazón abierto.

cállese.

silencie la razón,
abra las puertas
córtese las penas,
límese el alma.

cállese.

mantenga, por una vez,
la boca cerrada
el corazón a tiempo.

cállese.

deje por una vez
de utilizar su voz
como coraza.

cállese.

manténgase callada
y siéntase esta vez
una mujer
en silencio amada.

cállese.

manténgase callada.

 

La cara de la luna

Susurraba el viento una queja casi inaudible
junto al plácido sueño de la orilla
mecida por su habitual cuna de arena.
Las baldosas estatales soportaban
innumerables y anónimas pisadas.

Todo parecía muy dentro de lo normal.
Conté las estrellas y eran exactamente
las mismas de siempre.
Sin embargo,
algo había cambiado en la cara de la luna.
No era la luna de aquella noche.
Estaba empañada por las lágrimas de tu olvido.

 

Noches

Imagine a su gusto el ocaso
pero sólo el silencio y la soledad
son testigos de que las minúsculas ceras
no mueren con el digital y mecánico aplauso
ni con la niebla del desaliento
sino con el torrente que enturbia
una mirada sin senda.