Cuando sea
Cuando marzo sea
Cuando cubra el vello
Cuando la sangre arrime
Purificarán entonces tu vientre
Leche y miel derramarán bajo tu lengua
Habrás subido el peldaño primero
Iniciado tu menstruo.
Iniciación
Y me dio esta oración
para decirla tan sólo
a las horas de la sangre:
Aprendo del menstruo
Forjo mi contigüidad con la luna
De la ubicua Tierra
arranco mi fuerza
Sé que mes a mes hay un hijo que me sueña.
Aposentos
Varios ánimos me habitan,
a muchos cuerpos aposento.
Hay quienes les dicen abismo
paridad dicen cuantos:
Ver la casa de mi cuerpo
ver el cuerpo de mi casa con amplias
puertas y ventanas;
techo, alero, cobija,
nidal o hamaca;
casa albergue o caverna,
casa labio o espada;
de cuatrocientos hijos
hospedaje, posada.
De espíritu y ansias
y dudas, poblándome.
Debo decir que hubo estrógenos
y humores cálidos
balanceando el acidulce de mis aposentos:
Habitarlos
Interioridades
Pulsaba el vigor
de sus 28 jornadas,
la historia efímera de sus
reducidos días.
A pálpitos huroneaba
en vuelco, en vilo,
la nidación íntima:
si bajara sangre
si subiera vida...
Costurando mes a mes
el uterino nido,
sopesando entonces curvas
inmensidades de la cita
en las Trompas de Falopio,
resumo esta minúscula célula mía
si subrayo
vida
Y de mis cuatrocientos
posibles hijos
cómo digo?
Púbera
Pubertad formal la mía, de suyo y quietecita:
Hogareando. Presumir de sumo
Desconocer cómo, ignorar todo.
Así, vergonzante, vergonzoso el
modo de sitiar mi cuerpo,
de apuntalarlo.
Sin clases de puericultura, sin afanes,
debut parco y flaco el mío:
Fue mi acaso en su alba la savia nutricia
fue exactitud de glándula en su punto
fue pituitaria avisada, estrógenos prestos.
Yo tengo para mi, ahora sé
que evaden descaminos los cuerpos.
Tal mi sangre y su crianza.
Oración
En nombre del pubis
y de los senos
y de la santa mente
crezca mujer
Amén.