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Poemas

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Vacuidad del sueño

Somnolencia
                 sueños y visiones
que se gestan en racimos.

Salirme de mí mismo
recorrer parajes sin norte
percibir el amor
y la zozobra
el aire perturbado por ruidos arcanos
que nos hacen llorar.

Mudo
      ciego
aislado del universo paliativo
                                              ...inexistente.

Convertirme en alimento
de la nada
sacudido cual trigo maduro
lágrima que deviene
en tinta evanescente
               se derrama
se aniquila
y resplandece.

Ser todo
y nada a la vez
soportar el día
          y la noche
tener las manos llenas de estrellas paralelas
descansar sobre un cielo sin nubes.

 

Transeúnte

Se confunde el agua
y el espejo
las llamas de la hoguera
renuncian a ser libres.

Derramo mis sueños
                       y hambriento
me desvelo en un susurro.

Sin nada entre las manos
pierdo la cuenta de los días.

Hoy muero a los sueños
                             eternos
el futuro es una masa corpórea
                                     de una realidad
escondida bajo la almohada.

Y me pregunto
si debo doblar la hoja
ocultar el terror
que habita en los cuadros
levantar la mirada
y esperar el tren.

Es la locura que se acerca
ya el reloj se nubla
                     me consuelo
porque no somos más que agua.

No hay memoria
da igual perderme que olvidar.

 

Cuña y figura

Tinta
          negra conclusión
             pasado sin memoria
               imagen encarnada
                 en este rollo de papel.

Tinta
         que se mezcla en mi camisa
            y sueña con ser nube
                no se cansa de llorar
                    pasado que no se esconde.

Tinta invisible
           que recorre los pasillos
fantasma
           que arrastra sus cadenas.

Dibuja en tu cuerpo
   la palabra deseo
y espera que mis labios
   se adhieran a tu sal.

Tinta
           que se escribe y deletrea
                se sumerge
                y se embelesa

Tinta diluida
           en una noche de lluvia
                que no me encuentra
                     que no levanta.

Son tus senos de azúcar
   que me espían
son tus caderas de mar
   que no naufragan.

Porque el tiempo se detiene
   mirando a la ventana
sin autos                 sin personas
sin mitos                sin leyendas

La duda que embriaga
   marea y entorpece
lagartos cazadores
                                  insectos primitivos.

Doscientos años y un día
   escrito en tinta china
mezcla de cordura
   y amargura

Líquido implacable
   vidrio que se empaña
olor a genitales
                  acto inevitable

Paño
        sudario
                     mortaja
imagen lívida de la muerte que se escribe
                                                que se sueña
                                                que se invierte.

Piedra en el tapiz
   uva seca
máscara del olvido
   ave de paso.

Escritura antigua
                               símbolo
lucha sin caballería
   aliento que no ha comido

Tinta
         grasa que pigmenta la piel
tatuaje
         ¿es mejor la pluma que el estilo?

 

Reloj de arena

Jirones desgarrados de mi ser
que mudan en palabras
y recaman mi existencia
develando un despertar.

Sutil experiencia
velada por el tiempo
extendiendo la oscura
habitación de mis temores.

Oh, eterna belleza
guarecida
en los límites de un beso
que con tus rizos
acaricias a la noche
que Sacrificas
tu seno inmaterial
golpeando las broncíneas
puertas del entendimiento.

Contémplanos.

Pues no somos
más que diminutos granos
recorriendo irremisiblemente
este pequeño
                   reloj de cristal.