Artículos y reportajes
Evitar un genocidio:
¿sólo poder o también querer?

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Genocidio en Ruanda

En el mes de agosto de 2005, Kofi Annan hizo una propuesta novedosa1 para una agenda de la ONU: que la comunidad internacional tenga el derecho de intervenir en algún Estado que sea incapaz de proteger a sus ciudadanos...

La propuesta despertó diversas reacciones. La aprobó Inglaterra, los países europeos y muchos otros africanos. Estuvieron reticentes Pakistán, Irán y Siria. Estados Unidos se opuso...

El principal argumento de la oposición: en la práctica sólo serían intervenidos países pequeños. Algo entendible pues difícilmente los cascos azules intervendrían en países como China, denunciada más de una vez por violaciones contra los Derechos Humanos...

Pero también hay otras razones para dudar de la propuesta de Annan: ya existía una convención contra el genocidio cuando en 1994 se dio la masacre de Ruanda, caso que al analizarlo sopesaremos qué tanto importaría legitimar intervencionismos militares a ciertos Estados, si las grandes potencias siguen mostrando indiferencia ante eventuales genocidios...

En el caso de Ruanda los cascos azules de la ONU estuvieron impotentes no sólo por falta de medios, sino también porque nunca les ordenaron frenar las masacres de la etnia hutu contra la tutsi y contra algunos hutus moderados...

Por aquel entonces, el general canadiense Romeo Dallaire dirigía a las tropas de la ONU asignadas a Ruanda. Quedó tan traumatizado tras esa experiencia, que intentó suicidarse más de una vez. Finalmente escribió un libro (Yo he estrechado la mano del diablo) donde denunció detalles de dicha masacre, sus escasos recursos, la indiferencia de algunas potencias porque Ruanda carecía de un valor estratégico y recursos naturales...

No sólo la literatura sino también el cine se han ocupado de este genocidio. En la película Hotel Ruanda, Nick Nolte y Don Cheadle encarnan respectivamente al coronel Oliver (que realmente sería el propio Dallaire) y a Paul Rusesabagina, un gerente de un hotel en Kigali (capital de Ruanda) que salvó la vida a más de 1.200 personas. La película tuvo tres nominaciones al Oscar, todo un logro si consideramos que su director Terry George le comentó al Washington Post que dicha película tenía tres pecados capitales: un protagonista de color, estaba situada en África y trataba sobre un genocidio...2

Pero volviendo al tema, no sería temerario presumir que países como Francia, Bélgica y Estados Unidos ya conocieran de la masacre que se avecinaba en Ruanda y no la impidieran. Existen varios indicios de esto:

  • Este genocidio ha sido considerado el mayor del siglo XX, tras el nazi, no sólo por su enorme crueldad y cantidad de víctimas (800.000), sino también por sus visos de industrialización. Todo apunta a una planificación previa que difícilmente pasaría inadvertida. Existían listas negras de exterminio y se creó un grupo paramilitar (Interahamwe) que se encargaría del genocidio.
  • Según el propio Rusesabagina en una entrevista:3 “El genocidio no fue una sorpresa, ya en 1993 mucha gente quería huir (...) la gente tenía miedo de salir a la calle después de las ocho de la noche. Mucha gente decidió abandonar la capital e irse a vivir a ciudades vecinas. Los rebeldes estaban matando a civiles, las fuerzas del gobierno también...”.
  • Aunque exista controversia al respecto, la Radio Television Libre de las Mil Colinas (RTLM), herramienta de los hutus radicales, estuvo difundiendo hasta el inicio del genocidio (abril de 2004) propaganda anti-tutsi, pero durante el genocidio empezó a señalar quiénes debían ser acosados y asesinados, al punto de individualizar placas de autos particulares.4

Éstas son sólo algunas razones por las que no era difícil vaticinar lo que se avecinaba. Además, los servicios de inteligencia de ciertos países tienen capacidad de anticipar cosas mucho menos evidentes...

El alto mando de la ONU en Ruanda no divulgaba las advertencias del general Dallaire sobre el genocidio que se aproximaba. Al ocupar en la ONU una plaza rotativa en el Consejo de Seguridad, la diplomacia ruandesa pudo negar los componentes étnicos de la masacre y descubrir que no se haría nada para frenar a su gobierno... Dicho de otra forma, el gobierno ruandés sabía algo que hasta el propio general Dallaire ignoraba: la ONU nunca frenaría la masacre... ¿Negligencia? ¿Dejar hacer, dejar matar?

Tras analizar el caso de Ruanda, vemos que la propuesta de Kofi Annan es apreciable pues daría herramientas jurídicas para evitar oportunamente otro genocidio. Pero son sólo eso: herramientas jurídicas que sólo restarían pretextos a quienes quieran estar indiferentes. Pero pretextos (y muy elaborados académicamente) son los que las grandes potencias siempre encontrarían, de no querer evitar otra eventual masacre por diversos motivos...

Es más, dichas herramientas jurídicas podrían usarse mal, legitimando intervencionismos arbitrarios, aunque estén enmascarados con razones humanitarias. La razón de tal sospecha: existen dobles parámetros con los que la Comunidad Internacional suele juzgar a los países. Por ejemplo, países como Israel o Irán suelen despertar reacciones muy diferentes ante una misma falta (al margen de cuestiones ideológicas o políticas que puedan ser válidas).

La propuesta de Annan es loable, aunque debe sopesarse todos sus aspectos... Pero, al margen de las herramientas jurídicas existentes, la pregunta no es si puede evitarse otro genocidio, sino si realmente se quiere, aunque el país que lo sufra carezca de importancia estratégica o económica... El asunto es querer más que poder, porque poder es el que siempre tuvieron aquellas naciones que nunca evitaron la masacre de Ruanda... Dicho de otra forma: un genocidio siempre podrá detenerse, pero siempre que se quiera, aunque la propuesta de Annan no prospere...

 

Notas

  1. http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_4172000/ 4172612.stm. BBC de Londres. Cfr: Discuten acuerdo contra genocidio (22 de agosto de 2005).
  2. http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/newsid_4267000/ 4267399.stm. BBC de Londres. Cfr: Hotel Ruanda: sobre héroes y premios (22 de febrero de 2005).
  3. http://diario.elmercurio.com/2005/08/20/el_sabado/reportajes/ noticias/9C33E083-6784-4C33-8286-8E3995936672.htm? id=%7B9C33E083-6784-4C33-8286-8E3995936672%7D. El Sábado. Revista de El Mercurio. Cfr: El Schindler de Ruanda. Alfredo Sepúlveda (20 de agosto de 2005).
  4. http://www.aceproject.org/main/espanol/me/mey07.htm. Sobre la información de la Radio Mil Colinas. Cfr: Discurso de Incitación al Odio o la Violencia: Ruanda (23 de diciembre de 2000). Richard Carver. Traducción: Guadalupe Barquera Acosta.

 

Fuentes principales