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Nacional de Literatura Infantil de España para Rodríguez Almodóvar

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El sevillano Antonio Rodríguez Almodóvar ganó este 3 de noviembre el Premio Nacional de Literatura Infantil de España, que concede el Ministerio de Cultura de esa nación y está dotado con 15.000 euros, por su libro El bosque de los sueños, publicado en 2004 por Anaya, aunque él lo considera más bien “un respaldo a una trayectoria de más de treinta años”.

Rodríguez Almodóvar (Alcalá de Guadaira, Sevilla, 1941) es autor de más de sesenta obras de literatura infantil y juvenil, entre las que cabe citar Cuentos al amor de la lumbre, El parlamento de los animales, Las tres preguntas del Rey, Cuentos de la media lunita o El hombre que se volvió relativo.

El autor dijo sentirse sorprendido y agregó que se llevó “una gran alegría” porque “estaba totalmente ajeno y no sabía ni que se fallaba hoy”, dijo a la prensa española.

En El bosque de los sueños, “cinco historias que forman una metahistoria”, según el autor, Rodríguez Almodóvar aborda una nueva faceta en su dedicación a los cuentos de tradición oral: la recreación literaria a partir de otros tantos relatos pertenecientes al más antiguo fondo indoeuropeo.

Doctor en filología y catedrático de literatura, este autor, al que algún periódico alemán ha llegado a calificar como “el Grimm español”, lleva recopilando con su grabadora, desde mediados de los años 70, antiguas y variadas versiones de cuentos españoles tradicionales, de algunos de los cuales tiene hasta cien variantes, como es el caso de “Blancaflor”.

“Empecé de una manera un tanto casual, cuando estaba haciendo mi tesis sobre la estructura de la novela y, al ir a referirme a los cuentos populares, encontré un vacío sospechoso en la literatura española. Acababan de incorporarse al estructuralismo las teorías de Vladimir Propp y me fascinó descubrir que todos los cuentos de hadas tenían la misma estructura interna. Era un tesoro a la vista de cualquiera y me puse a investigar, pero había que echarse al campo”, explica Rodríguez Almodóvar.

Gracias a Propp y a su teoría de la estructura interna, “pude, mediante las distintas versiones, recomponer el rompecabezas y llegar al arquetipo de esos cuentos”, señala el autor, que, con sus Cuentos al amor de la lumbre, cubrió lo que él llama su etapa antropológica.

Vendrían luego los Cuentos de la media lunita, donde tiene publicados 60 títulos que están traducidos a todas las lenguas del Estado español, y entre los que hay algunos tan famosos como “Blancaflor”, “El castillo de irás y no volverás”, “Garbancito” o “El gallo Quirico”, y cuyo objetivo ha sido siempre “rehabilitar los cuentos entre los niños y las escuelas”.

“Quedaba, en cierto modo, recrear algunas de esas historias para hacerlas llegar a los adolescentes, una edad en que se suele perder el hábito lector”, y eso es lo que ha hecho con la obra ahora galardonada, la cual, añade, “está funcionando bien en institutos”.

Rodríguez Almodóvar, que en 1991 fue Premio Infanta Elena de Literatura Juvenil y en 2004 premio Ateneo de Sevilla de Relato, ha sacado también este año El texto infinito en la Fundación Germán Sánchez-Ruipérez, con “todos mis artículos y ensayos sobre los cuentos populares”; y escribe ahora “otros cuatro cuentos más de la colección de la media lunita”.

En esta edición, el jurado lo presidió Rogelio Blanco, director general del Libro, y estuvo compuesto por Gregorio Salvador, de la RAE, José Ramón Barreiro, de la Academia Galega, Francisca Arregui, de la de la Lengua Vasca, y Gemma Lienas, del Instituto de Estudios Catalanes, y Gustavo Martín Garzo, ganador de la última edición, entre otros.

Fuente: EFE