Junto a las piedras está Dios bocaarriba
Rómulo Bustos Aguirre, Santa Catalina de Alejandría.
Regresan los amados
que han partido
al espacio intermedio
al de los gris
que no podemos apreciar
en tan sólo una mirada
la llama de esa larga noche
los devuelve
sólo en sueños
vienen a decirnos del amor
y de sus nuevos rostros
El vino para consagrar lo sirves
en la copa de plata
a las costas del mar picado
que trae la ventisca de otra tierra
y uno cree reconocerla
una y otra vez, desahumados
pues no se olvida ese sitio del mundo
al que uno se amarra
Susurras la única frase
que ancestralmente
traemos marcada en la frente
repetida como piedra alzada
arena serás...
Piedra sobre piedra
se construye
el muro que aísla
la fuente del agua añil
la pirámide de las palabras
y el ángel pasa
palabra áspera
palabra dulce
palabra honda
palabra turbia
palabra esperada
palabra agria
palabra noble
palabra tuya
palabra himno
palabra brava
palabra abierta
palabra cervatillo
palabra doliente
antes del viaje
La gruta para orar la ofrece la piedra
uno y otro, duales
Despidiéndose alma y cuerpo
uno tiene la manía, la extrañeza
el otro el recuerdo sutil, ya desencajado
La niebla precipita
difusos hilos de luz
cuando creemos
danzar solos
en el universo
La altura confronta
Pura tensión
sobre el agua
o la tierra
que siempre nos espera
Partimos
tan desnudos
con el corazón
cubriéndolo el silencio
imagen última
del que zarpa
aún sin despedirse
como piedra que cae
de un solo golpe
El último viaje
azuza el misterio
volviéndolo todo inusual
otra apariencia
todo olvido
¿Cómo es ese lugar
al que se parte o al que se llega?
qué color tiene su tierra
qué árbol levanta en la orilla
qué flor aromatiza su noche
con qué manos se le acaricia
La tristeza se arropa
con la voz que hermana
el lado cáustico y apenado
canción de infancia
que te vela los ojos
el lugar desde donde viste
con hojilla de oro
al alma