El regreso del caracol
“El hombre triángulo”, de Reynolds Emmanuel AndújarEl hombre triángulo

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Novela
Isla Negra Editores
San Juan, Puerto Rico, 2005
ISBN: 1-932271-43-0
66 páginas

Machista y autoritario como un arquetípico hombre de armas, el teniente Pérez, comandante del Destacamento Policial de San Carlos, esconde tras esta fachada una personalidad temblorosa y sufriente, producto de una situación crítica de su niñez. La irrupción, en su vida, del Hombre Triángulo —un hombre que corría desnudo por la vía pública hasta que “cayó fulminado por el impacto de la aurora”— le deparará el reconocimiento de su infierno personal, abriéndole la puerta a la posibilidad de resolver sus cabos sueltos.

Escrita en 2002, publicada por su autor en 2004 y reeditada este año por Isla Negra, El hombre triángulo describe el tránsito de Pérez a la vez que muestra la caótica cadena de hechos que lo han convertido en un personaje atormentado. Andújar lleva a buen término, en las 66 páginas de su novela, un experimento literario basado en las implicaciones psicológicas con que el pasado incide en el presente de su protagonista, tras la revelación que significa su contacto con el Hombre Triángulo y la exposición de sus contradicciones: la mujer que ama está en un manicomio, el padre de su victimario le salva la vida; inclusive, y a manera de anécdota geométrica, el antídoto de Pérez contra la influencia del Hombre Triángulo es una mujer que responde al nombre de Rotunda.

Andújar no desaprovecha su novela para exponer la crudeza social de su natal República Dominicana, que a la vez es un reflejo del Caribe y de Latinoamérica a nivel general. Pérez será el vehículo para que el lector conozca de cerca una violencia social, unas calles, unos bares, que se presentan de manera similar en cualquiera de nuestros países, coloquialismos incluidos: “Maldicen y putean de manera individual aunque en ocasiones optan por mandar a la misma mierda a los policías, al unísono. Los insultos son variadísimos: Ojuala te muera pol desgraciao. Sé abusadol parece que nunca a tenío mái, sé hijoelagranputa”.

Ese marcado realismo no deja de producir algunas líneas de alto registro poético: “...dentro de la guagua de vuelta a la capital comienzo a llorar, un llanto desesperado, un llanto entrecortado como si me ahogara y las lágrimas saliendo como una descarga de tanta insensibilidad, de impotencia, un llanto incalculable y la señora a mi lado me da una servilleta y no cometió la imprudencia de preguntar qué me pasaba y si me hubiese preguntado no hubiese sabido responder porque cómo le explico señora, que debí visitarlo más, que debí haber estado ahí cuando dijo papá, que yo lo maté mucho antes de que muriera, cómo le puedo transmitir a usted esta vergüenza, de que ya no hay tiempo, cómo le explico esta pérdida, señora, cómo le explico que ahora tengo que enfrentar el círculo del día a día con otro amor menos”.

Nacido en 1977, Andújar es una de las firmas descollantes de una literatura caribeña cada vez más sorprendente y variopinta. Ha recibido ya diversos reconocimientos y su obra ha aparecido en revistas de la talla de Caudal, Mythos, Cielo-Naranja.com, La Gran Vaina e Hipopógrafo. En Letralia hemos publicado su relato “Doña Ana, los gallos y el Monstruo de Samaná” en nuestra edición 120. El hombre triángulo permite adivinar desde ya una carrera brillante a la que sin duda habrá que prestarle atención.

El regreso del caracol
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