pabellón 7A/ sacrificio
una mano blanca se acerca
una mano blanquísima demasiado pura
me inyecta su odio
yo me duermo babeo boto mi espuma
sobre una sábana tan blanca como la garra que me alimenta
ella espera el zarpazo final
mientras observa el goteo de su veneno
NO GRITES NO VIVAS NO AMES
es su consigna
un balazo me despierta a media noche
alguien arrastra una pierna por la avenida perú
su hermoso rostro lloroso de rabia alza los ojos hacia mí
me maldice por mi partida
y yo bajo los párpados para no ver
soy este número que cuelga a media tarde en cualquier habitación vacía
cualquier día del mes de agosto
oculto tras una cortina desgarrada/ habitación 701 A-B
un ronquido llena el silencio la blancura
estremecedora de este espacio dividido en dos
madre, ¿estás allí?
la mano se acerca otra vez
me desnuda me jalonea me envuelve entre sábanas sudorosas
de otros cuerpos
mi rastro se va perdiendo entre ellas
aspiro y no siento nada sino el olor de la partida
mientras los ojos del amor me dicen
QUÉDATE Y SERÁS FELIZ
esa es su consigna
y sus ojos quedan entreabiertos tras los barrotes de una celda
pero yo corro huyo de una prisión para adentrarme en otra
todo me conduce hacia un lugar de perfección
—eso fue lo que me prometieron
tirada en una habitación pálidamente higiénica
infinitas manos se acercan y exploran una cicatriz
(la maloliente costra del nacimiento
le llaman)
iluminan mi cuerpo con una luz tan pura como sus manos
¿será ésta la luz blanca siempre añorada?
¿la luz de la felicidad?
¿el rayo que se disolverá en siete colores de fuego y ahuyentará el mal?
—o es sólo un ejercicio más de toda esta retórica
estiro los brazos y me entrego
me adormezco en medio de una fiesta enceguecedora
hasta que mi cuerpo revienta
convertido ya en un alegre surtidor que baña el mundo
un fuego esplendoroso me obliga a levantarme
alguien incendia su cuerpo en medio de la noche
un poeta se agita en llamas de su propia orfandad
su casa es un gran desaguadero de sueños y sombras
pero
YA NADIE INCENDIA EL MUNDO
NI SIQUIERA TÚ
nuestros pálidos cuerpos
todos presas ardientes de celadores o incendiarios
celebran su festivo sacrificio juvenil
la poesía escupe por todos lados su necia pestilencia
y no queda nada sino tirarla a un tacho de basura
o coger la maldita mano blanca y torcerle el cuello
y no quedan sino tus ojos que bañan el mundo
y un cuerpo tras una cortina desgarrada cuyo amor aún desconozco
Fiesta/2004
(hospital del empleado)
desnuda en una camilla de hospital
mi madre se tiende del lado opuesto del seno cercenado
un anillo de matrimonio es lo único que lleva sobre su cuerpo
igual que yo
yo sigo caminando
voy hacia el centro del centro
—eso fue lo que me dijeron
—eso fue lo que quise creer
también
lejos a miles de kilómetros de mi propio centro
sobre el seno que chorrea leche
blanquísima
no queda sino un vacío una cicatriz para acariciar con nostalgia
y los labios de una recién nacida que succionan un pezón sin piedad
una enfermera me despierta entre sueños y me pone una bata semi-blanca
ESTOY MUERTA ENTONCES
pero todavía siento el crujido de las hojas del otoño bajo mis zapatos
yo voy hacia el paradero de autobuses siguiendo un camino
de sangre
el dolor que nutre la herida abierta de mi madre
es el centro que todavía me alimenta
veinte días en un cuarto compartido de hospital
el enorme ventanal ilumina el débil brazo derecho y la oscura
Lima se abisma sobre mi cabeza todas las mañanas extranjeras
la gente se levanta para trabajar
yo intento regresar subiendo a un autobús
cuyo paradero desconozco
quiero llegar a casa y cerrar los ojos y
hundirme salvajemente bajo el vientre
de mi madre
hasta perderme
hasta enterrarme en él
yo me interno en su costra
me hundo
me hundo
me hundo
me pierdo en la enfermedad como en un sueño
rasgo su materia negruzca
hasta ver mi sangre correr
tal vez siempre haya estado muerta
observando cuán bella era la noche negra iluminada por EL MIEDO
o cuán dulce era existir a través de un poli exigiéndote papeles
las enfermeras me desnudan
bañan a mi madre sobre una cama sudorosa
la bata amanece sucia por una infección nocturna
yo me despierto y la casa está vacía
(todos están en el hospital)
y yo estoy cada vez más lejos del centro y del porvenir
—del que me hablaron
madre
pertenezco a una GENERACIÓN MUERTA
que todavía sueña con el festín del amanecer
e
b
r
i
a
bajo tu hermoso pezón ardiente
poética de la alegría
feliz avanzo desnuda a través del polvo de la ciudad
perdiéndome entre vendedores ambulantes y cuerpos sudorosos
el tráfico cruel y el olor a pescado me enceguecen
por estos días me ausento de los muertos y gozo
o más bien bebo en su nombre
¡salud!
repito:
mi cuerpo hundido en aguardiente
¿no es acaso el perfil del escritor maldito?
pero yo no soy maldita sólo estoy
ligeramente
mal bendecida
nuestra retórica es más cínica que el agujero negruzco
que atraviesa nuestro cuerpo
sin compasión
pero ante todo avanzo feliz buscando inyectables
agujas salvadoras que no bajan de precio
mi sudor se pega con un cuerpo desconocido
¿es este el deseo?
¿o la escritura es el deseo?
mi hermana lava a mi madre
yo la peino y le alcanzo una bata nueva
¿es esta la ternura que de mí esperan?
ella vuelve al único estado posible:
la infancia
su infancia en una casona burguesa de magdalena
que ahora se derrumba como nuestros sueños
los ascensores el pase para familiares (obligado)
la cola para los pisos pares o impares
la visita de 4:30 a 6:30
¿y la cama? señorita — ¿cuándo?
un CÁNCER no es un caso de emergencia
es un tema para la literatura
y todo el alcohol que los poetas se puedan beber hasta escupirlo
el sudor que producen los ascensores repletos de desconocidos
me alegra
sobre todo en invierno
y ahora que encontré una aguja para pinchar el texto
pic pic
hacerlo trizas
estos son todos los lugares que he cruzado para encontrar la felicidad:
toda la avenida brasil con los ojos cerrados (no hay nada nuevo por ver)
la Plaza Bolognesi
el Paseo Colón
el Óvalo Grau
el Palacio de Justicia
la Plaza San Martín
no llego más allá porque mentiría
—al menos no hoy que avanzo desnuda
hoy estás en el Queirolo sola frente a un vaso de cerveza
y evocas a todos esos héroes y sus penurias de folletín
¿ellos hacen nuestra historia?
¿y ellas?
frente al vaso mi rostro se deforma
ese espejo improvisado es sincero y me lo bebo
con una media sonrisa
hasta el final
De Ya nadie incendia el mundo, 2005.
Hoy día viajo en los aviones
y ya no me conmueve que la única forma de encontrarme en mí
sea en ellos
El panorama desde aquí es enternecedor
si te pones a pensar en todas las bombas
que explotan allí abajo
y en los niños salvajes que gritan
su inocencia sin pudor
Hoy este paisaje es mi corazón
y el porvenir es sólo una aventura
Viajo sin dinero
mi salud es precaria
pero mi espíritu es fuerte
como una explosión en la noche
Hoy soy una antorcha
un gran halo de fuego y llanto
No lamento mis lágrimas
porque son hermosas y sacian mi sed que es infinita
Los aviones son estrellas luminosas
esta noche
Torpes pájaros de luces multicolores
Quisiera que el despegue fuese más atrevido
como una sonrisa que te mira a los ojos
sin pestañear
Hoy es uno de esos viajes
en que el cuerpo viaja hecho polvo
y los recuerdos aparecen una y otra vez
a golpearte el rostro
y te vas quedando dormida
porque la nostalgia es grande
y las imágenes de ti centellean detrás de cualquier nube
Y te duermes
y los aviones no existen
sino sólo madres
que te arrullan en una noche de altos fuegos
Inédito, Buenos Aires, 17 de julio 2005.
En este momento hay un estruendo
un estallido del color de la memoria
Hoy podría estar traspasada por un balazo inocente
Los campos no son míos
Elegí la urbe como lugar de recogimiento
El pecho ensangrentado de tanto amor
La niñita enfermiza de San Miguel
Esa es mi inocencia
¿Dónde está la tuya?
Hoy hay unos gringos bebiendo cerveza
y jugando al billar en un hotel muy elegante
¿Qué hago aquí?
Podría estar en cualquier otro lugar
besándome con alguien entre las sombras
pero estoy aquí y tengo miedo
Miedo de todo lo que pueda hacer hoy
Tengo más temor de mí que del mundo
Tú no estás aquí
Sólo hay una niña con los ojos hinchados
correteada por mamá
Sólo estoy yo con un agujero en el pecho
Estoy yo que no soy nada y nunca lo seré
Sin embargo, tengo en mí todos los sueños del mundo
Inédito. Ollantaytambo-Cusco, 14 de agosto 2005