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Lluïsa Forrellad reaparece
tras medio siglo de silencio literario

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A sus 78 años de edad, la escritora catalana Lluïsa Forrellad (Sabadell, Barcelona, 1927) ha vuelto al mundo editorial con Foc latent, cincuenta años después de recibir el Premio Nadal de 1953 por Siempre en capilla.

Foc Latent narra una historia de sentimientos ambientada en la convulsa Barcelona de la Semana Trágica. En ella se relata el aprendizaje vital de Pol Caselles, su educación sentimental, el triángulo amoroso que conforma con Amelia y Berta, y su ascenso en la sociedad en una Barcelona mutilada por las bombas anarquistas, la lucha de clases, el catalanismo emergente y la confrontación religiosa, que culminará en la Semana Trágica.

Forrellad aseguró que su libro comenzó a gestarse en la década de los 80 y que ha sido “dificultoso” por la gran labor de investigación que le ha requerido una época tan convulsa como la Barcelona de principios del siglo XX. Cautelosa a la hora de entrecruzar personajes históricos y personajes de ficción, Forrellad se ha visto obligada a leer “multitud de libros de historia y biografías” para crear la atmósfera adecuada.

Ganar el Nadal a los 26 años, por encima de aspirantes como Juan Goytisolo, supuso una explosión de actividad y de expectativas que dejó a Forrellad “cansada” y que la convirtió en “un objeto de propaganda”.

Forrellad recordó que la noche en la que ganó el Premio Nadal estaba “muy atareada” actuando en una función de teatro y que luego lo celebró. Sin embargo, añadió que “cuando ganas un premio tan joven te conviertes en un rival para ti mismo”, ya que consideras que “ya no puedes ganar una medalla de plata”.

La autora afirmó que ahora está lista para recibir “los aplausos y silbidos”, ya que hace 50 años “no esperaba el impacto” y “ahora lo veo venir todo”. Durante este medio siglo de ausencia ha seguido escribiendo de forma asidua, y aseguró que tiene casi listas “unas ocho novelas muy diferentes entre ellas”, en las que alterna el catalán y el castellano.

La novelista no tiene la intención de publicar esas novelas “todas a la vez, porque sería un abuso”, y ha asegurado que no se había dado cuenta de que había pasado tanto tiempo: “En estos 52 años me he dedicado a vivir la vida”.

Según la autora, su proceso de escritura es lento: “Lo que escribo hoy mañana me parece flojo. Soy como Penélope, que lo que bordaba de día lo deshacía de noche”. Se refirió a “la comodidad que da trabajar en el ordenador”, pues había usado siempre su máquina de escribir.

Martina Ros, de Angle Editorial —el sello que publicó la obra—, explicó que la novela de Forrellad ya cuenta con ofertas de tres editoriales para traducirla al castellano y con el interés de la compañía Dagoll Dagom de adaptarla al teatro, una posibilidad que la propia Forrellad calificó de “muy valiente” porque las adaptaciones “siempre son difíciles” y en el caso de esta novela hay “paisaje, fuego”, complicado de llevar al teatro.

La autora aseguró que siempre ha sido partidaria de que la novela siga el camino de la novela y la obra de teatro el del teatro, pero que si “lo mejoran, muy bien, aunque si la reducen, es una lástima”. La autora ha mantenido una relación con el teatro; no en vano junto a su hermana gemela fue autora, actriz y directora de diversas piezas hasta que vio que “no podía representar lo que quería”, y el cine.

Fuentes: Europa Press, EFE