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Antonio Gamoneda
obtiene el premio Reina Sofía

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El poeta leonés Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931) obtuvo, el pasado 11 de mayo, el XV Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, uno de los galardones más importantes de la poesía en lengua española, que le ha sido concedido por “la huella ética que penetra toda su obra, marcada por una profundidad y una hondura inigualables”.

Dotado con 42.100 euros y convocado conjuntamente por Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca, el Reina Sofía ha correspondido en años anteriores al argentino Juan Gelman, la brasileña Sophia de Mello Breyner y el colombiano Álvaro Mutis.

El jurado, que estuvo compuesto por el presidente de Patrimonio Nacional, Yago Pico de Coaña, y por José Saramago, Luis María Anson, Juan Gelman, Josefina Aldecoa, Rosa Regás y Humberto López Morales, entre otros, destacó de Gamoneda, quien es leonés desde los tres años (se trasladó con su madre tras la muerte del padre), su visión del mundo “en la que se puede reconocer la señal explícita de una tradición escondida, profundamente asociada a la tierra y a la construcción de la vivencia”.

“Desde Descripción de la mentira (1977) hasta Cecilia (2004), el testimonio de energía de pensamiento y de vinculación a las tradiciones españolas ha sido constante, ofreciendo un raro ejemplo de coherencia y de verdad poética”, argumentó el jurado que falló este premio.

Gamoneda recibió la noticia de su premio el mismo 11 de mayo, en el tren que le trasladaba de León a Madrid, donde esa misma tarde tenía previsto participar en una velada poética en el Palacio Real, en torno al argentino Juan Gelman, el anterior premiado con el Reina Sofía de Poesía.

“Me ha pillado por sorpresa. Me lo tomo con serenidad y con agradecimiento. No lo desprecio ni lo menosprecio, para mí es una gratificación, pero no me excito”, dijo este poeta, considerado una las voces más íntimas y humildes, retirado de todo tipo de reuniones y saraos literarios.

El autor de Arden las pérdidas, cuya profunda obra atraviesa la reflexión en torno a la pérdida, el olvido, al paso del tiempo o la perspectiva de la muerte, dijo que se sentía “halagado porque este premio lo tienen los grandes poetas. Pero yo soy un provinciano, dicho de manera suave, un señor mayor, un viejo al que este premio le pilla con preocupaciones, que no son muy poéticas que digamos porque estoy metido en asuntos de la fundación de la que soy patrono”.

Gamoneda se encuentra también en este momento enfrascado en la escritura de sus memorias. “Estoy con mis 75 años escribiendo en prosa, alejado de la poesía, de momento, metido en la memoria de mi infancia, que llega hasta los 14 años”.

Un libro de recuerdos, algunos muy dolorosos, como la muerte del padre, cuando era muy pequeño, su marcha a León, la difícil situación tras perder la guerra, o las dificultades económicas. “Esto es como una cesta de cerezas, una tira de la otra y de forma increíble se van asociando los recuerdos, algunos incluso de los que no eras consciente en absoluto”, dice.

Para Gamoneda, incrustado por edad en la Generación de los 50 pero alejado de ese sentir literario totalmente, “la poesía no es una salvación pero se le parece. Es una conversión, cuando está fundamentada en el sufrimiento su lectura termina siendo un placer; como, por ejemplo, pasa en las coplas a la muerte del padre de Manrique. Son fruto del sufrimiento pero su lectura se convierte en un placer”.

El flamante galardonado, que ya es poseedor del Premio Nacional de las Letras, en su rama de Poesía; del Premio Castilla y León de las Letras y del Adonais, entre otros, cree que la poesía es “más dura de roer” que la prosa. “La poesía lleva más tensión, es más fuerte, aunque la poesía también sea memoria”, concluye.

El premio, que entregará la Reina Sofía en el último trimestre del año, en un acto solemne en el Palacio Real, se completa con una jornada sobre la obra poética del autor premiado, de la que después se hace un ejemplar encuadernado artísticamente que pasa a formar parte de los fondos de la Real Biblioteca de Madrid.

Fuentes: Cadena Ser, EFE