Letras
Tres poemas

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El sorbo imposible

Tomo un sorbo de viento
porque creo que la repetición existe,
con ojos yodados de la memoria,
sólo semejanzas y equivalencias.

Lo que no puede ser reemplazado
no repite el momento
en el exacto punto
donde frustró la muerte.

A veces padecí
la incertidumbre llamada ternura
y quise acariciar
con ella lo imposible.

 

Recuerdos canónicos

Amargura inmemorial de los tristes.
Recuerdos canónicos pero falsos,
perversas pausas y cadencias líricas
escanciadas en el templo marino;
sonoridad inquieta de los pobres
clavándome la daga en mi estructura,
la daga del olvido,
del no-recuerdo-pena,
la impune seriedad de las heridas,
la cicatriz del viento,
la orilla de almas simples,
el opus infinito de ternura
que revela tinieblas
y el sufrimiento impío de aflicciones,
como obsesión en cueros perdularios,
colérica razón para la muerte.

 

Letanía

De Uranio enriquecido y el amor

Te invoco mujer porque
eres carta marcada como yo
para quemar los días con el siniestro póquer
de cuatro láminas de uranio.
Cuerpo de colmena,
gestos de alta alcurnia
para el sagrario del Olimpo lujurioso.
Siembro palabras; simulo recuerdos:
heroica promisión de impresiones
encadenado a piedades tristes.
Cartapacio perdido de mi suerte
cuando el colibrí enloquecido
se posó aleteando sobre tus brazos
hermanos del agua.
Beodo y vagabundo recorro mi memoria
donde quedó la noche
en el párpado cruel de la madrugada incierta
cuando amé tu perfume
y perdí tu efigie para siempre
y aquel beso que parecía eterno.
Broma del destino.