Literatura en Internet
Necronomicón

Comparte este contenido con tus amigos

La Universidad Simón Bolívar es reconocida en Venezuela como un centro neurálgico de la creación literaria en los géneros de la ciencia ficción, la fantasía y el terror. Y lo es gracias a la actividad febril desarrollada por el Club de Ciencia Ficción UBIK, creado en el mítico año de 1984 por César Villanueva, Imre Mikoss y José Ramón Morales.

UBIK probó diversas publicaciones impresas para plasmar la creación de sus miembros. La primera fue la revista de ciencia ficción Cygnus, cuyo esforzado trabajo de edición superaba la capacidad de sus recursos humanos, dilatando cada número hasta dos años. Luego se intentó con La Gaceta de UBIK, enfocada en la obra breve de los grandes del género, que se inició con ediciones mensuales pero posteriormente sufrió una suerte similar a la anterior.

El último intento de UBIK con las publicaciones impresas fue Necronomicón, de la que sólo aparecieron dos ediciones, la primera bajo responsabilidad de Jorge de Abreu y la segunda de Yván Ecarri. Como todo buen mito, la tercera edición, a cargo de Roberto da Silva, jamás fue impresa —pese a que el borrador estaba ensamblado— y de alguna manera desapareció. Hasta el momento no ha podido ser encontrada.

Desde 2003, Necronomicón es una rozagante publicación que inauguró en la red su segunda época con la versión digital de sus dos números de papel. Hereda de su primera época la idea original de publicar ficción corta, terror, fantasía o ciencia ficción, y desde su nombre es un homenaje a la obra de H. P. Lovecraft. Desde octubre de 2004 se han editado ocho nuevos números, el más reciente en junio de este año.

En el primer editorial de esta segunda época, Jorge de Abreu —quien funge de editor— intenta de esta manera conjurar la suerte de sus antecesoras: “Necronomicón, víctima del encantamiento, quedó en animación suspendida, como una criatura que nació para cumplir con una tarea y que se ve obligada a desaparecer antes de tiempo... por ello siempre deambuló como una sombra, durante diez años, recordando y deseando volver. Ahora está de nuevo aquí, como un fantasma, como un espectro que desea la vida, que ansía estar de nuevo en el mundo material, pero que se debe conformar con la imitación virtual de la materialidad”.

Con su aparición en Internet, Necronomicón ha publicado textos de autores tan variopintos —en sus temáticas, estilos y nacionalidades— como Santiago Eximeno, Francisco Ruiz, Javier Caballero, Adriana Alarco, Sergio Gaut vel Hartman, Sergio Mars, Íñigo Fernández, Francisco Javier Pérez, Hernán Domínguez Nimo y Ana María Fuster, entre otros.

La revista publica relatos cortos (no publica poesía ni ensayo), de una longitud máxima de 1.000 palabras, lo que equivale a poco más de tres páginas. Deben inscribirse en la literatura fantástica, con preferencia, en este orden, en el terror, la fantasía y la ciencia ficción. Necronomicón admite que la temática lovecraftiana es especialmente privilegiada, algo lógico si se recuerda el origen de su nombre. Quien desee postular sus textos deberá enviarlos a necronomicon@avcff.org, bien sea en el cuerpo del mensaje o como anexo, incluyendo datos personales, vías de contacto, URL de su página personal si la posee y un comentario sobre cada cuento.

La revista sigue siendo respaldada por UBIK, que ya no es un “club de ciencia ficción” sino la Asociación Venezolana de Ciencia Ficción y Fantasía. Todo un ejemplo de lo que la perseverancia puede lograr cuando se conjuga con la pasión por la literatura.