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Poemas

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Futuro II

Partiré a las montañas,
el invierno
detendrá mi vida
y por un instante
seré la cumbre instalada
al final del hielo.
Retornaré con los árboles
de cristal
al final de cada diciembre,
¡nieve el delirio!
de los cantos
que permanecerán,
cuando la noche
sea la única
que defina los caminos.
Lloraré de nuevo
al girasol
olvidado a veces
por el tiempo,
el agua escasa
y la garganta ya seca
y sin palabras.
Olvidaré los versos
escritos,
me habré mudado
por fin
a la dimensión
que me pertenece.

(inédito)

 

El hombre del ocaso

Sangraba su alma
y atornillado a la vida
se aferraba al cemento
de la calle.
En una esquina
parpadeó por última vez
y susurró al viento
El Poema de los Dones.
La sombra lo envolvía
y los rostros
ya difusos en su memoria,
se tornaban grises
y amarillos
como el amarillo tigre
de la infancia.
El hombre de la esquina
lloró para siempre
por todas las voces,
ahora,
abaleadas también
por el silencio.

(inédito)

 

Girasol de humo

Volveré,
a esa ciudad de humo
que se esconde en mi cabeza
sin soñar otra vez
esta mentira de sangre
dibujada desde el cielo...
¡Cómo lloran los ángeles!
porque todo se deshace
porque al insinuar la muerte
se parten los delirios
y el girasol en llanto
deja su reloj sin arena.

(inédito)

 

Verde

Un árbol se sostuvo
conservando intactas
sus hojas.

Se silencian
las campanas
y en la iglesia
¡todos!
me recuerdan
   verde.

(inédito)

 

Parálisis

Las horas se agrandaron
por un instante
se pensó que el tiempo
iba a estallar
y tendría alguien
que inventarlo
todo de nuevo.
Se contuvo la respiración
el aire sostuvo
su mirada fijamente
al azar y al no-viento.
Alguien caminó
soñaba las flores perdidas
y el mar
lo tenía ya seco en su memoria.

Le sonrió al hielo
del alma
mirándose por dentro
y siguió en silencio
señalándose desde el cielo.

(Publicado en la revista Arena, diario Excelsior, México, enero de 2006).

 

Futuro

Cambiaré de piel
para no recordarme
pero tendré como siempre
el alma compartida.
Me mudaré a las montañas
donde los peces
olvidarán el agua
y los animales que vuelan
detendrán su libertad.
Llevaré por dentro
el vacío de una caverna
que comienza a gestarse
y el rugido de la vida
que me llama
a veces por mi nombre.

(Publicado en la revista Arena, diario Excelsior, México, enero de 2006).

 

Ruina

Qué otra ruina
pudiera tener el alma
sino las alas quebradas
de un ángel.

Otro ensueño
perdido en la penumbra.

Otra máscara
titereando la vida.

(inédito)