Letras
Tres poemas

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Joaquín

Lacerar...

ese Joaquín, gnomo
agónico envejecido del sueño filológico,
era lacerar.

Cómo Joaquín
me despiertas temprano por tu cocodrilo
cuando te lacera latinizando tu estudio

Días, Joaquín

otro día yo...
yo marea, yo etérea, yo volaba
me paseaba sinfonía de tu espacio
detestando tu dedo tembloroso
de musas inasibles

otro día los nombres
en otra vida, todos mis nombres
promesa,
me lo explicó Joaquín
igual que lacerar
dormida

otro día ruedas
de mis manos escaleras te exilio
por enfermarme tantas veces
ruedas y te rompes

Joaquín con su voz terrible lacera mi sueño
Yo moribunda de cocodrilos
No soy más la séptima
(ni tu hija)

 

Las razones

  Por todo lo que no escribirá mañana
por las figuras míticas en las grutas de fuego
por la descomposición substancial de círculo
           y su consecuente eterno retorno
por la capacidad histriónica del aire
por la fina traición a las lluviosas tardes bañadas en besos
por las razones irracionales que todos conocen
por las maldiciones a Newton: caer, siempre caer
por el que lo posee y me hace escribir las líneas
por el espejo de feria que muestra invariablemente uno que no es él
por el suicidio involuntario en masas
por el canto
           el canto mismo de pájaro que no sirve para nada
por las nostalgias reticentes del porvenir
por el erotismo tierno del amor de hermanos
por el desconocido fin del minuto nuevo
por el color de algunas bugambilias invisibles
por la ultrasensibilidad que le aqueja al vidente ciego
por las injusticias y contradicciones caóticas del orden
por el que pasa la carne por la ranura de pasar la carne
por el presentimiento delirante de la muerte de su mejor amigo
por la oscuridad
           por la luz
                                   por eso
nada más
                  por eso
el poeta se sirve otro tequila.

 

El buque amarillo

Vámonos tú y yo
aún cuando la tarde esté bien viva
a un lugar retirado por murmullos

Sígueme
no preguntes nunca: ¿qué es esto?
la niebla amarilla nos cubrirá
el humo nuevo nos frotará con cuidado
luego nos enroscaremos en torno a la casa y al fuego
hasta quedarnos completamente dormidos

habrá tiempo

mucho tiempo para la palabra y el asesinato
tiempos para ti, tiempos para mí

Preparemos una habitación para la duda
ella nos dirá:
¿Y la perturbación de la vía Láctea?

Yo conozco esa música que haces
proviene del cuarto alejado
atrás del patio
a todos conozco
les paso los ojos con alfileres
y los coloco sobre una tabla de corcho

Sé también de los dedos, los brazos
morenos tuyos atados a brazaletes
sobrevaluados, ridículos, eléctricos
eléctricos de leve vello
que tienden la mesa, arremangan
las camisas, cierran las cortinas
convocan al concierto gramófonos olvidados y roncos
disimulan las enfermedades y las catástrofes
matan a los profetas después del café

Yo no soy ningún profeta
(eso no importa)
aunque lloro, rezo y ayuno infinitamente
he sido lacayo de la palabra
le escucho sobre la montaña única
soy su bufón en muchas circunstancias

soy el que escucha el canto de las sirenas
que no me cantan jamás
sale su música vieja del roce
des sus labios con el oxígeno
me sacuden al pasear por la playa
al girarme he visto siempre que camino solo
por entre los muertos

a lo lejos escucho tu voz intrusa violentando el sótano

volvamos entonces a los viejos cuadernos
amarrados con guitas y perfumes
dejemos la bruma empardecerse con las olas
los fúnebres papagayos al alba

hemos sido el tacto que se esfuma
demos cuerda a los relojes

o quédate mejor en lo alto de la escalera
tiéndele las sábanas a Lázaro
que seguro vendrá cansado
corta las flores del jardín
revive los rescoldos de la hiedra
vuélvete y teje sobre los cabellos colchas
yo partiré triste en busca del otoño
                        a la media noche

sigue mis instrucciones:
no abras ninguna botella
he vertido ahí el líquido turbio de mi dolor
gira tu cabeza a la izquierda
estarás tú mismo señalando el horizonte
verás el buque amarillo
donde he planeado suicidarme
consuélate, abrázate, bésate la punta de la nariz

Habrá fuego en la chimenea
un buitre volará sobre mi fragancia perdida

circula en el calendario el miércoles de ceniza