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Poemas

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Anda con Dios

Tú no me debes nada. Yo te debo,
el milagro de haberte conocido,
cada caricia que enredé en tu pelo
y cada beso al que le diste un nido.
Te debo, amar con todos los sentidos,
mis mil maneras de decir te quiero,
y la infinita lluvia de luceros
que parecía recorrer el cielo
cuando veía amanecer contigo.

Te debo, el compartir en los ocasos
la dulce intimidad de tu regazo
para que hiciera realidad mis sueños,
y la infantil urgencia de ser bueno
que me embargaba al reposar la frente
en el tibio remanso de tu seno.

Tú no me debes nada. Yo te debo,
la piel entrelazada, los rostros que se juntan,
las promesas de amor en la penumbra,
y los besos que queman como brasas
pero no quieren terminarse nunca.

Por eso, en el umbral de tu partida,
no digas, por favor, que algo me debes,
tú me lo has dado todo siendo mía
y así como te amé cuando me amabas,
ahora que te vas y que te pierdo,
voy a seguir amando tu recuerdo.
Anda con Dios. Tú no me debes nada.

 

Impronta

Cuando todos los días amanecía en vano
y vivir no tenía ni motivo ni rumbo,
allí estaba el recuerdo de tu mano en mis manos
y allí estaban los sueños que soñábamos juntos.

Cuando a las ilusiones se las llevaba el viento
y el final del camino siempre estaba más lejos,
más allá del silencio, la distancia y el tiempo,
allí estaban tus risas y allí estaban tus besos.

Cuando más me agostaba, tú más reverdecías
cuanto más lejos iba, más cerca te encontrabas.
Tú has sido lo más bello que me ocurrió en la vida,

y, tal vez, el castigo al que me has condenado
es llevar tu recuerdo sangrando en el costado
y amarte como a nadie hasta el fin de mis días.

 

Elecciones

El indio es viejo y cetrino,
el doctor de piel rosada,
el indio no calza nada,
el doctor borceguí fino.
Uno va por el camino
del político venal,
el otro, raza fatal,
destrozada a desengaños
tiene cuatrocientos años
de engaños. Y siempre igual.

...Campesino, si yo influyo
con mi voz en el Congreso,
el país tendrá progreso
y este suelo será tuyo.
Recuperarás tu orgullo,
los ricos te escucharán
y conmigo llegarán
la justicia y el derecho,
Te lo juro, tendrás techo,
tendrás tierra, tendrás pan.

Rumia el indio su amargura,
su dolor, su desaliento,
y, en la puna, al par que el viento
estremece su figura.
...Mi partido te asegura
mejorar tu situación.
Tendrás ropa, educación,
el mundo estará en tus manos,
viviremos como hermanos.
¡Como hermanos! Sí, patrón...

El indio es viejo y huraño,
el doctor culto y pudiente,
el indio baja la frente,
el doctor sueña un escaño.
Y mientras sigue el rebaño
de políticos su viaje,
igual que en el coloniaje,
miserable y explotado,
vuelve el indio con su atado
a enterrarse en el paisaje.

 

Desesperanza

La casa está vacía, ni tú ni yo ni nadie
que riegue las anturias al pie de la escalera,
sólo huellas de cosas que ya no nos esperan
y un balcón por el que entran las cinco de la tarde.

Adivino el perfume de tu cuerpo en el aire,
te veo en la penumbra sin fin de mis retinas
y mientras el silencio magnifica tu ausencia,
la tristeza en tu nombre me corona de espinas.

yo no sé en qué momento de qué desesperanza
el delirio del beso se convirtió en heridas
y nos fuimos partiendo como el pan en la mesa,

y aunque no lo sepamos, por desidia y encono
nos iremos muriendo en el mismo abandono
de las casas vacías donde nadie regresa.