El comunicador social, editor y narrador Wilmer Urrelo obtuvo este jueves 15 de marzo el Premio Nacional de Novela de Bolivia, dotado con 8.000 dólares, una medalla y publicación de la obra, por Fantasmas asesinos, la historia del crimen de un niño. Nacido en La Paz en 1975, Urrelo se impuso entre veinticinco autores y se convirtió en el escritor más joven distinguido con el galardón, que se entrega anualmente desde 1998.

El jurado, que estuvo integrado por los escritores Moira Bailey —presidente—, Néstor Taboada y Homero Carvalho, el filósofo Wálter Navia y el periodista Jaime Iturri, argumentó su fallo “por el hábil manejo de focalizaciones, voces narrativas y múltiples registros de lenguaje” de Fantasmas asesinos, una novela policial de seiscientas páginas ambientada en la época de la dictadura.

“La obra revela un modo especial de relaciones amorosas intensas que acontecen en medio de un submundo específico de violencias y fanatismos de dictadura”, explicita el acta que otorga menciones de honor a Los ingenuos, de Verónica Ormachea, y Mundo puto, de Roberto Cuevas.

La gerente del Grupo Santillana, Carola Ossio, explicó que la publicación de la obra premiada, así como su comercialización simultáneamente en Bolivia, España, América Latina y Estados Unidos, estará a cargo de Alfaguara, que lanzará una edición de 3.000 ejemplares. Una vez finalizada la venta inicial, el autor otorgará a la editorial el derecho de primera opción de posteriores ediciones y podrá llegar con ella a acuerdos contractuales, en el marco de lo que establece la Ley de Derecho de Autor.

“No lo podía creer”, dijo Urrelo a la prensa refiriéndose al momento en que Bailey lo llamó por teléfono para anunciarle que había obtenido el premio. “No esperaba ganar, pues mi obra tiene un tema poco premiable”, indicó. “Han ganado autores experimentados. Yo no escribí durante cuatro años, pero el 2006 me entregué íntegro, trabajé 12 horas diarias para terminar”.

La novela se basa en un hecho verídico, el asesinato de un niño en un colegio de La Paz, que ocurrió en 1986. Urrelo explicó que estuvo tres años investigando el caso antes de escribirlo.

“Está dividida en tres partes”, agregó. “La primera —Obsesiones de un idiota I— es el monólogo del protagonista, Javier Ugarte, un joven de 16 años que se obsesiona con La ciudad y los perros de Vargas Llosa y con el asesinato de este niño que estaba en su colegio. La segunda parte —Un niño rojo— narra la violación y muerte del niño, a los criminales Los norteños. Tiene un fondo político claro y trama policial. La tercera parte —Obsesiones de un idiota II— vuelve a la historia de Javier y cómo su vida se ha marcado por aquel asesinato”.

El veredicto fue hecho público en un acto que contó con la presencia del viceministro de Desarrollo Cultural Pablo Groux y los representantes de las empresas auspiciadoras del Premio, Luis Alberto Gutiérrez, de BBVA Previsión AFP; Carola Ossio, de Santillana; José Luis Peñaranda, de ATB; y Juan Carlos Rocha, director del diario La Razón.

El premio ha sido obtenido en el pasado por los escritores Gonzalo Lema, Cé Mendizábal, Tito Gutiérrez, Ramón Rocha, Edmundo Paz Soldán, Juan Claudio Lechín, Eduardo Scott y, en su edición anterior de 2005, Luisa Siles.

“El Premio Nacional de Novela es, desde hace ocho años, un estímulo para que los escritores difundan su obra en el país y en otras latitudes”, aseguró Carola Ossio. Por su parte, Juan Carlos Rocha enfatizó la necesidad de elevar los montos de los premios nacionales, desde el Estado y con el apoyo de la empresa privada. La iniciativa fue bien recibida por el viceministro Groux, quien se comprometió en ampliarlos y mejorarlos.

Fuentes: ABI • La Razón (Bolivia)