Todo se irá a la basura
Mi corazón estallará como piñata de fiesta
de lo que algún día fui no queda nada
sólo vómitos de transeúntes
la borrachera es la última victoria
en estos días
la mejor poesía se sigue escribiendo en los baños públicos
tanta es mi náusea
que le vomitaré a la mujer que amo
y después me la devoraré
con un poco de esfuerzo pero con la muerte
dividida en mi garganta
Trabajar cansa
“Trabajar cansa”, ya lo dijo el poeta Pavese
y es que todo me cansa
hasta lavarme los dientes
o ponerme medias para dormir
¿quién pudiera ser
todavía un niño que juega al balón
y no tuviera miedo
de envejecer o morir?
¿quién me regalará pronto
un poco de veneno
para beber antes que llegue el fin?
El animal que hay en mí
Mi cuchillo tiembla en mi puño.
No hay nadie en la casa,
me escondo en el corredor
y sigo pensando
que no hay nadie.
Pero una sombra cruza sospechosa
el animal que hay en mí
me incita a atacar y ataco:
otro muerto más
para que los periódicos
se sigan enriqueciendo
y yo en mi clandestinidad, solo,
con hambre
y sin que nadie
me tome una maldita foto
Escupo sobre mis banales contradicciones
Lo escribiré trescientas veces en mi piel:
es inútil respirar
cuando tenemos la muerte
tan cerca
es inútil soñar
cuando sólo tenemos
un vaso de vino por delante
es inútil cantar
cuando no tenemos nada con qué saciar
nuestros apetitos sexuales,
ni nuestra vergüenza,
ni nuestras canalladas
es inútil creer en dios
cuando hemos vivido negando
las religiones
escupo
sobre mis banales contradicciones
y repito:
todo es inútil
lo escribiré miles de veces en mi piel
No me prives de tu carne
Llámame canalla, vende patrias,
mentiroso
o llámame Lucifer
pero no me prives de tu carne
yo soy un rey que perdió
hasta su corona
mi poder está hecho pedazos
he vuelto a ti para coronarte
como la nueva reina
de mis tinieblas
es lo único que puedo hacer por ti
llámame vagabundo
o Satanás
pero no me prives de tu carne
Los dioses leen en mi piel
Los códigos de tu cuerpo
tienen múltiples alas
donde mi enajenación se estremece
y encuentra su espacio
tu cuerpo es un pequeño lenguaje
que los dioses leen en mi piel
tu cuerpo está lleno de significados
y de significantes
que sólo yo descifro
en mi locura
Los muertos copulan con otros cuerpos
Nada somos
más que un poco de sol
en los ojos
y aire movido
por los labios
(el pecado original nos sigue pesando,
en nuestra estúpida conciencia humana)
hay muertos que copulan
con otros cuerpos
nada queda
sólo mi rostro bañado
de venenosas serpientes
Quemaré todas mis naves en tu cuerpo
Todos se han ido
nadie queda a lado
de mis huesos
mas esa vela encendida que alguna
ardió en tu cuerpo
la cera se fue derritiendo en tu piel
mordías el aire
de la locura
quemaré todas mis naves en tu cuerpo
pues ya no queda
nada de nada
mas esa vela encendida que arderá
eternamente
Bocetos ingenuos
Los cuerpos son pequeños grabados
o bocetos ingenuos
de Dios
Él nos hace volar por el papel
con su pincel
pero Dios
se ha marchado
y se niega a terminar
lo arruinado
Adiós padre
Padre me voy: voy a jugar en la muerte,
padre me voy. Dile adiós a mi madre,
y apaga la luz de mi cuarto: padre, me voy.
Leopoldo María Panero
Padre me voy
me voy definitivamente
a jugar con la muerte
mis días se han tornado tenebrosos
y ya no tengo tu mano
sobre mi hombro
ni tu sonrisa cariada
y benévola
Padre lo he decidido
tengo que irme pronto
ya hice las maletas
y es inminente mi partida
despídeme de mamá, de mis hermanos,
de la abuela
y del perro hijo de puta del vecino
Padre me voy
sí pero aquí te dejo
mis poemas
para que los leas y después
los quemes
pero antes te darás cuenta, tal vez, de todo
lo que en vida, te amé y odié
El día del entierro de un amigo
Todos los presentes
lloraban a moco destemplado
por la muerte de mi amigo
leyeron poemas
corearon canciones corta venas
y contaron
una que otra anécdota
sobre su vida
en este mundo
cuando me quedé solo
frente a la lápida
de mi difunto amigo
le arrojé semen y vino
porque fue lo único
que a él
en vida le interesó
El amor de las putas del bar
Fíjate, incluso las putas en el bar
piensan en él
beben demasiado
y casi se olvidan del negocio
Charles Bukowski
¿Quién dijo que las putas
no tienen derecho a enamorarse?
es verdad que algunas ni besan
a sus clientes
otras sí
a otras les gustan los tres platos, a otras dos,
a otras ni uno
pero ellas
se ponen como gallinas pisadas
cuando el poeta
llega al bar
porque mientras él las penetra
también les lee al oído poemas de amor
que
jamás olvidarán