Letras
Tríptico

Comparte este contenido con tus amigos

1. Queda el silencio

La cúpula de San Giorgio Maggiore
se refleja temblorosa en el agua
la memoria se estremece recordando la luz de esos días
y el corazón trepida rememorando los errores repetidos
todo tiembla
el aire la luz el agua
pronto temblará mi mano urgida de deseos de años de recuerdos de sombras
mi voz ya no te nombrará
tu nombre no se hará de mi sonido
inútilmente veremos pasar los días los libros las horas los placeres las calles
alquimistas fracasados no supimos transmutar el vil metal en oro
el vino se hizo agua
el agua se hizo hiel
queda el sucio silencio

 

2. Tarde larga de primavera

La primavera se abre paso agazapada
destila hilitos dorados que van cubriendo las baldosas del balcón
los árboles, otra vez, forman un bosque trémulo y vacilante
ilusorio de vida
La tarde del domingo se alarga frente a la pantalla
y frente al mar de hojas verdes que se agita inútilmente
convocando días en que cada hora era una celebración
mientras la memoria duele
con dolor de ausencia

Sólo apoyar la cabeza en un brazo generoso
si fuera posible cálido pero no pido más
pedir es arriesgado
y la tarde se alarga
y la vida se alarga
y la espera es un hueco donde caben todas las sombras

Fantasear, imaginar, inventar que te quiero
y que sos como yo digo
mientras la tarde sigue pasando lenta y tiemblan las hojas de los árboles

 

3. Arte poética

Se puede tirar a la basura las cosas de los muertos
olvidarse de contestar el teléfono
cuando quien llama es el deseo
preterido, soslayado, inmaculado
Se puede no comprar una pistola para acabar limpiamente
esta vida que se alarga más de lo que los huesos la soportan
y el músculo cuelga en el museo
mientras la rosa no logra florecer en el poema

Se puede creer en la primavera que llega
aunque no llegue el ómnibus
y los pólenes marchiten el alma y la respiración
mientras se olvidan las nieves de antaño
y los días van cayendo disciplinadamente del almanaque

Se puede ir y venir
y pensar que se ha llegado a alguna parte
cuando nunca se sale de uno mismo
y apenas se consigue un gemido de reconocimiento
confundido con el éxtasis
o la felicidad

Y en un día como hoy
cerrar la puerta
y no salir a jugar