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Fundación Miró entre los cien monumentos más amenazados del mundo
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Goteras y daños estructurales en la sede de la Fundación Joan Miró, de Barcelona (España), han convertido el edificio en uno de los cien monumentos más amenazados del mundo, según el World Monuments Fund (WMF), una organización dedicada a alertar sobre el estado del patrimonio cultural internacional, que hizo pública este 6 de junio en Nueva York la edición de 2008 de su lista, publicada cada dos años.

Se trata del único edificio español (y del más joven de toda la lista puesto que la construcción data de 1975) dentro de una selección que incluye el santuario de Machu Picchu en Perú, el barrio histórico de Nueva Orleáns o el perfil de San Petersburgo, amenazado por un desproporcionado rascacielos. La lista sirve para atraer la atención sobre construcciones o lugares que se ven amenazados por el abandono, los conflictos bélicos o el desarrollo económico incontrolado. Entrar en ella significa, en muchos casos, conseguir fondos del propio WMF o de gobiernos alertados por esta institución, para reparar y restaurar el patrimonio artístico.

En la candidatura presentada por la Fundación Joan Miró se estima en 1,5 millones de euros el presupuesto para reparar el edificio. “De no llevarse a cabo ninguna actuación es evidente que en los próximos años caerá a trozos y dejará de ser adecuado para la finalidad con la que se creó: acoger público y obras de arte”, afirma la fundación en una solicitud que competía con más de 200 monumentos de todo el mundo.

El problema del edificio diseñado por Josep Lluís Sert era conocido y de hecho se ha intervenido ya en dos terceras partes del conjunto. El cemento armado con el que fue construido tiene fuertes problemas de carbonización que a la larga puede provocar oxidación del hierro. Con todo, el estudio químico y estructural realizado en 2003 dejó claro que ahora no hay peligro estructural, pero sí muchos problemas en los muros que cierran las fachadas, con grietas y desconchados que afectan a su “integridad visual”, según indicó el arquitecto Jaume Freixa, encargado de las obras del edificio.

Pese a que estar en esta lista deja en mal lugar al país o la ciudad en el que se ubican, para la directora de la fundación, Rosa María Malet, es una buena manera de obtener fondos para continuar con la restauración. El Ministerio de Cultura de España avaló la solicitud.

Fuente: El País