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Exposición homenaje a Frida Kahlo recibe miles de visitantes
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A menos de una semana de haber sido inaugurada en el Palacio Nacional de Bellas Artes de Ciudad de México, la exposición “Frida Kahlo 1907-2007. Homenaje Nacional”, provocó la primera aglomeración al reportar, el pasado domingo 17, una asistencia de ocho mil visitantes.

Aprovechando que el domingo es día de entrada gratuita al museo, familias enteras, parejas, “fridomaniacos” y visitantes solitarios acudieron al recinto, formando filas hasta de 200 metros llenando el vestíbulo de Bellas Artes, así como densas masas en el interior de las salas, donde se exhiben 354 piezas sobre la artista mexicana.

Desde las 9:15 de la mañana los asistentes comenzaron a llegar a la exposición ansiosos de ver de cerca las famosas obras de Kahlo, según informó el personal del museo, encargado de organizar el ingreso a los salones. Con la multitudinaria visita y el lento fluir de los visitantes, la necesidad de formar filas fue inevitable, lo que empezó a provocar el descontento de los asistentes, quienes se quejaron de la falta de organización, pues permanecieron en líneas hasta veinte minutos, mientras que para otros fue imposible apreciar las obras expuestas.

Javier, un profesor visitante a la exposición y quien aprovechó para llegar en compañía de su esposa e hija, señaló que no apreció la obra completa, debido a la cantidad de visitantes, además que sólo duró 20 minutos dentro del recinto, “pero hay que verla completa”, por lo que prometió regresar.

Refirió que de acuerdo a lo observado, se ve que la exposición es “muy original, hay pinturas que ya conozco, que había visto en otras exposiciones, pero hay también nuevos materiales”, señaló el docente, quien dejó ver su interés por la obra de Frida, a quien sigue desde hace más de dos décadas.

Para este profesor, la artista llama la multitudinaria atención del público por “la forma como representa la pintura, el surrealismo, la manera de expresar lo que es el mexicano, esa dicotomía de amor y sufrimiento” y que para él, de alguna manera, existe en el espíritu de los habitantes de este país.

Por su parte, un joven acompañado de su pareja que esperó durante poco más de diez minutos para entrar a las salas, señaló por separado que la obra de Frida, “es importante no sólo en la historia del arte de México, es un personaje destacado y hay que conocerla bien”. A pesar de su interés lamentó que hubiera descontrol al momento de formar las filas, “no se aprecia bien cómo debe ir fluyendo bien, nos dejaron aquí esperando y no sabemos cuándo vamos a pasar”.

La multitud, aglomerada en escaleras y espacios del recinto de mármol, provocó inconvenientes en áreas como los sanitarios o la sección de guardabultos del museo, que debió ser ampliada con un mostrador improvisado para prestar el servicio de paquetería.

No obstante, el interés de la multitud por volcarse en torno a un personaje del arte quedó de manifiesto, como lo demostró Armando, un pequeño de no más de siete años que de la mano de su madre, sólo expresó al momento de ver los pendones que cuelgan sobre las columnas del museo, “Frida estaba bien cejona”, convencido de que se trata de una figura de su cotidianidad.

La exposición, que ocupa todas las salas del Palacio de Bellas Artes, incluye la exhibición de 65 óleos y autorretratos, algunos exhibidos por primera vez en México, alrededor de 45 dibujos, 11 acuarelas y cinco grabados, así como documentos inéditos y manuscritos como 50 cartas personales, su diario particular y más de 100 fotografías sobre la más famosa de las artistas plásticas mexicanas.

Fuente: El Universal (México)