Una mujer desnuda
se mira en el espejo
sabe de heridas
de años andados
de noches de abrazos
y de besos.
Una mujer desnuda
se mira en el espejo
y piensa
que el tiempo se ha agotado
con cada parto
que ha tenido
con cada herida
que ha sufrido
con cada beso y abrazo
que ha vivido.
Una mujer desnuda
se mira en el espejo
y entiende
que por el poco tiempo
que le queda
debe ser fiel
debe ser leal
Una mujer desnuda
se mira en el espejo
y sabe
y piensa
y entiende
que es a ella
y sólo a ella
a quien debe mostrar
su cuerpo marchito.
Alguien observa desde algún rincón
las cosas de la casa
La cocina
sin fuego ni alimentos
La nevera
que permanece cerrada
El silencioso comedor
La biblioteca
cubierta de polvo
El sofá de la sala
vacío
La cama en el cuarto
intacta
Y desde algún rincón
alguien observa las cosas de la casa
mientras en silencio
lloro.
El solar de la casa
es un campo pequeño
para las batallas
Las miradas se evitan
entre el follaje de las plantas
La brisa juega a ser niña
entre los árboles
que majestuosos contemplan
nuestro ir y venir
Una nube negra
se posesiona del espacio
amenaza con llover
huimos al refugio del hogar
Tarde nos damos cuenta
de la inmensidad del solar
de la conveniencia
de librar las batallas a tiempo.
El beso
queda guardado en la mano
por largas horas
para que no escape
La mirada furtiva
recorre el lugar
la ausencia sabe de alguien
que no debe existir
pero que no se borra
Lejos
unos pasos
unas voces
que anuncian
el regreso a la realidad
Hay que volver
a las poses
a las sonrisas
al temblor disimulado
y al deseo creciente
de estar
nuevamente a solas.
Déjame pedirte que el engaño,
el dulce engaño de ser tú y yo, dure
el vasto tiempo de este instante.
María Mercedes Carranza
“Los poetas mienten siempre”
dices
mientras río la ocurrencia
tu mano ha tomado la mía
y la mesa
se convierte en un muro
que nos separa
afuera
está mi propia voz
que expresa cosas
que no alcanzo a entender
adentro
hay una mujer
que desea derribar un muro.
Hace días que ando extraviada
y no me reconozco
En un estado agónico
con el deseo de la desnudez
en tus manos
La humedad de los dedos
es poesía en mi nocturnidad
Animal en celo
a punto de morir
La dureza de tu cuerpo crecido
es un recuerdo
que tiene la permanencia
de la noche
No te encuentro
y otra piel sabe
de la caricia que te pertenece.
Afuera
El sol regresa
seca la humedad de la tierra
Adentro
sigue siendo noche
El sendero torvo
no conduce a ningún sitio
Y la puerta
que lleva a la luz del patio
permanece cerrada
Ha llovido tanto
y no sé
si esta fría tarde de agosto
los árboles del patio
resistan semejante tristeza.
Tú eres este poema que hoy escribo
esta taza de té
que acerco a mis labios
para beberte poco a poco
Este juego con tu figura
que se dibuja entre el humo
para besar
mis ojos
mi pelo
mi nariz
Tú eres estas ganas de tenerte
esta cosquilla en la boca
este calor bajo y profundo
este dolor de ausencia constante.
Llueve de nuevo
en la cocina
el aroma de la comida y el café
invaden el espacio
Las voces de los niños
son un eco en el tiempo
juegan a ser adultos
a mamá
y papá
En el patio
rodeada de árboles
se respira el olor de añoranza
Sueño que eres tú en la cocina
Sueño que me esperas
con la caricia en la mano
La lluvia empapa el cabello
con los ojos cerrados
de cara al cielo
emprendo el regreso
de la escuela a la casa.
Te dije adiós te amo
Pero llévame contigo
A donde no te vea.
Yolanda Pantin
Intentaré el olvido
no con whisky
ron
o vino
No en un bar
botiquín
taguara
No cantaré boleros
ni viejo
ni nuevos
mucho menos rancheras
No daré cabida
a lágrimas
ni llanto
No contaré la historia
de amor y desamor
a mis amigos
No diré
que eras bueno
ni malo
Nadie sabrá de ti
te lo prometo
Intentaré el olvido
desde otra perspectiva
más decente
más digna
Me arrojaré a la cama
tumbada boca arriba
allí estaré por días
y por noches
mirando telarañas en el techo
pensando
en que muy pronto moriré
con un tumor maligno
que crecerá de forma inadvertida
en mi cerebro
o tal vez sea leucemia
un cáncer terminal
metástasis
un trágico accidente
Moriré
de una bala furtiva
un día cualquiera
un amigo en común
quizá sepa mi suerte
y será quien te llame
para darte el aviso
Entonces llorarás
como nunca lo has hecho
lamentarás mi muerte
y tu tristeza
ha de ser infinita
Intentarás entonces el olvido
tomando una botella
de whisky
o tal vez vino
En el rincón de un bar
botiquín
o taguara
Cantando con tu voz aguardentosa
boleros
o rancheras
y llorarás a mares
y en medio de tus lágrimas
contarás nuestra historia
de amor
y desamor a tus amigos
y sentirás entonces
que yo fui lo más bueno
que le pasó a tu vida.