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Estrenan en España versión teatral de 2666, de Roberto Bolaño
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Una monumental obra de teatro de cinco horas de duración y cuatro entreactos es el resultado final del empeño del director teatral Àlex Rigola y el dramaturgo Pablo Ley, de llevar a las tablas 2666, la novela póstuma del escritor chileno Roberto Bolaño, fallecido en España el 14 de julio de 2003.

Tras casi un año de sucesivas revisiones y recortes, la obra fue presentada en el marco del Festival Grec entre el 27 y el 30 de junio. 2666 engarza cinco historias alrededor de la figura de un enigmático novelista, Benno von Archimboldi, y una localidad mexicana: Santa Teresa, álter ego de Ciudad Juárez, ese funesto punto del mapamundi conocido por los cientos de asesinatos de mujeres impunemente soterrados.

La ambiciosa adaptación es un macromontaje con cinco espectáculos —cada uno con un distinto formato escénico— que pretende preservar la estructura narrativa original. Bolaño escribió las cinco partes de su novela como novelas independientes, pero a su muerte todas vieron la luz en un mismo libro y se entrelazan por los crímenes de Ciudad Juárez.

La obra, que volverá a Barcelona la próxima temporada, se acompaña con una exposición de las fotografías que Rigola hizo cuando visitó esa ciudad fronteriza, “una exageración artificial de la urbe occidental, donde la vida tiene muy poco valor y manda la violencia”.

Según Rigola, la novela de Bolaño es una mirada crítica sobre nuestra sociedad; sobre “cómo nos volvemos impermeables a las tragedias; a la maldad y la muerte”. Entre paladas de horror y sorna, la obra desentierra el mal del que es capaz el ser humano y “reflexiona sobre la dignidad, el oficio del escritor, la creación y la destrucción...”, argumenta el director, que pidió la colaboración de Pablo Ley para abordar su más complejo proyecto: “No soy crítico literario, pero creo que esta novela no tiene nada que envidiar a Cien años de soledad”.

Once actores —entre ellos Julio Manrique, Cristina Brondo, Pere Arquillué, Andreu Benito, Ferrán Carvajal y Chantal Aimée— dan vida a los cuarenta personajes que desfilan por el escenario: filólogos, periodistas, poetas, locos, policías, sádicos y otros. Rigola y Ley afirman haber intentado mantener el espíritu y la prosa perfeccionista de Bolaño. “Pero si una adaptación resulta exactamente igual que el original no vale la pena. Hay que aportar algo nuevo”, arguye Ley, para quien el montaje es “una maravilla”. “No es nada aparatoso porque es una obra para ser escuchada”, sentencia.

A Rigola le resultó especialmente “traumático” tener que dejar fuera de juego muchas historias y personajes del enorme y fascinante banquete literario del autor chileno. “Pero teníamos que tener en cuenta la pulsión con el espectador, y en el territorio ibérico un montaje de cinco horas ya es mucho”. En festivales como el de Avignon, cuenta Rigola, “hay espectáculos de siete u ocho horas que transitan desde la puesta de sol hasta el amanecer”.

Fuentes: El PeriódicoFestival Grec