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Textos inéditos de Gabriela Mistral duplican su obra conocida
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El investigador chileno Luis Vargas Saavedra valoró la “cantidad y calidad” de los poemas, cartas y notas desconocidas de Gabriela Mistral que permanecían en Estados Unidos, resguardados por la albacea Doris Atkinson, sobrina de Doris Dana, secretaria y amiga de la escritora, hasta hace unas semanas cuando fue invitado a conocer la colección, contentiva de unos cien poemas, 500 cartas, fotografías, carpetas y notas desconocidas.

Vargas Saavedra contó en un extenso reportaje publicado el pasado 22 de julio por el diario El Mercurio que ha fotografiado 860 papeles que corresponden a 78 poemas, además de 500 cartas inéditas y cinco álbumes de cuero negro que contienen fotos de Mistral y de su familia, lo que duplicaría su obra conocida hasta ahora. “La cantidad y calidad de poemas que voy reuniendo son tal, que se viene abajo la creencia de que Gabriela Mistral escribió tan sólo cinco libros de poesía”, señala Vargas Saavedra.

“A veces, en un cuaderno constelado de rimas se entrevera un poema, o bien aparece en contrapunto con una lista de compras que hacer”, indicó Vargas Saavedra. “Hay páginas sueltas de prosa y poemas, fragmentos que perdieron su secuencia, una miscelánea que requerirá ser digitalizada para poder ensamblarle las palabras, a lo arqueólogo que recompone un ánfora hecha añicos”.

Según el investigador, Dana había iniciado la labor de clasificar todo el material, pero el volumen de éste la excedió. “Enorme tarea y responsabilidad para quienes en el futuro asuman el compromiso de resolver y alojar este maremágnum”, puntualizó Vargas Saavedra. “El recelo de Doris Dana, al impedir que los estudiosos norteamericanos o criollos pudieran verlo siquiera, desanimó una investigación académica que habría atendido y realzado la obra de Gabriela Mistral. Suya es la culpa de que en los Estados Unidos no se la haya considerado como la magnífica escritora universal, como el genio verbal que ella es. Contribuyó a su postergación, a su olvido, al arrumbamiento”.

Atkinson conoció a su tía cuando ya contaba los catorce años y nunca fue preparada para ser albacea de semejante tesoro literario. “Sin saber castellano, apenas enterada de que Gabriela Mistral era un Premio Nobel en literatura, se le vino encima el albaceato como un rodado de enigmas y apremios. Ingeniero por oficio, avezada en organizar hechos, en manejar lo concreto y lo exacto, ha sabido asumir su repentino cargo con una inteligencia eficaz, con una generosidad y una ética encomiables que todos le debemos agradecer. A ella se debe la decisión de traspasar a una institución chilena sin afanes de lucro, como es la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos de Chile (Dibam), lo que aún falta conocer, ver y leer de Gabriela Mistral, es decir, el 60% de su desempeño genial”.

“Ahora estamos hablando con todas las instituciones beneficiarias del legado de Gabriela Mistral y nuestra intención es que una vez se estudien todos los documentos, se determine cuáles son inéditos y se puedan publicar así por primera vez sus obras completas”, dijo Atkinson.

Doris Dana falleció el pasado 28 de noviembre de 2006 en Florida y su voluntad era que los escritos de la poeta permanecieran perpetuamente en la Biblioteca del Congreso estadounidense, por considerar que en Chile no existían las condiciones para su conservación. Sin embargo, su sobrina Doris Atkinson decidió devolver a Chile el legado, tras una visita a este país en pasado marzo en la que verificó que existen las condiciones técnicas para el resguardo de la obra de la Premio Nobel.

Fuentes: EFEEl Mercurio