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Murió la escritora cubano-mexicana Julieta Campos

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La escritora y ensayista Julieta Campos, ganadora del Premio Xavier Villaurrutia de 1974, murió el miércoles 5 de septiembre a la edad de 75 años, víctima de cáncer. Nacida el 8 de mayo de 1932, fue velada en la funeraria Gayosso Félix Cuevas y cremada el 6 de septiembre por la noche.

Campos fue reconocida por incursionar en diversos géneros literarios como novela, ensayo, crítica literaria, ficción y teatro. Nació y vivió en La Habana, Cuba, hasta los 20 años. Su pasión por las letras la llevó a realizar estudios en la Universidad de La Habana y en La Sorbona, donde obtuvo el diplomado en literatura francesa y contemporánea.

En la década de los 50 llegó a México, después de su matrimonio en 1954 con el diplomático y ex director del Fondo de Cultura Económica (FCE), Enrique González Pedrero.

La escritora cubano-mexicana se hizo acreedora a la beca de Centro Mexicano de Creadores de 1966-1967 y fue maestra de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales de Acatlán. Entre otros de sus cargos destacan la dirección de las revistas de la Universidad de México y su participación en las revistas Plural y Vuelta.

Trabajó durante 14 años para el FCE en México como traductora de inglés y francés, después fue directora del PEN, una asociación de escritores mexicanos de 1978 a 1982, y formó parte de la Cátedra Alfonso Reyes del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).

Adoptó la nacionalidad mexicana y conservó también la cubana. Esta dualidad de naciones, más su interés en las clases más necesitadas, se volcaron en una narrativa de propuestas que exigen a un público agudo e interesado por la lectura en diferentes niveles; Campos realizó narrativa donde las historias se hilvanaban a través de recuerdos o monólogos internos.

Otra de las características en su escritura fue su lenguaje poético. “La frontera entre el género narrativo y el poético se difumina cuando las historias se cuentan de manera casi musical y rompen el plano únicamente textual, para dejarse construir con metáforas e imágenes que sólo pueden ser expresadas a través de la poesía”, reseñó la Coordinación Nacional de Literatura de Bellas Artes.

Tras su estancia en Tabasco (cerca de seis años, tiempo en que su esposo fue gobernador del estado), trabajó en la aplicación de un modelo de desarrollo integral y participativo en las comunidades indígenas excluidas.

Muchas de estas experiencias fueron volcadas en las páginas Bajo el signo de Ix Bolon; El lujo del Sol; Tabasco, un jaguar despertado; ¿Qué hacemos con los pobres?, así como La forza del destino, publicada por Alfaguara en 2004 y que requirió siete años de trabajo y que reconstruye la imagen centenaria de Cuba. Reunión de familia (1997), recoge su obra dramática y de ficción.

También tuvo participación en la administración pública como secretaria de Turismo al lado del político tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, cuando éste fue jefe de gobierno del Distrito Federal. Uno de los mayores logros de su gestión fue el programa “De fiesta en el Distrito Federal”.

Fuente: El Universal