Artículos y reportajes
Francisco Umbral, en Alicante (1964)Miguel Hernández en Francisco Umbral

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Francisco Umbral (1935-2007) debe mucho a Alicante de cuando era una joven promesa, ganó el Premio de Cuentos Gabriel Miró de 1964, creo que su primer premio importante en el mundo de las letras. Tenía 29 años, se presentó con Tamouré, y con seudónimo, pero el jurado supo intuir y valorar el enfoque sociológico de la obra, unos chicos pobres en un barrio elegante, “una estampa de auténtico lirismo”.

A este premio Gabriel Miró siguieron otros premios, desde el Mariano de Cavia en 1990, Príncipe de Asturias de las Letras en 1996 y el Cervantes en 2001, pero no entró en la Real Academia de la Lengua. El primero de los premios, el ganado en Alicante, fue la palanca genésica, el empuje inicial donde se descubrió su talento. Es a partir de 1964 cuando en realidad empieza su labor periodística, ensayística, novelista y memoralista.

Tampoco se olvidó Umbral de nuestro universal pastor-poeta Miguel Hernández, ya que en febrero de 1969 (en el franquismo) publicó un artículo titulado “Miguel Hernández, agricultura viva” en Cuadernos Hispanoamericanos (Nº 230, Madrid). Con este mismo artículo participó en el libro colectivo Miguel Hernández; el escritor y la crítica, coordinado por María de Gracia Ifach (seudónimo de Josefina Esclano), publicado por Taurus Ediciones en 1975. Con este mismo título, “Miguel Hernández, agricultura viva”, pero con diferente contenido, lo publicó en el libro Palabras de la tribu: de Rubén Darío a Cela (Barcelona, Planeta, 1994).

“Miguel Hernández, agricultura viva”, era el único título que Umbral encontró válido para designar al poeta en una especie de síntesis de poeta pueblerino. En realidad con este título existen tres versiones, en cuatro publicaciones distintas (dos de ellos repetidos), a saber:

  • Por primera vez aparece, como ya he comentado, en 1969, en Cuadernos Hispanoamericanos Nº 230; empieza el texto: “Miguel Hernández ha pasado a la historia de la poesía española como el poeta de la rehumanización de la lírica. Esto supone, y efectivamente se ha supuesto así, que la poesía anterior estaba deshumanizada, cosa que todos los poetas ‘deshumanizados’, los de la llamada generación del 27, han ido negando sucesivamente, uno por otro y cargados de razón...”.
  • Por segunda vez se recopila este mismo artículo de 1969 en el libro colectivo Miguel Hernández; el escritor y la crítica, edición coordinada por María de Gracia Ifach, 1975.
  • Por tercera vez aparece el artículo en Palabras de la tribu: de Rubén Darío a Cela, 1994. Empieza el texto: “El hijo natural del 27 es Miguel Hernández, que viene a Madrid, de su Orihuela natal, y triunfa con su primer y mejor libro, Perito en lunas, quizá el mayor homenaje al gongorismo de aquella generación...”.
  • El cuarto vez apareció publicado en El Cultural de El Mundo del 12 de marzo de 2000. Empieza el texto: “Si Cesar Vallejo fue el huérfano de todas las generaciones, Miguel Hernández es el huérfano del 27, adonde llega tarde, aunque es muy querido por todos ellos y por los posteriores: Leopoldo Panero le encuentra ‘cara de patata’. Salía de paseo por la universidad, con Aleixandre y los demás, y de pronto se subía a un árbol y se quedaba allí toda la noche, mordiendo luna y recitando a Lope...” (Comenta que su esposa se llamaba Josefina Vilaseca).

Francisco Umbral nombró al poeta Miguel Hernández en varios de sus libros, también hizo comentarios sobre el oriolano, como por ejemplo:

  • Los olivos están en los versos de Miguel Hernández y en la prosa de Ignacio Aldecoa.
  • Y es hermosísimo lo que todos los grandes poetas, los poetas contemporáneos, han escrito sobre España y sobre todo las cosas que han dicho sobre España, Miguel Hernández por ejemplo, durante la guerra civil.

Umbral publicó un libro que tituló Un carnívoro cuchillo (Barcelona, Planeta, 1988), y dijo: “Gracias a eso se vendió bien” (“Los Alucinados. Miguel Hernández, agricultura viva”, El Cultural, 2000). Recordemos que corresponde al primer verso del poema “Un carnívoro cuchillo”, de El rayo que no cesa (Héroes, Madrid, 1936).

Un carnívoro cuchillo
de ala dulce y homicida
sostiene un vuelo y un brillo
alrededor de mi vida

Hay que reconocer que no es Umbral un hernandiano riguroso, que comenta lo que a su genio le viene a la cabeza, como decir que triunfó Miguel en Madrid con el primer libro Perito en lunas, lo cual no es cierto pues fue un fracaso; lo de “cara de patata” lo dijo Pablo Neruda en sus memorias, o que su esposa se llamaba Josefina Vilaseca, cuando es Josefina Manresa. En fin, sin embargo, hay que agradecer que un escritor de su talla y, al menos, con los flecos de su bufanda roja, escribiera sobre nuestro poeta.

Artículo de Umbral sobre Miguel HernándezFrancisco Umbral es el seudónimo de Francisco Pérez Martínez, nacido el 11 de mayo de 1935 en Madrid y fallecido en Boadilla del Monte el 28 de agosto de 2007. Tenía un seudónimo como los grandes actores, de esta forma uno se desdobla en dos personalidades y deja que la pública diga y haga lo que no es capaz de hacer la personalidad privada. Paco ha sido un escritor valiente, y no le importó la opinión de los demás. Era considerado, según los académicos de la lengua, “uno de los primeros prosistas de la lengua española del siglo XX”. “Umbral es uno de los primeros prosistas españoles contemporáneos”. Miguel García-Posada, crítico de literatura del diario El País, considera que Umbral “es uno de los primeros prosistas de este siglo”. Para el novelista Miguel Delibes, “Umbral es el escritor más renovador y original de la prosa hispánica actual”.

El diario ABC editorializó: “Su lenguaje, ‘canalla’ y sublime, pertenece a las grandes cimas de la literatura española de todos los tiempos”. Camilo José Cela lo ha llamado “mi relevo”. Publicó más de 80 libros.