Letras
Poemas

Comparte este contenido con tus amigos

I

Como pegado al cielo, un gran afiche de bordes gastados, arrugados,
desprendiéndose por los bordes humedecidos y amarillentos.
Sobre ese lienzo inmenso, corren senderos como venas polvorientas,
con minúsculos aerosoles humeantes entre cobrizos y canosos,
explotando de las gentes y de los autos que se cruzan a lo lejos.

Todo parece irse hacia la tela amarillenta
como momificándose a la distancia,
disimulando fácilmente los halos celestes de cielo
que parecen adornar los bordes de un cuadro al fondo,
y de un espectáculo vivo al frente, pero que se va anestesiando,
como atraído por el inmenso lienzo, hundiéndose entre los pliegues
de los años en la tela.
A su lado: JUNIO 2006
Sobre la mesa de trabajo y casi como llamándome,
el motivo pintado en un calendario.

 

II

Como anoche, la Luna y su escote al oeste,
dan la espalda al diminuto Júpiter.
Sus halos serenos parecen tocarse,
jugueteando entre las nubes, acariciando
a lo lejos, la inmensa y glotona
fisura del horizonte.
Como desde hace varias noches,
el lucero agobiado coquetea acercándose
a la hermosa menguada,
y al infinito se entregan en baños de soles plateados,
cayendo en las fauces del occidente,
casi tocándose, casi besándose,
frente a un enjambre de tiritantes luciérnagas.

 

III

Bocanadas de angustia jadeante
Acompañan tus pasos sobre la
Viscosa escarcha del camino aquel.
El de tu casa. Cartón y tablas.
Los niños jugando, la humedad y el
Frío, pegoteando papeles en
El piso calmo.
Que la comida no alcanza y la
Ambivalente certeza, madre,
De asir aun más lo imposible, con tu
Vientre nuevamente besado en
Estigma en flor para un nuevo invierno.
Siempre has sido así vida mía y
Escenario cruel de mi pobreza,
Ortiga en flor que no has de dolerme
sólo cuando de respirar deje.