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Festival de la Palabra reunió en Armenia a escritores latinoamericanos

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Entre el 12 y el 15 de octubre se celebró en Armenia, Quindío (Colombia) el I Festival de la Palabra, evento que reunió a diecisiete escritores latinoamericanos, provenientes de Argentina, Cuba, México, Perú y Venezuela, además del país anfitrión, quienes ofrecieron al público muestras de su trabajo literario, así como conversatorios en los que disertaron sobre el oficio.

Entre los escritores visitantes estuvieron el poeta y narrador argentino Washington Cucurto, director de la editorial Eloísa Cartonera; la periodista cubana María Grant, colaboradora de la revista Opus Habana, de la Oficina del Historiador de la Ciudad; la narradora y poeta mexicana Carmen Boullosa, ganadora del Premio Javier de Urrutia y una de las impulsoras del Café Nueva York, y el escritor, editor y arqueólogo peruano Gabriel Rimachi Sialer, director de la Editorial Casa Tomada.

Por Venezuela asistieron la crítica, escritora y promotora de lectura Marisela Gonzalo Febres, coordinadora de la revista Equis3, dedicada a jóvenes y enfocada en temas de ciencia y tecnología; el narrador Eloi Yagüe Jarque, ganador del premio de cuento Juan Rulfo y del Premio Nacional del Libro de Venezuela, y el narrador Jorge Gómez Jiménez, editor de la revista literaria digital Letralia, Tierra de Letras.

Entre los participantes colombianos estuvieron el novelista y poeta Oscar Osorio Correa, ganador del Premio Hispanoamericano de Novela Breve Gijón 2007; el sociólogo, periodista y escritor Hernán Darío Correa, editor del Centro de Estudios de la Realidad Colombiana; el dramaturgo y poeta Carlos Vásquez Zawadzki, profesor de las universidades Tadeo Lozano y Javeriana; la investigadora Ángela Rosa Giraldo Cruz, directora del Centro de Estudios Andrés Caicedo, y el narrador, poeta y dramaturgo Diego Fernando Montoya, docente de la Facultad de Teatro de Bellas Artes.

También el narrador Julio Paredes, graduado en filosofía y literatura en la Universidad de los Andes y con una maestría en la Universidad Complutense de Madrid (UCM); el poeta y novelista Gonzalo Mallarino, autor de Según la costumbre y Delante de ellas, entre otros; la narradora e investigadora Susana Henao, licenciada en filosofía de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP) con especialización en literatura por la Universidad de Caldas y maestría en literatura por la UTP, y el poeta, ensayista y abogado Andrés Matías, fundador del Centro de Estudios Políticos y del Café Literario de la Universidad de la Gran Colombia.

El evento fue coordinado por la escritora, dramaturga y periodista colombiana Samaria Márquez Jaramillo, ganadora del Premio Iberoamericano de Novela Mario Vargas Llosa 2004 y columnista del diario La Crónica del Quindío. Ha publicado La vida en tiempos de muerte, Por obra de las palabras, Eloísa en el umbral del infinito, Esta no es una novela de amor y Ojos de gata ciega.

Durante la inauguración, Márquez Jaramillo agradeció a las autoridades locales el respaldo que le brindaron al festival. David Barros Vélez, alcalde de Armenia, dio la bienvenida a los escritores participantes, a quienes concedió las llaves de la ciudad, que fueron recibidas en representación de todos por la escritora mexicana Carmen Boullosa, y el carácter de huéspedes de honor, distinción que también les confirió la Gobernación del Departamento del Quindío en la persona de su titular, Amparo Arbeláez Escalante. Tras el acto inaugural, los asistentes presenciaron la actuación del narrador oral Luis Hernán Arango González (Piripí).

Los conversatorios se realizaron en los teatros Yanuba, Sena y de la Cruz Roja y abordaron temas como la “ecoficción” o narrativa sobre asuntos ecológicos, el periodismo narrativo, la prosa poética, la dramaturgia, el aprendizaje del oficio literario, la novela negra, el mercado editorial, la poesía del despecho, la novela de género, las mejores novelas leídas y la metaficción, entre otros. El Centro de Estudios Andrés Caicedo, de Cali, coordinado por Ángela Rosa Giraldo Cruz, ofreció un conversatorio especial sobre el autor colombiano que se suicidara en 1977 a los 25 años de edad, en el cual participaron Cindy Muñoz, Mario Baos, Diana Rivera, Katherine Daza y otros jóvenes entusiastas seguidores de la obra de Caicedo.

Márquez Jaramillo, quien en el marco del evento fue homenajeada por el Concejo Municipal de Armenia, indicó que los escritores que participaron en esta primera edición del festival “son los más destacados escritores de América Latina”, y aseguró que “la literatura que se ejercía en el Quindío no podrá nunca ser igual, cambió totalmente, cambió para bien, y esto es, y lo dicen los 290.000 habitantes de Armenia, el mayor evento cultural que hemos tenido”.

Agregó que el año próximo realizará la segunda edición, para lo cual ya las autoridades locales garantizaron un sustancial apoyo económico, y que para la misma ya están invitados los escritores que participaron en la que acaba de terminar. “Creo que debemos repetir todos, que debemos hacerlo aquí, y mejorar muchísimas cosas pero no suprimir ninguna”, explicó.

Consultada sobre la respuesta del pueblo de Armenia al festival, indicó que “como no es fútbol, que es un deporte de masas, ni ciclismo, que transcurre por la calle, es especializada”. Según ella, “todos aquellos que aman la literatura, sea que la conozcan o la quieran conocer, han estado allí, tan admirablemente que somos nosotros quienes tenemos que levantarnos de la mesa, somos nosotros quienes tenemos que salir corriendo por encima de todos, porque ya levantada la mesa nos toman en los pasillos, nos toman del codo y nos dicen: qué pasó, qué ocurrió, qué dijo y qué no dijo”.

La escritora y gestora cultural, que además funge como directora de Gestores Culturales del Quindío, destacó la “avidez impresionante por saber” que demostraron los habitantes de Armenia, lo que, aseguró, la compromete y apena consigo misma, “porque pienso que si les hubiéramos dado más no tendrían tanta hambre, no tendrían tantos deseos, no tendrían tantas ganas de saber. Entonces creo que la responsabilidad es toda nuestra de que nosotros tengamos nuestros lectores tan atrasados. Porque ellos sí aportan, ellos no desaprovechan la oportunidad. Ellos, yo los miraba, y eran con unos ojotes como búhos, abiertos, poniendo atención. Entonces creo que es un compromiso del gobierno, y de los gestores culturales, darles a estos muchachos y a estos jóvenes una oportunidad de integrarse al arte, pero al arte mundial, al arte de ahora, del siglo XXI, no al arte parroquial, provinciano, que durante 106 años se ha hecho aquí”.