Al pasar
El bus que pasa y que me lleva
de regreso a casa.
La gente extraña
en horas del ocaso
que lo ve pasar.
La parada innecesaria
que clavó tu mirada
en el pasado de mi vida.
El bus que se aleja
y yo mirando
al niño que paseabas con amor.
Tus ojos en mi mente
se van conmigo viajando
y yo queriendo saber de tu vida
y de ese hijo que no es mío.
Yo te vi parada allí
con mis ojos y tus ojos
asesinando recuerdos.
Tus ojos y mis ojos
sus flechas disparadas
que no matan y hacen daño.
Yo te dije
Yo a ti te dije:
—¡Eres mi vida!
y no me creíste nada
¿fue una mentira?
Tú me dijiste entonces:
—¡te quiero tanto!
y yo me quedé en silencio
pensativo, pensando.
Los dos nos miramos, luego,
y fuimos por la calle abrazados.
Tú me pediste un beso
y yo te regalé un abrazo.
Tú y yo en un mundo aparte
creyendo que nos amamos.
Qué he de hacer ahora
Qué he de hacer ahora.
Satisfacer el alarido sordo
de mi estómago vacío
o aniquilar mi soledad
con tu mano y tu beso.
Iré despacio
rondaré tus huesos
y apagaré mi hambre
con un morder discreto.
Despacio, lento, seguro y cierto
pensando en ti
haré todo eso.
Qué he de hacer después
después del último beso
me rascarás la espalda
y atormentarás mis sesos.
Queriéndome tener
exprimiendo mi tiempo
secándome los versos
que fluyen medio presos.
Algo así, medio apretados
exigidos, fatigados,
escapándose a tu lazo
que cercena la intención.