Letras
Poemas

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Buceando en el infinito

El excéntrico millonario lo raptó.
El poeta encerrado jugaba a descubrir el sol
en la ostentosa pintura de las paredes de la cárcel,
sus lágrimas brillaban con el reflejo.
El cuaderno y una lapicera eran sus únicas posesiones,
ni un libro, tremenda tortura.
En las páginas debía escribir todo lo que sabía del infinito.

Escribió sobre pájaros, sobre vientos. ¿Hasta dónde llegaban sus sonidos?
¿El amor rozaba sus fronteras? ¿Existirían los arco iris en ese sinfín?
Se expandió con su conciencia y con el universo.
Escaló montañas virtuales para observar desde la mágica altura
la pequeñez real de la existencia.
Se sumergió en las entrañas de la tierra para viajar junto al magma
que se desplazaba sobre la superficie,
buscando en cada partícula algún indicio del misterio.
Sólo descubrió las rocas que engendraban el planeta.
El sueño era bendecido cuando su mente agotada dejaba de pensar.
El tiempo dado para explicar lo abstracto llegaba a su fin.
Creyó estar cerca de terminar su obra cuando se compenetró en la violencia,
en el sufrimiento de las madres ante la pérdida de sus hijos,
ante la injusticia social que veía en el mundo, sufrió tanto que no pudo escribirlos.

El día del último encuentro llegó. El secuestrador entró en su celda, era repugnante,
su abdomen promiscuo se adelantaba soberbio a su cuerpo.
Sus ojos eran dos huecos vacíos si no fuera que dispersaban algunos destellos inciertos.
El poeta sabía de su muerte, se acercaba, estaba sentenciado.
Ante la pregunta si había llegado a la explicación del infinito respondió.
Sí, pero no tengo una sola respuesta, una está en la búsqueda que he vivido en estos días de encierro, la otra en su ignorancia, en su triste e infinita ignorancia.

 

El aleteo de la mariposa

Creí que estaba en reposo la nostalgia,
pero en algún lugar del universo
aleteó una mariposa.
Como un río viajando por su cauce,
la mente esculpida a cada instante
timonea emociones en la rutina.
El caos acecha transparente,
lo simple se vuelve complejo
lo equilibrado comienza el desorden,
lo invisible se presenta inexorable.
Porque la nostalgia es perversa, parásita, seductora.
Omnipresente, se mezcla con el flujo de la sangre,
con el aire que inspiramos.
El bello paisaje se cubre de neblina,
la música escuchada proviene desde
las sombras
y pinta las caras extrañas que deambulan por las calles.
entonces...
El poema es incipiente y el temido llanto asoma.
Creí que estaba en reposo la nostalgia,
pero en algún lugar del universo
aleteó una mariposa.

 

Gaia (Diosa tierra)


que vas navegando en el espacio
Gaia, dime,
¿Podremos curar tus heridas
nosotros, que las infligimos?

Sé de tu fiebre, tu ahogo
producido
por la ingobernable
codicia humana;
El gas carbónico,
la lluvia ácida,
la tala indiscriminada
de nuestros bosques,
la llaga gigante
de la capa de ozono,
la fatuidad nuclear,
la destrucción
del delicado equilibrio
que sostiene el tejido
de la biodiversidad.
Sobre todo Gaia
la insustentable
política ambiental.

Nacen muchos niños Gaia
que serán pobres,
eso es hambre, eso es enfermedad
ya no harán falta las guerras Gaia
la extinción será natural.

Tú sigues navegando en el espacio
azul y magnífica
herida de muerte.

Tu venganza no es dulce
nos arrastras con tus vientos
tus huracanes,
tus ríos enfurecidos.
Tus otrora cristalinas aguas
invaden los pueblos
con nuestras propias pestilencias.
El  infierno íntimo quema los
frondosos bosques.
¡IGNORANCIA!
Arden la belleza y el oxígeno
arden las esperanzas
mueren especies inocentes.
No vale nada la vanidad
de nuestra intelectualidad.

Y tú sigues Gaia
tu majestuoso viaje
por el universo en expansión
sigues entre el polvo cósmico
junto a la Vía Láctea
tras el Sol,
por la oscuridad de la nada
hacia un destino iluminado
herida de muerte.

 

Para cacho de tango

Cacho...
escuchando a Dolina hablar de tangos
recordé tus letras y tus cuentos.
No dejes de tramar tus fantasías,
la nostalgia tanguera tiene un ritmo
que nos hace bailar la humedad porteña
mientras cae la nieve en primavera.

¡Dale! No te quedes!
creá tus personajes en dos por cuatro,
hablá de musetas y de mimís,
de esquinas rosadas y calles empedradas,
Así soñamos todos...
Que es cierto que Dios habita en Buenos Aires
que Gardel canta mejor
y que Borges
desde un laberinto de nubes, soñando espejos,
describe a feroces malevos
que miran despiadados a Piazzola
y se tocan el sombrero ante Discépolo.

Un farol, un hombre, una mina, el burdel,
el humo, el pernot, madreselvas en el patio
y un bulín mistongo refugiando a los amantes.
¡Dale Cacho! No te quedes...
¡El Sur está tan lejos!
recordanos el agridulce sabor de la nostalgia
y ese olor a tango... ese olor a tango
que nos llega desde el puerto.

 

Soy transparente

Soy transparente
no porque sea bella
etérea, luminiscente,
soy transparente
porque soy mama
de un hijo adolescente.

Él vaga por la casa
repartiendo de forma dadivosa
calzones, medias, zapatillas.
soberbia juventud sonámbula
no me ve, no me oye
pasa a mi lado
de figura de fantasma
dejándome la estela
del perfume a esperanza.
y se prende, mi amor
en ese aroma.

Yo sé
que estoy sembrando semillas
que germinaran
cuando él sea padre,
mientras tanto
desde mi transparencia
armo todo los días
este hogar de plantas
perros y gatos.

Soy transparente
tengo un hijo adolescente
pero sé
que en la historia de mi vida
esto es sólo un rato.