Sala de ensayo
José MartíLa lección social ante el problema de la globalización y la unidad latinoamericana en la obra Guatemala de José Martí

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A la memoria del amigo y hermano
Franz Galich Mazariegos,
escritor e intelectual guatemalteco.

Los ciclos de la unidad latinoamericana y concepción del mundo

Uno de los rasgos del capitalismo es su capacidad de adaptación a otras formas y tipos de producción, lo cual de manera directa e indirecta se manifiesta en la complejidad y versatilidad del andamiaje ideológico e institucional del que se hace acompañar, elemento que estará presente en las diferentes etapas de la historia regional, especialmente en el caso de Guatemala, generando una acumulación y lastres de tareas históricas pendientes de superar para instalar un proceso democrático.

La afirmación anterior es una de las conclusiones a las cuales la reflexión que la lectura de la obra Guatemala, del Maestro José Martí, nos permite arribar. Por otra parte nos permite reflexionar sobre la importancia que, para su época, tuvo el régimen liberal como estructura y sistema en un momento histórico determinado y como parte del ciclo del liberalismo, dentro de un proceso más amplio, de la historia latinoamericana.

La reflexión motivada por la lectura también revela al liberalismo, en la etapa que corresponde al gobierno de Justo Rufino Barrios, como un resultado, es decir como punto de partida de un proceso que abre múltiples posibilidades para impulsar el desarrollo del país y de la región.

Permanecen en la actual formación social guatemalteca rasgos semifeudales, que se manifiestan de múltiples maneras tanto en el sistema social de producción como en el sistema jurídico e ideológico y otras tantas expresiones de la vida social. Además la adaptación al sistema neoliberal de la economía mundial, entre otros elementos, se caracteriza por constituir una nueva etapa del proceso latinoamericano, marcado por la pugna entre los intereses nacionales por el desarrollo, por una parte, y por otra, el predominio de la alianza de los regímenes oligárquicos locales y el capital transnacional.

En cuanto a Centroamérica, el proceso de la integración ha avanzado formalmente en medio de serios obstáculos, pudiéndose afirmar que ha logrado sentar ciertas bases, sin embargo y entre otros temas, hay aspectos esenciales pendientes que es indispensable considerar: a) la necesidad del desarrollo de un mercado interno y con ello la generación de resultados frente a la extrema pobreza que vive cada uno de nuestros países, b) el proceso de globalización, o mejor dicho, de dominio y control del capital transnacional de las economías, incluyendo las llamadas “pequeñas”, proceso que genera una liberalización anárquica y deformante, incluyendo a las fuerzas productivas con nefastos efectos sociales, y c) el problema de la aún pendiente independencia económica, que sujeta y pone al país a merced de la red que resuelve los problemas de la economía dominante.1 Indudablemente, como decía, hay otros aspectos importantes y consecuencias, ya que en su conjunto el neocolonialismo y la dependencia generan subordinación y estrechez ideológica, lo que limita la vida social y el planteamiento de posibles propuestas políticas de solución a los problemas nacionales.

Asistimos a una nueva etapa histórica. Para algunos la etapa neoliberal es un momento de oportunidades para mecánicamente lograr la inserción del país y de la región en la economía mundial. Esto ya esta sucediendo, y en lo que va del proceso, la pobreza, las desigualdades sociales y los problemas nacionales se han agravado; problemas similares se viven en todo el mundo, además del deterioro del medio ambiente y de las condiciones de vida. Razón tenía Martí al enfatizar sobre la posición estratégica de Guatemala al decir: “Pueblo sentado en el corazón del continente”.2 ya que históricamente ha sido un eje tanto en el plano económico como geopolítico del desarrollo económico, social y político de América Latina, papel acrecentado en las últimas décadas, especialmente, por su posición geográfica. Tal situación demanda mucha más responsabilidad, mucho más estudio, análisis y el asumir de alguna manera la vocación martiana.3

Martí nos sitúa en la época en que el ciclo de las revoluciones liberales se instalan en Centroamérica despertando entusiasmos, es decir hay expectativas, y cierta fe, en que el status quo puede cambiar para bien de la humanidad, en especial para el continente latinoamericano. Se despiertan las reacciones de las semiderrotadas fuerzas conservadoras, de intereses de grupos e individuos, aunque lo paradójico, en el caso de la revolución liberal guatemalteca, es que descansa sobre la base de la oligarquía tradicional y comercial, y de facciones liberales en disputa del poder económico, lo cual genera un cuadro de contradicciones de los más diversos niveles y la limita objetivamente. La inestabilidad política regional en ese histórico momento es profunda: “Allá, en horas perdidas, buscan los curiosos periódicos de Sur y Centroamérica, por saber quién manda y quién dejó de mandar”.4 La región se caracterizaba por el profundo desconocimiento y divisionismo sobre su realidad y problemática.

Es dentro de ese marco de caos centroamericano donde Martí describe importantes procesos sociales, como el del mestizaje, que podría dar a luz una “soberbia mariposa” y por otra parte enfatizando el tema de la unidad latinoamericana como proceso de construcción a costa de luchas y sacrificios: “Por primera vez me parece buena una cadena para atar dentro de un cerco mismo a todos los pueblos de mi América!”.5 A la luz de la visión martiana, hoy podemos afirmar que el nivel de unidad latinoamericana alcanzado no ha sido fácil, como se demuestra en la obra, precisamente porque como resultado, es parte también del esfuerzo nacional y regional, que implica superar etapas y obstáculos históricos, y la agresiva reacción a la misma. Prevalecen incomprensiones e ignorancias sobre la historia y la realidad de América, sobre la vigencia, como es el caso, de las concepciones de las culturas indígenas como civilizaciones transcendentales regional y mundialmente.6

Décadas más tarde, la denominada generación literaria guatemalteca de 1920 (Asturias, Brañas, Cardoza y Aragón...) tratará la misma problemática frente a las dictaduras y sobre la respuesta de los intelectuales.7

También es importante destacar que los contenidos y análisis del libro Guatemala deben comprenderse en el conjunto de la obra de José Martí, y de esta manera brindar un mejor seguimiento y sistematicidad a los conceptos y temas tratados en la misma.

La obra Guatemala fue publicada aproximadamente en 1878, concentrándose en la vida social de Guatemala como punto de partida para verificar lo que sucedía en Latinoamérica, es decir mostrar de manera reiterada las posibilidades objetivas y subjetivas para realizar transformaciones sociales, llamando la atención sobre las dificultades respecto de la unidad regional, como una de sus principales limitaciones. Como se indica antes, el problema de la división y el aislamiento, como resultado de la situación colonial, es destacado por el autor: “Así nos dejo la dueña España, extraños, rivales, divididos...”.8 Sin embargo llama la atención sobre los rasgos comunes del continente, partiendo del comentario que sobre el reino de Guatemala hace el padre Domingo Juarrós,9 mostrándonos una Guatemala con posibilidades para profundizar en su desarrollo histórico, a través de la descripción geográfica-histórica, destacando diversos aspectos de la realidad que está observando, y en un momento histórico en el cual las concepciones del mundo estaban dominadas por corrientes filosóficas idealistas, y en gran medida metafísicas.

Hay que destacar la profunda capacidad del autor para analizar y sintetizar de manera amena y “contar”, como él dice, lo que está ocurriendo en el país en una etapa trascendental, como lo fue su despertar al mercado capitalista por la vía de la producción del café, proceso de transformaciones, y advirtiendo paralelamente sobre la deformación de la estructura productiva y social. La narración, sin duda alguna, está matizada por su propia cosmovisión: “Toda muerte es principio de una vida”.10

 

Cardoza y Aragón, Manuel Galich, Ricardo Estrada, Franz Galich y Martí, Guatemala como punto de partida

Dice el Maestro: “Estudiaré a la falda de la eminencia histórica del Carmen, en medio de las ruinas de la Antigua, a la ribera de la laguna de Amatitlán, las causas de nuestro estado mísero, los medios de renacer y de asombrar. Derribaré el cacaxte de los indios, el huacal ominoso, y pondré en sus manos el arado, y en su seno dormido la conciencia”.11 En tales palabras reconoce en primer lugar el estado en que se encuentran la región y el país, y paralelamente, en el proceso de su exposición, se refiere a los medios, o sea la riqueza y posibilidades con las que se cuenta para el “renacer y asombrar” de Guatemala.

La coincidencia con la obra Guatemala, las líneas de su mano, de Luis Cardoza y Aragón, es profunda, tanto en el análisis como en la vocación de los dos maestros: transformar la realidad y generar riqueza social. “...Mi misión es contar”, expresa Martí. Y lo hace con conciencia sociopolítica, como diría Cardoza y Aragón. Tanto Cardoza y Aragón como Martí encuentran en La Antigua un lugar universal para sus reflexiones y verificaciones sobre Guatemala y América. En alguna ocasión, en Managua, comentaba otro gran latinoamericano, y estudioso profundo de Martí, Manuel Galich, la importancia de Martí, de su obra, ocasión en que conversamos sobre las figuras de A. C. Sandino y el general Morazán. Por mi parte comenté de un trabajo suyo, Mapa hablado de América Latina en el año del Moncada, valioso estudio que destaca el potencial sociopolítico de nuestra América y el sistema de contradicciones del momento histórico, y sobre todo, orientador para el tratamiento de nuestros problemas.

Los lugares de reflexión mencionados han sido también puntos de coincidencia con otros intelectuales guatemaltecos, así el escritor Ricardo Estrada h., cuando se refería a su amistad con Flavio Herrera y otros escritores, y sus conversaciones respecto de los problemas guatemaltecos, comentaba sobre sus visitas a Amatitlán.12

La novela de Franz Galich Mazariegos, En este mundo matraca, se desarrollaen Amatitlán, de fondo aparece el papel económico de sus lugares dentro del proceso liberal, y ahora neoliberal, de amaticuaches, como él diría.

La descripción-análisis del estado material e intelectual de la Guatemala de ese período, en particular sobre la variedad y nivel de las fuerzas productivas, hace recordar también la hermosa descripción de Cardoza y Aragón en el capítulo Bengala geográfica, “Mi Guatemala morena y mágica”.13

 

La formación social guatemalteca, las fuerzas productivas, su potencial y la riqueza humana. Las relaciones de producción. La renta del suelo, el trabajo forzado, los derechos de los pueblos indígenas y el ideal liberal

Martí analiza el momento en que se encuentra la formación social guatemalteca, partiendo de la descripción de las características de los principales medios y fuerzas de producción, en sus diversas manifestaciones; hace referencia a la situación del movimiento intelectual y a las condiciones, posibilidades y requerimientos de la ciencia y la técnica. Destaca su exposición a partir de las ciudades, como es el caso de Quetzaltenango, para generalizar, región por región, mientras comenta acerca de los recursos principales con los que se cuenta: café, azúcar, trigo, maíz, verduras, ganado, madera, cacao, el hule, el maguey y el tabaco. Metales como el oro y la plata, y la actividad minera; puntualiza sobre los recursos naturales locales, como es el caso de Palin.14

Llama la atención al tema de la calidad del suelo, su riqueza, el crecimiento de las haciendas en la región de Pochuta, y al proceso de entrega de tierras por parte del gobierno y a las limitaciones en cuanto a disposición de fuerza de trabajo.15 Y es que la historia de la explotación del suelo en Guatemala es referirse al monopolio de la propiedad sobre la misma, vestigio feudal, versus el concepto de propiedad en el sentido del capitalismo industrial, de la libre competencia, monopolio que permite obtener ganancias extraordinarias, pero además con el monopolio se concentran y centralizan otros principales medios de producción, incluyendo los recursos naturales y, esencialmente, adscribiendo al campesino y su familia a las grandes fincas, y con ello generando un proceso de colonialismo y vasallaje derivado de dicho escenario. Ello genera también contradicciones, establece límites objetivos para los intereses oligárquicos, por ejemplo, y en desacuerdo con el ideal liberal, querer extender la enseñanza, la educación, y el acceso a la ciencia y la técnica, en abierta oposición al discurso sobre la democracia. Los límites permanecen, es el caso del cumplimiento de los acuerdos de paz o los convenios internacionales en diferentes materias, no digamos en el caso que existiese un intento de ir más allá, para una posible transformación de la estructura socioeconómica (¡de te fabula narratur!).

Adelante, acota: “La riqueza exclusiva es injusta. Sea de muchos: no de los advenedizos, nuevas manos muertas, sino de los que honrada y laboriosamente la merezcan”.16

El afán propositivo de Martí es fundamental, asume la actitud de quien, pese a las trabas históricas que observa, y que atan al país, está comprometido con el impulso hacia posibles transformaciones, así que insistirá en el potencial que debe y puede implementarse y desarrollarse a través de la ciencia, la cultura, la educación y la enseñanza.

En la medida en que proyecta sus observaciones y reflexiones, atiende el tema de la situación de la población indígena y sus derechos, el derecho al desarrollo, el derecho a la educación a mejores condiciones, destacando su situación social, y presenta posibles medidas para la superación de dicha desigualdad. Recordemos que la desatención y profundización de la problemática descrita por Martí fue una de las causas que desataron, por su carácter histórico, el conflicto armado interno.

 

El régimen liberal como etapa del desarrollo y del subdesarrollo. La ley del desarrollo desigual

En todo caso el régimen liberal, objetivamente, es un punto de partida del devenir histórico del país. Un momento de planteamientos y proyecciones a partir de lo logrado. ¿Puede el crecimiento económico sustituir al concepto integral de desarrollo? Martí hace énfasis en el régimen liberal como oportunidad para abrir brecha no sólo en los niveles materiales sino también en y a través de elementos supraestructurales como la ciencia, el arte, la educación, la técnica. Hay un esfuerzo en destacar el papel dinámico de la dialéctica entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción, el papel clave que desempeñan los seres humanos en el mismo, y el proceso de agotamiento de dicha dinámica: “Triunfante la revolución, estaba como pletórica de buenos deseos. Rebosaba creaciones. Tendió telégrafos, contrató ferrocarriles, abrió caminos, solicitó educadores, subvencionó empresarios, fundó escuelas. En esto último, su ardor no se ha cansado todavía”.17 La afirmación es clara, exhibe el agotamiento del liberalismo, en el caso guatemalteco, sujeto en gran medida a las empresas extranjeras.

El debilitamiento del esfuerzo liberal, determinado en gran medida por las condiciones objetivas y subjetivas en que se encuentra el sector político dominante, influirá en su proyección ideológica; por ello será interesante, y adelante nos referiremos al débil andamiaje ideológico e institucional con el que se contaba. Por otra parte, característica de los países dependientes y subdesarrollados, desde el punto de vista socioeconómico, es el desarrollo desigual de sus fuerzas de producción con profundas consecuencias en los diferentes niveles de las relaciones sociales, y que requieren especial atención en la etapa previa a su posible transformación, así como en los procesos de cambio en general, influyente papel por tanto en la estructuración de las clases, grupos y subgrupos sociales, desigualdad que se indica en la obra al realizar el análisis regional: “Todo se va por el lado del Pacifico; mas muy rica es la tierra, y hecho camino por el Norte, gran resurrección espera al afligido lado del Atlántico”.18

Este problema se expresa y proyecta de diversas maneras, por ejemplo cuando se refiere a la ciudad de Quetzaltenango, en el análisis de fuerzas materiales-sociales, tanto en las regiones como en las fuerzas espirituales o culturales, y cuando se refiere a la situación de la fuerza de trabajo, pues frente a los ricos productores aparecen el campesinado pobre y por otra parte, “los ricos cafeteros”.19

Advierte sobre otro nivel aun más profundo del contexto feudal-colonial: la situación ladino-indígena en Quetzaltenango, Cobán y Salamá, en la sobreexplotación a la que el campesino indígena se ve sometido, el pago del tributo a la Iglesia. En la manipulación religiosa de la situación; problema sobreviviente en el presente, y por otra parte, como complementario al sistema de dominación, la presencia de las instituciones coercitivas: la cárcel.20

 

Politica economica y economia politica del liberalismo feudal. Dependencia y el intercambio desigual

La obra Guatemala tiene un profundo grado de objetividad y critica. “¿Que nos ha hecho Escuintla, que la tenemos tan olvidada?”.21 Si bien el país estructura su vinculación a la economía capitalista por la vía de la producción y exportación del café, Martí revisa la importancia que el azúcar desempeñaba en la economía, también como producto de exportación; observa la organización de su producción previendo las posibilidades de expansión que dicho producto desempeñaría en la economía nacional, como fuente de riqueza, pero también el abandono y falta de interés en el desarrollo urbano de las ciudades, lo cual implica falta de atención no sólo a la infraestructura dedicada a la vida ciudadana sino también al desarrollo social, vivienda, salud, educación, arte, cultura.

Reconoce el proceso de transformación de las ciudades, es decir, en la medida en que se expande la explotación de los recursos materiales y paralelamente se incorpora la población rural al mercado de la fuerza de trabajo, es el caso de Cobán, en donde observa el desarrollo de la estructura social de los propietarios: a) indígenas, b) adinerados cafetaleros, c) holgados labradores y d) laboriosos extranjeros.22

Adelante refiere a la política económica del régimen; refiriéndose a inversionistas extranjeros, advierte: “Y como da el Gobierno cuanto le piden, y por acá cede tierras, y por allá quita derechos, y al uno llama con halagos, y al otro protege con subvenciones, Salamá y Cobán están de fiesta, y ven día a día más crecida su ya considerable suma de huéspedes”.23

La sobreoferta de tierras se dirige a empresarios nacionales y extranjeros de una manera en que se mezclan la venta, a precios excesivamente bajos, con la cesión, la subvención, casi un saqueo, mientras, por otra parte, se realizaba el despojo de las tierras comunales de los pueblos indígenas, a tal punto que el autor compara dicha política, la acumulación y concentración de propiedad sobre las tierras, al arrebato y reparto de tierras del periodo post conquista, “y es cosa de hacerse pronto dueño de más tierras que la casa de Zichy tuvo en Hungría, y tiene Osuna en España, y gozó en México Hernando Cortés”.24

Dicha política implicó en algunas regiones, y ante la carencia de fuerza de trabajo suficiente para la sobreexplotación en condiciones feudales, el uso de leyes y mecanismos extraeconómicos para su obtención, como trabajo forzado, de funestas consecuencias hasta nuestros días.

Destaca cómo la importancia de vías de comunicación, ferrocarriles y puertos aumenta, siempre al ritmo de la dinámica ya expuesta, pero también pone atención el autor a la instalación del proceso de intercambio desigual que el país va asumiendo como parte de la división internacional del trabajo, y que la administración liberal consolida, así como la dependencia en productos de agroexportación; alude a tal situación en cuanto al Puerto de San José y su creciente papel en la economía nacional: “Pequeños y grandes buques pueden acercarse sin temor. Y se acercan, que aunque a los ojos humildes —como todo lo guatemalteco, crece muy velozmente San José— más café envía afuera, que mercancías y dinero ¡raro milagro de fortuna! entra(n) al país”.25

 

El desarrollo de la conciencia, la ideología y sus instituciones

El análisis crítico de la sociedad y sus instituciones permite entrever que el Maestro hace de la política un arte, un compromiso constructivo, desglosa los diferentes elementos supraestructurales en el panorama de un país sumamente complejo, en un momento de lucha entre lo viejo y lo nuevo que venía de Europa, pero que cobraba sus propias expresiones. Intentaré reflejar algunos de sus aportes.

 

José Batres Montúfar. Los ciclos de las generaciones literarias

La articulación entre lo descriptivo y el llamado a potenciar los factores culturales, ideológicos e institucionales se expresa didácticamente a lo largo de la obra. El examen de las diferentes expresiones estéticas a partir de valiosos referentes, como el caso de José Batres Montúfar, enriquece la explicación de la vida social y de los sentimientos encontrados en un ambiente social en donde lo colonial, lo liberal y la supervivencia del cuasi esclavismo se entremezclaba con el predominio de una visión feudal del mundo.

No puedo resistir releer a Cardoza y Aragón, ante la referencia de Martí a José Batres Montúfar y a otros intelectuales guatemaltecos, precisamente para ratificar cómo en el mundo del arte se debatían las conductas y pautas conservadoras en una lucha a muerte por impedir y apagar cualquier expresión que fuese contra la situación colonial.

Por otra parte también coinciden en el género literario de la poesía como profunda realización del Hombre, “que para hacer poesía hermosa no hay como volver los ojos fuera —a la Naturaleza— y dentro —al alma”.

Cardoza valoró altamente los criterios de Martí, junto a los de Menéndez y Pelayo y Rubén Darío, ya que José Batres tuvo que vivir en el medio asfixiante de una sociedad colonial: “Pienso que mucho de la obra se perdió, como recuerda Martí: ‘Lo que religiosas preocupaciones destruyeron fue bueno y mucho’. Imbécil fanatismo de las familias”.26

La vida y obra del autor de Tradiciones de Guatemala, posiblemente más su vida, es vista por ambos autores como la lucha del creador por poder respirar en el medio ultraconservador de la sociedad guatemalteca de ese entonces, y que se proyecta a la actual. No ha sido fácil la vida de los intelectuales guatemaltecos, posiblemente en cada ciclo de la vida cultural guatemalteca las puertas cerradas de la misma formación social los han llevado al aislamiento y a la casi muerte en su vida y obra.

 

La estructura jurídica como posibilidad de realización del justo derecho. La reforma del sistema de justicia

No cabe duda de que el nuevo régimen traía consigo el sistema de ideales y de instituciones democráticas propias de la propuesta liberal, sin embargo la estructura colonial era y se sigue manifestando férreamente. La recreación del nuevo aparato legal y la lucha con lo viejo se mostrarían con la fuerza y vehemencia de los intereses de un nuevo status, pero bajo y al ritmo del sistema conservador, determinado en gran medida por el eje del monopolio, centralización y concentración de la gran propiedad sobre la tierra; ello generaría contradicciones del régimen liberal que superviven al presente bajo la ola del neoliberal.

Con justa razón, Martí atrae la atención del lector hacia el derecho y el sistema de enseñanza; por ejemplo la universidad y los institutos de enseñanza. Los decretos revolucionarios fueron manifestación concreta del ánimo de transformación que soplaba pese a las resabios por limitar los relativos logros del liberalismo (liberalismo-conservador). La renovación de las instituciones tuvo un periodo sumamente interesante: de junio de 1871 a junio de 1881.27 Y es que en esencia en el sistema subsistía lo inquisitivo frente a los nuevos criterios. Con decreto de veintiuno de enero de 1879, artículo 20, se establece: “Todo detenido debe ser interrogado dentro de cuarenta y ocho horas; la detención no podrá exceder de cinco días...”.28

La propuesta del Apóstol es muy clara en cuanto a la valoración de los sujetos del derecho: “La mujer es persona. El menor es persona. La tutela no es una granjería. El juicio es rápido. Las penas son más dignas... Las excepciones castellanas no aprovechan a los guatemaltecos”.29 Pero su entusiasmo le permite observar la reacción a los logros, los obstáculos presentes tanto en la esfera nacional como internacional.

Partir de la realidad concreta para dibujar las estrategias de desarrollo del país implica elaborar e implementar un aparato jurídico que estimule mecanismos para alcanzar los objetivos propuestos. Es decir implica definir una política de reacción ante la problemática de la criminalidad, por ejemplo, pero que atraviesa, en primera instancia, por satisfacer las necesidades sociales y atender, en las circunstancias actuales, a la problemática de una juventud y niñez que han sido abandonadas.

 

El papel del arte, la cultura, la ciencia y la educación popular

Como estrategia en materia de enseñanza para el desarrollo propone la educación popular, propuesta que, casi sesenta años después, la revolución de 1944 impulsaría. “Pero en los pueblos está la gran revolución. La educación popular acaba de salvar a Francia...”.30 Explica la importancia del proceso educativo en sus diferentes niveles, desde la importancia de la lectura hasta su conjugación con la ciencia y la técnica, el acceso que permite a las mismas y cómo éstas, a su vez, inciden en todos los niveles de las relaciones sociales, incluyendo su papel en la defensa de los valores sociales.

El sistema de enseñanza propugnaba por ser parte de la nueva dinámica que en sus aspectos positivos pugnaba por establecerse, incluyendo la denominada instrucción profesional.31

En cuanto al arte colonial, en especial la pintura y la escultura, son presentados realizando una valoración estético-social como resultado de la acumulación de experiencias y de matices, que a juicio de Martí gozan de independencia creativa, y como es usual en él, además de describirnos a varios creadores y su obra, señala el camino: “Hay por Guatemala en pintura y escultura, grandes nombres, y más que nombres grandes aptitudes”.32

La capilla del Calvario sirve de marco para expresarse de la obra de los lienzos de Manuel Merlo Pontaza en Santo Domingo, Francisco Villalpando en San Francisco, hasta la obra de Quirio Cataño. En la medida en que va comentando de imágenes, artistas, iglesias, va destacando de las apreciaciones, comparaciones de las obras, usualmente con europeos.

Un rasgo satírico: “Y como la Virgen de la Piedad tiene en el manto tan hermosos pliegues ¡quién fuera católico para en la hora de la tribulación ampararse en ellos!

”Afortunadamente hay vivas vírgenes”.33

 

La unidad latinoamericana como mecanismo de solución. El derecho al desarrollo. El amor de Martí a Guatemala

Las enseñanzas de Martí permanecen vigentes, y cada día de mayor trascendencia. El Maestro razona sobre las posibilidades y limitaciones de la situación concreta del país. Como líder, educador y filosofo, hace un resumen de la situación, señalando los peligros del retroceso y de las actitudes conservadoras frente al progreso alcanzado, señalando que en tal contexto la creatividad, la dinámica del impulso libertario, descansa en los logros mismos, en lo nuevo que se ha creado: un marco de desarrollo en donde “la libertad y la inteligencia son la natural naturaleza del hombre”.34

Partiendo de la visión dinámica entre lo particular y lo general, a lo largo de la obra analizada, establece líneas de proyección, señalando los contrastes, las contradicciones y las posibilidades de su transformación: “De indios y blancos se ha hecho un pueblo perezoso, vivaz, batallador, artístico por indio... es el hijo de América ardiente y generoso”.35 “Yo llegué meses hace a un pueblo hermoso: llegué pobre, desconocido, fuero y triste. Sin perturbar mi decoro, sin doblegar mi fiereza, el pueblo aquél, sincero y generoso, ha dado abrigo al peregrino humilde: Lo hizo maestro, que es hacerlo creador. Me ha tendido la mano y yo la estrecho. Guatemala es una tierra hospitalaria, rica y franca: he de decirlo”.36

La unidad regional no es la solución única al problema del desarrollo latinoamericano, pero sí es un paso importante para la construcción de un sistema que permita enfrentar las desigualdades creadas por el subdesarrollo socioeconómico y la dependencia. Tanto los planteamientos de Martí como los de Cardoza y Aragón hacen referencia a la necesaria potenciación de los recursos materiales, humanos y supraestructurales y por ello, en su obra, asumen también el planteamiento de los temas de la soberanía y la autodeterminación regionales como pasos firmes y necesarios para determinar pautas en la construcción de estrategias de desarrollo socioeconómico.

El altibajo que por el mundo intelectual atraviesan actualmente temas cruciales para la humanidad, como lo son el desarrollo, la soberanía, la autodeterminación, en la obra humana se manifiestan claramente en la evolución y crisis del liberalismo contemporáneo, situación que se expresa y proyecta dentro del sistema de Naciones Unidas, que en su momento destacó la importancia del desarrollo, y que luego fue abandonando, sobre todo ante la imposición de las empresas transnacionales y del neoliberalismo, lo cual genera problemas, rasgos y peligros no sólo en función de atender la problemática del desarrollo sino también en cuanto a la paz y la estabilidad regional y mundial. Esto se ha vivido de una manera concreta cuando, al final de los años 90s, confluyen en la región centroamericana, por un lado los acuerdos de paz, y por otra, los programas de ajuste estructural.

Entre otros aspectos, y por lo expuesto, es que la obra de Martí, sus aportes, y sobre todo su optimismo, el sueño de la región unida en pos del desarrollo, constituye una lección, especialmente sobre la potencialidad de cada país, sobre los lazos vinculantes y la comunidad de esfuerzos, señalando los problemas pero también indicando sobre el cómo atender las posibles soluciones; advertía sobre la división, la rivalidad entre los pueblos del continente e insistiendo, a lo largo de su trabajo, en el enfrentamiento, resultado, sobre todo, de la situación colonial.37

Frente a las diferencias señaladas, como resultado de los procesos de conquista y colonización, enfatiza las similitudes, las premisas de la unidad social latinoamericana, equiparándolas a las riquezas naturales de las diferentes regiones y el impulso decidido de las mismas en función de los valores e ideales, que con entusiasmo se ha de acometer.38 Su profundo amor a Latinoamérica, y en este caso, a Guatemala, es un legado que nos orienta, no sólo en su análisis y esfuerzo intelectual, sino también en cuanto a modelo hacia la acción y la práctica social.

“¡Ojalá que con este amante libro, haya yo sembrado en él mi planta!”.39

 

Bibliografía citada

  • Alfaro, José Miguel. “Estado actual del proceso de integración institucional”. Seminario “La normativa jurídica del Sistema de la Integración Centroamericana (Sica) y la consulta prejudicial”. Guatemala, 16 de mayo de 2007.
  • Cardoza y Aragón, Luis. Guatemala, las líneas de su mano. Editorial Nueva Nicaragua. Nueva Nicaragua. 1985.
  • Galich Mazariegos, Franz. En este mundo matraca (novela). Talleres Impresa. Guatemala. En la edición consultada no aparece fecha. Suponemos año 2005.
  • Estrada Soberanis, Huberto. “La Generación de 1920, un ciclo de literatura guatemalteca, aproximación a una interpretación”, en Román-Lagunas, Jorge, La literatura centroamericana, visiones y revisiones. Lewinston, New York, 1994.
  • Martí, José. Guatemala. Universidad de San Carlos de Guatemala. Editorial Universitaria. Centro de Estudios Martianos. Año 2000.
  • Recopilación de las leyes emitidas por el gobierno democrático de la República de Guatemala. Tomos I y II. Tipografía de El Progreso. Octava Calle Poniente Nº 11. 1881.

 

Notas

  1. Alfaro, José Miguel. “Estado actual del proceso de integración institucional”. Seminario “La normativa jurídica del Sistema de la Integración Centroamericana (Sica) y la consulta prejudicial”. Guatemala, 16 de mayo de 2007.
  2. Martí, José. Guatemala. Universidad de San Carlos de Guatemala. Editorial Universitaria. Centro de Estudios Martianos. Año 2000. p. 83.
  3. N.A. Es decir, vocación por el desarrollo, por la solución auténtica de los problemas nacionales, regionales y mundiales.
  4. p. 19.
  5. Op. cit. p. 20. N.A.: respeto la ausencia del primer signo de admiración, tal y como aparece en la edición consultada.
  6. El presidente de Bolivia, Evo Morales, recientemente (inicios de 2007) exigió a la Iglesia Católica de su país rectificar sobre declaraciones del Vaticano al respecto.
  7. Estrada Soberanis, Huberto. “La Generación de 1920, Un ciclo de literatura guatemalteca, aproximación a una interpretación”, en Román-Lagunas, Jorge, La literatura centroamericana, visiones y revisiones. Lewinston, New York, 1994 (pp. 107-127).
  8. Op. cit. p. 6.
  9. Op. cit. p. 19.
  10. Op. cit. p. 34.
  11. Op. cit. p. 18.
  12. Ricardo Estrada, escritor, profesor universitario, innovador de la narrativa guatemalteca.
  13. Cardoza y Aragón. p. 17.
  14. Op. cit. p. 38.
  15. Op. cit. p. 46.
  16. Op. cit. p. 47.
  17. Op. cit. pp. 81-62.
  18. Op. cit. p. 32.
  19. Op. cit. p. 33.
  20. Op. cit. p. 42.
  21. p. 37.
  22. Op. cit. p. 41.
  23. Op. cit. p. 45.
  24. Op. cit. p. 45.
  25. Op. cit. p. 38.
  26. Cardoza y Aragón. p. 181.
  27. Recopilación de las leyes emitidas por el gobierno democrático de la República de Guatemala. Tomos I y II. Tipografía de El Progreso. Octava Calle Poniente Nº 11. 1881.
  28. Recopilación de las leyes... Tomo II. p. 232.
  29. Op. cit. pp. 69-70.
  30. Op. cit. p. 80.
  31. Recopilación de las leyes... Tomo II. p. 378.
  32. Op. cit. p. 73.
  33. Op. cit. p. 77
  34. Op. cit. p. 83.
  35. Op. cit. p. 19.
  36. Op. cit. p. 17.
  37. Hace referencia al estudio de Domingo Juarrós, realizado tres siglos antes. Compendio de la historia de la ciudad de Guatemala. p. 19. Op. cit.
  38. Ver op. cit. p. 19
  39. Op. cit. p. 85.