Si le pintaras el nombre
“...Pero volverás
a darme vida...”.
David hijo de Isaí
Lanza el bostezo de agonía
el raudal
de tiempo
enlutado
Se entona la canción sublime
compuesta
en clave
de silencio
Viviría para tus ojos
coloreando
de azulino
la cima
en letanía.
En canción de los turpiales
Marchará
en la verdeante
amanecida
fronda
de turpiales
a imitar
su sinfonía
en voces
clarinadas Es el himno arrodillado que arrulla tu mirada.
Te devuelvo el tiempo
A recoger
las cenizas
del tiempo
se marchó
el olvido
en su sed de euforia
La acción
del verbo
le abrió
la senda
que a dos
quizás a un paso
están
mis pies.
Respiro de rosal
En esos días corría “tras el viento”.
Salomón.
No está
a dos
ni a un paso
la euforia
mía
del huerto herido
Queda
sólo
en su llegada
el vapor
cansado
del perfume
o del dolor de ser.
Figuraciones
Ante el miedo al llanto
de oler a historia
o volver sobre pasos de nostalgias
alzas
tu índice
soplo risueño
diluyendo
esos fétidos des-pasos.
Reloj del alba
El alba
se sentó
sobre las horas de la noche
a reír
de nuestro duelo moribundo
Rayó
el tiempo
en las rendijas
del pasado
rayando
la alegría
en tu horizonte.
El perfume del rosal
Por su rosa terciopelo
cada rosa
inclinada
del rosal
vertía
en la Fuente del ensueño
rocío
matinal
que al rodar
gota por gota
cuajaba en lágrima
El rosal
ha amanecido
embriagado
de olor a huerto en flor...
¡Si lo Has pintado
con cada pincelazo
de color vergel!