Letras
Tres poemas

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Extiendo la mirada entre lo distante y lo constante
y formo un cuerpo como nunca antes lo había hecho
Claro,
agudo
y sin perfiles.
Las más claras distancias
hacen un sueño irreparable
y la plenitud se escapa
resuelta en lejanía.
Tan pronto cuando hagas de mí un ausente
cambiaré este nombre
de sesenta días
diciendo: “Nunca me canso de estar...”
y te encuentro más bella
callada, pero más bella
con mil nombres
y la carne tibia.
Elegantemente te convierto en adjetivo
y sos.

 


 

Te miro de frente
Y liviano, con las alas arriba
Recorro la silueta recostada
que me seduce.
Dejo de ser espectador.
Con una voz casi anhelante
Robo el pasaporte temporal
Y cuelgo el cartel de “Libre” delante de tus ojos.
Huyo por el balcón de los misterios
Dejando dos cuerpos separados y unidos
con las migajas que llevaba en mi pantalón.
Siento mucho frío
Frío de muerte
Y me acerco silente en el instante de tu nacimiento.
Vuelvo a mi cuna y te miro de frente
Y veo todo lo que me falta
Entonces me recuesto y dejo de buscarte.

 


 

Siempre adoraba cuando dormías
Cómo gozabas hundiéndote en las sábanas
En medio de todo el azul
Desnuda y ansiosa
Yo vivía allí
Acunando ese rumor de canto
Apoyado en mi espada
Como un tallo lleno de savia
Como un hombre de piedra metido en su armadura invisible
Este fatal incentivo te ha olvidado
Mis ansias de creerte te dejo en sombras
Me convierto de pronto en el mejor de los arquetipos
Y soy frío ante tu hermosura
Hoy desperté con los pies clavados en la tierra
Para que la carne eche raíces
Soy una larva dañina
Que cambia de lugar sin fatigarse
Estoy en movimiento constante
Cobrando todas mis recompensas
Esa hipocresía que en su ley aplica
Me sorprende el alba
Y ya no soy un hombre triste