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En mí, una mariposa

A Rocío.

El viento nos trajo hasta aquí
Donde estamos.

Aquí donde la lluvia llega por encargo de
Tu ausencia.

Aquí donde te lloran estos majaderos ojos que te amaron un día.

Mis alas no soplan el viento que necesitas.

La muerte de ti
Será también mi muerte.

En mí una mariposa ha venido a posarse y su pupa está colgando de mi ansiedad ciega.

Extiende sus alas,
Policromas...

Pero debo cuidar
Tu membrana del vuelo.
Mariposa del día.
Mariposa nocturna.
Volando por mi cuerpo.

Llevándose mi néctar,
Mariposa ladrona.

El viento me condujo solo.
Y te llenó la boca de lastimeras palabras.

 

La muerte abrió la puerta

Como es costumbre
La muerte les abrió la puerta.

Era tarde,
Y el sol echó sus últimos suspiros.

Abrió la puerta la muerte imprudente.

Y en media hora se marchó con su barriga llena.

Entraron sin saludo.
110 hombres con metralla.
Capuchas, boinas y sombreros.
Sin ni siquiera un “buenas”
De estirpe montañera
Tumbaron la losa y los jarrones.

La muerte abrió la puerta.
Como es costumbre de ella...

Volcaron la radio,
Tiraron las cosas.
Y en dos minutos la muerte echó cenas.

La madre fue primera
Pues les escupió la cara.
Y el padre fue segundo
Por rogar que no la mataran.

La hermana fue tercera,
Por huir de la sala.
Y al hermano de rodillas
Le mutilaron el alma.

La muerte abrió la puerta.
La muerte abrió la puerta
Como es costumbre de ella...

 

Momento del beso

A Paula, ligera para el amor y la despedida

Los nervios embistieron la calle donde estábamos próximos al beso.

Por la calle,
Bajaban los ojos fatigados de los taxis.

Eran una estampida de corceles amarillos.

Debíamos suponer que todo estaba listo.

Sus manos carcomidas por los nervios
Y yo, meditando el si debo, no debo...

La ansiedad iba repitiéndose en las lámparas.

Hasta la aurora vertió la luz en su cómplice mirada.

 

Nos quisimos

Nos quisimos cuando no era tiempo.
Pero es cierto, nos quisimos.

De habernos conocido mañana,
No existirían ruinas.

Pero es cierto que tus besos
Fueron altos. Estuvieron en el ápice.

Los guardábamos en el desván para los dos.

Recuerdo que éramos una llama hecha de palabras.

La gente nos veía pasar por los cielos áureos, y colarnos por las zanjas que tu voz le hacía al viento.

Pero no era tiempo...

Recuerdo que iban las palomas a buscarte, porque tú, con una caricia, les motivabas el vuelo.

El viento iniciaba su descenso cerca de la nube que fue el hogar subversivo.

Lavar la losa
Hacer la casa
Ir al mercado.
...es cierto, nos quisimos.

Recuerdo que besabas a la lluvia,
Antes de dejarla caer sobre la tierra.

Recuerdo a tus pupilas
Sembradas de trigo,
Tiritando ante el espectáculo de mi sonrisa,
Que fue más tuya que mía.

Pero no era tiempo...

Nacieron muchos sueños
Muchos, muchos, muchos...

Es cierto, nos quisimos...

Recuerdo que te hiciste amiga de mi pobreza,
Y nunca me dejabas sin abrigo
Cuando eran helados días de cansancio.

Recuerdo que cuando llorabas
Llovía todo el invierno.
Pero había más colores en tu voz.
Que en el arco iris.

Pero no era tiempo...

Un tifón de miedos
Destruyó toda la casa.

Recuerdo bien que eras la
mies con que Dios
Inspiró el pan de cada día.

Pero como se guarda el sol
En el cofre de la tarde,
Te guarda mi corazón.

Nos quisimos cuando no era tiempo.
Pero es cierto, nos quisimos.