Letras
Adviene

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Quisiera ser como la paja brava,
una simple hierba a la vera del camino
que se inclina antes que sople el viento.
Pero no puedo.
Y hoy más que nunca busco en la poesía un refugio.

Adviene

Señales furtivas
acechan el círculo presente
de vidas e historias,
dentro del inconmensurable espiral
de existencias.

Intensa gravitación.
Fija un instante. Destruye.
Escarpando la tierra inventa una puerta,
rompe la rueda del carruaje,
calcina la gracia.

Sobresalta el vuelo de las aves
las almas al marchar

entre paraísos de adobe,
sueños truncos, cuervos y palomas,
y tiramiras de siluetas yacentes
cual sombras fantasmales hundiéndose
en la inmensidad del sótano.

Por donde quiera que vaya
sobrevienen señales oscuras.
Katrina, Dean, tsunamis, temblores,
guerras, hambre, verdades efímeras.
¿Desdichas acaso inevitables?

Guerra y pobrezas.
¿Desdichas inevitables?

¡Hambre! Verdades efímeras.

...la vida se esfuma en la infinita rueda
de ignorancia y ambiciones...

¿Trazará el hombre
su futuro pasado entre las hojas
del libro de transparencias?

O tal vez perdure en algún nuevo jardín,
embarrotado y solo,
como animal enjaulado y selecto,
para ser domado
por destreza
y hazaña inconclusa.

¡Ojalá queden viajeros!
aunque sea quebrando el paso,
errantes, meditando sobre la nada,
en el polvo sobreviviente
o en la cornisa
de algún otro universo.

¡Ojalá queden viajeros
escudriñando los sin misterios
de la propia naturaleza!

 

Rúas perdidas del cielo

al límite de la frontera con la misma muerte
jinetes de sombras rescataron ecos

estrépitos de un violín fantasmal
con cuerdas en fuego y sangre vulnerando
los sonidos del viento

ahuyentando la vida

y el canto trunco de los pájaros estalló
contra el lenguaje perdido de los hombres

y sus alas...
pétalos rotos
púrpura intenso derramados
precipitaron el aire
intentando encontrar
una mano abierta
que los contenga

...antes de morir...

 

Brumas

La escarcha comprime las rejas
y agrieta la antigua madera
de lo que alguna vez
fue ilusión.

Ya no le tengo miedo al silencio.
No estoy sola.

*

Huelen las paredes desnudas
lo que queda del territorio
frágil y quemado
de mi memoria.

Una niña herida por la llovizna
me acompaña.

En el canto olvidado
del tiempo
gime
y resbala por la vertiente

cual flor herida
lejos se divisa
errante...

cautiva de un viejo coraje.

*

No le tengo miedo a la locura
¡yo sola ya no estoy!..

ella vuelve del ayer entre los muros
cuando la luz del día
borra mis pasos

y en la prisión nadie sabe de mí.

 

Te alejas...

La niebla lleva con ella
su opaca bruma y te envuelve,
devora en cada paso
todo aquello que auguraste

y lo vuelve aguacero de luces oscuras,
gota de lluvia esfumada
junto a sueños que siempre acaban.

Hombre, ¿hacia dónde vas?

Imposible es guardar las gotas del mar
ni derramar sueños en pedazos.

Intenta que el amor no se quede sin fe
ni se trunque la semilla fraterna
en la desidia del desamor.

Deja ya tu cordial indiferencia
por mantener la apatía en esperar
que todo cambie porque sí.