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María de los Ángeles PopovUna mujer llamada sexo

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María de los Ángeles Popov, no tan menuda, negra brillante y abundante, es una poetisa flamante. Tiembla en el aire su semblante y hace azogar la garganta. Nació en Roldanillo y mostró sus dotes en el Encuentro de Mujeres Poetas Colombianas del Museo Rayo. Sus senos revolucionan sus versos, su sangre hierve y en sus líneas se siente el sexo.

Esta negra linda y de dientes blancos, parece emanada de alguna novela de Amado. ¿Será la Tieta de Agreste o la Flor que gusta a maridos o será Gabriela con sal y canela? Parece la negra Braga que cuece y guisa el mejor plato que puede servirse: la mujer de camisón abierto y de pecho de flores negras, de móviles caderas, con una rosa roja en su pubis de sol.

María de los Ángeles hace desaparecer el miedo a ese objeto obsceno y oscuro que se apellidó deseo. Lo convierte en juego, laberinto y mesa de rico manjar. Con fresco lenguaje, su lengua y palabra pintan en las mentes imágenes vivas, rojas y moradas, lilas y mojadas. Más que poeta, es cinceladora de curvas, venas y entretelas, vueltas y revueltas, ritos, posiciones, clímax y erecciones.

Aprendió con Freud que el tabú y el tótem habían cerrado las puertas de la sagrada alcoba. En ella el sexo no es el gran sacrificio, ni execrable vicio. Por arte de su magia ella convierte el pan en exquisito vino y el dolor humano en gozo supremo. Sustituyó el morbo en lúcido verso y la libido por fin levitó de su pesado sopor en sus poemas de espeso sabor.

Esta negra es el rescoldo de los últimos Ángeles que el Olimpo nos dio. Con fuerza y belleza, el sexo en sus carnes y timbre de senos tintinean al aire. María, María de los Ángeles, campanas de fuego que a un infierno bueno invita en sus versos a gozar por siempre. ¿Cuándo una mujer montó en potro desnuda como hizo otrora el Fauno griego y corrió por valles y salas en agitada danza? Sólo esta mujer, valiente amazona, ha sido capaz de mostrar sus talentos sin freno y disfraz. Sólo esta mujer, de la escuela de Safo, aprendió que el sexo es música, paraíso y digno manjar para el hombre. Por eso lo canta, lo ofrece y lo sirve para quien a probarlo se atreva sin traba.

María de los Ángeles anda de Recital en la Feria Libro Pacífico. Los labios de la Popov se abrieron y ya su palabra hendió su veneno en el éter. Una pócima nueva ha compuesto esta alquimista del sexo. Hermosa hechicera de luna y ébano, urde una llamarada para alumbrar la caverna y despejarla de absurdas telarañas. La ha trocado en espléndida sala para que Sheherezada se despoje otra vez de sus velos y nos devuelva al sortilegio.

De nuevo, Schahriar está de fiesta. Sus deseos preparan el diván y los ungüentos en la recámara. Las fibras están templadas y pasos de gacela negra pronto se oirán en la mullida alfombra del silencio y el placer.

Vagina nube

Puerta semicerrada,
Cortina de vellos amarrada,
dormidero de sentidos arrepentido,
ventana de palabras,
casa de movimientos,
cuarto de remojo,
sala de momentos,
lavadero de sexo,
estregadero de recuerdos,
patio donde se extienden los cuerpos,
se destienden los besos
y queda la cuerda sola por algún
tiempo.

 

Posición sexual

La mesa
se pone en cuatro
cuando te sientas.
Se cuadra y se enmantela
por si le gustas.
La mesa
es de madera
por si acaso
te quieres volver gorgojo.

 

Torta de solterona

Un beso de limón rallado,
la cama clara de canela.
Esencia sin sexo de vainilla.
El amor no vino
se quedó esperando nuezmoscada,
se volvieron longevas las pasas,
el vestido de novia, mantequilla
y harina de trigo las palabras.