1
En la balanza
Se pesan
Dos almas
Una trémula, seca;
La otra veraz esbelta
Descubriéndose
Ambas
Siamesas; se dan la mano a
Tientas, dándose bofetadas
A medias
2
Nos esmeramos
Y ciertamente
Nos vemos por
Dentro.
¡Ay! De nuestros
Débiles intentos
¿Por qué ver
Cualidades
Enterradas,
Cuando
Las mostramos
A corazón abierto?
3
Por qué ver
La tierra yerma,
El árbol seco,
La hoja desprendida
Si a nuestro pie
Se perfila
La cosecha,
El bosque y
La primavera?
4
Cuando el adolescente
Sueña, ve que
Dos siluetas
Se le muestran,
Una, un cuerpo nuevo
Sin usar,
Y una tez madura
Por mostrar.
5
Una cara taciturna
Muestra el Joven,
Una expresión de expectativa,
¡Cuánto por andar!
¡Cuánto por amar!
¡Cuánto por luchar!
Tiene caminos avisados,
Mas él mismo
Se venda.
6
¿Qué gesto ambiguo
Debe nacer para darnos
Cuenta, que
Lo incierto nos
Dona el contrapeso?
¿Qué sería del río
Sin rocas que
Erosionar?
7
De poros nacen
Esencias, vapores unidos
Que invocan
La danza primigenia.
Nosotros, las
Bebemos y
Entendemos que
Somos detritus
Bautizado con
Aguas naturales.
8
Somos tierra yerma,
Un sacramento
A la vida.
Nos pasamos la
Vida creyendo
Escuchar,
Cuando ni rastrojos
Somos.
9
Cuando la hora
Llega,
Cuando se sacia
El alma,
Entendemos
Sólo allí
Que la sed
Es continuación
Y génesis de
Nuestra propia
Savia
10
Cuando el tiempo
Reclama, y sólo
Alegamos hechos
Entendemos que
Ser humano cogita
En silencio,
Bebiendo arena
11
Lloramos los
Miedos,
Lavándonos las
Manos,
¿Es que acaso
La dialéctica y
La espiral
Nos deben vencer siempre?
12
Parecemos samaritanos
Pero cuando
Vemos
El mendigo,
Ni túnica, ni aceite,
Ni nada.
Y vemos que ni pródigos,
Ni cuatos.
Se nos olvida la lección.
13
Cuando la simiente
Crece, la reinjertamos
Y la deseamos
Perfecta,
¡Cuánta perfección
Cabe acaso en
Una piedra!